La Guardia Civil ha decomisado siete millones de euros en tabaco de contrabando en una fábrica ilegal desmantelada en l’Alcúdia de Crespins y en una nave donde almacenaban mercancía en Novetlé.

En la operación, desarrollada a principios de abril por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desplazados desde Madrid, fueron detenidas 14 personas de nacionalidad española, búlgara y ucraniana y se logró desarticular una organización criminal dedicada a la fabricación industrial de tabaco de contrabando de diferentes marcas, entre ellas Winston y Chesterfield. Los investigadores estiman que la red desarticulada llevaba un año operando en las naves desmanteladas.

En los registros realizados en la nave de l’Alcúdia de Crespins, donde fabricaban las falsificaciones, y en otra de Novetlé, donde almacenaban material, la Guardia Civil intervino unos quince millones de cigarrillos ya listos para la venta en el mercado clandestino y más de 54 toneladas de hojas de tabaco.

Los catorce detenidos, entre los que se encuentra un único español, a quien los investigadores consideran el jefe de la organización, pasaron a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Xàtiva, que acordó prisión para tres implicados y libertad provisional para el resto. Los arrestados han sido asistidos por los abogados Francisco Miguel Galiana Botella, Alicia Grau, Fernando Rocamora e Iván Rodríguez.

La Guardia Civil fue alertada el pasado marzo de la llegada a la provincia de València de un camión que podría transportar material para la fabricación clandestina de tabaco y las pesquisas de los investigadores de la UCO permitieron localizar el vehículo y descubrir las dos naves usadas por la organización.

En la de Novetlé recibían la hoja de tabaco y es allí donde la secaban y picaban. Una vez finalizada esa fase, la picadura era trasladada a la nave de l’Alcúdia, donde fabricaban cajetillas de cigarrillos falsificados de cinco marcas, entre ellas, las dos mencionadas.

Gran parte de los detenidos en la operación son trabajadores de origen búlgaro y ucraniano que vivían en las naves y no tenían contrato legal en España, de ahí que los responsables, hayan sido acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores, además de delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, organización criminal, blanqueo, contra la Hacienda Pública y contra la salud pública.

El español detenido es, según las fuentes consultadas por INFORMACIÓN, un empresario local del sector logístico cuya empresa fue sometida a un concurso de acreedores al inicio de la crisis económica.

La Guardia Civil advirtió recientemente del fortísimo incremento de los fraudes con tabaco de contrabando registrado a partir del inicio de la pandemia, hace ya más de un año. En este tiempo, ha habido varias operaciones contra la venta de tabaco ilegal, aunque esta es la más importante dada no solo la cuantía de tabaco y cigarrillos intervenidos, sino también por el hecho de que estuviesen fabricando los cigarros aquí y de manera industrial. Lo más habitual es la importación de tabaco falsificado procedentes de China que luego es distribuido desde València a distintos puntos de Europa, sobre todo al Reino Unido.

La Guardia Civil y Aduanas ya desmantelaron, en septiembre de 2016, otras dos factorías ilegales de tabaco similares a la de l’Alcúdia de Crespins, pero en Bétera y Riba-roja. En aquella ocasión, fueron 13 los detenidos y 80 las toneladas de tabaco picado confiscadas en València, a las que se sumaron otras 20 halladas en una tercera fábrica, en Badajoz. Esa operación, bautizada como ‘Robust’ y de la que Levante-EMV informó en exclusiva, destapó una trama que traía el tabaco en camiones desde Polonia para fabricar y empaquetar aquí los cigarrillos. En la imagen, la rueda de prensa.