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Juzgan a un joven por abusar de una chica tras drogarla en una discoteca de Alicante

El acusado asegura que se estuvieron besando y niega haber dado sustancia alguna a la víctima para dormirla

Entrada de la Audiencia Provincial de Alicante

La Audiencia Provincial sentó en el banquillo este martes a un joven acusado de haber abusado de otra chica de 18 años que estaba celebrando una fiesta de cumpleaños con otros amigos en una discoteca de Alicante, en la que le habría puesto una droga en la bebida. La Fiscalía reclama para él seis años de cárcel por un delito de abuso sexual. El procesado aseguró durante el juicio que ambos estuvieron besándose y que no llegaron a tener relaciones, ni le puso ningún tipo de sustancia en la bebida para dormirla.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 12 de agosto de 2017 en una discoteca del centro de Alicante. La víctima que entonces contaba con 18 años de edad estaba celebrando un cumpleaños con un grupo de amigos, por lo que habían estado en varios locales de ocio de la ciudad consumiendo alcohol y otras sustancias. La Fiscalía sostiene que el acusado, que contaba con la misma edad, se aprovechó de que la víctima se encontraba embriagada para ponerle un narcótico en la bebida. Sustancia que la dejó inconsciente, momento que el acusado aprovechó para llevarla a una casa donde le estuvo haciendo tocamientos por todo el cuerpo aprovechando que estaba dormida, según relata el escrito de acusación de la Fiscalía. Una vez que terminó, la vistió y la dejó en la parada del tranvía para que regresara a casa.

La víctima apenas podía recordar nada de lo que ocurrió aquella noche porque se encontraba muy afectada por lo que había bebido. En una analítica se localizó en su sangre un narcótico llamado Tramadol y que es un fármaco opiáceo sintético depresor del sistema nervioso y que se vende con receta médica en la farmacia.

El problema es que los médicos forenses que declararon en el juicio no fueron muy precisos sobre cuál fue el momento en que pudo haber consumido esa sustancia. Uno de los elementos que hizo sospechar a la víctima que había podido ser víctima de abusos esa noche es que llevaba puesto un tampón y un piercing que llevaba en el lado derecho de la región dorsolumbar. Durante esos abusos, le quitaron el tampón y la víctima tenía una pequeña herida superficial por el arrancamiento del piercing, que no ha podido ser localizado.

La Fiscalía ha mantenido la petición de seis años de cárcel para el acusado que ha quedado visto para sentencia en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial. Asimismo se reclama una orden de alejamiento que durante siete años le impida acercarse a la víctima a menos de 500 metros , así como cinco años de libertad vigilada.

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