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El fiscal retira el ensañamiento en un triple crimen con 55 puñaladas

El Ministerio Público entiende que las cuchilladas no buscaban aumentar el sufrimiento de las víctimas pero mantiene la petición de prisión permanente revisable - La defensa insiste en que el acusado pudo sufrir un brote psicótico

El acusado a su llegada a la Audiencia el día que arrancó el juicio. | PILAR CORTÉS

La Fiscalía ha retirado la agravante por ensañamiento en el caso del hombre acusado de asesinar de 55 puñaladas a sus padres y a su hermano en el barrio alicantino de Juan XXIII que un jurado popular enjuicia esta semana en la Audiencia Provincial. Este cambio en la acusación de la Fiscalía se ha producido después de que las forenses que hicieron la autopsia a los tres cadáveres concluyeran que las cuchilladas no buscaban aumentar deliberadamente el sufrimiento de las víctimas. La autopsia concluyó que el hermano del acusado recibió 37 puñaladas; el padre once; y la madre ocho. La tesis de la acusación es que inicialmente el acusado mató a su hermano y después a sus padres por separado cuando llegaron a casa.

El fiscal acusa al procesado, Francisco Javier M. B., de tres asesinatos. Por la muerte del padre y el hermano pedía 22 años y medio de cárcel por cada muerte que, tras la retirada del ensañamiento, pasan a ser 21; mientras que se sigue reclamando la prisión permanente revisable por el asesinato de la madre. Para la Fiscalía concurren el resto de las agravantes como la alevosía, «porque las víctimas no tenían posibilidad de escapar», así como de parentesco, porque «uno de los peores crímenes es matar a las personas que te dieron la vida». Sin embargo, entiende el Ministerio Público que las puñaladas iban dirigidas a zonas vitales y a causar necesariamente la muerte, no a prolongar la agonía de las víctimas, por lo que concluyó que la agravante de ensañamiento no podía aplicarse en este caso.

La acusación particular, que ejerce el abogado Pedro Diego Pérez Gómez en nombre de los hermanos del padre asesinado, se mostró en contra de la retirada de la agravante del ensañamiento. «La autopsia ha concluido que todas las puñaladas se produjeron con las víctimas aún en vida, por lo que cada una de ellas sí que aumentó deliberadamente su dolor», aseveró.

El juicio por el triple crimen en el barrio de Juan XXIII encara su recta final con los informes de conclusiones de las partes. Este jueves el jurado comenzará a deliberar el veredicto. Hacia las diez de la mañana, el magistrado que preside el juicio, Francisco Javier Guirau, entregará a los seis hombres y tres mujeres que componen el jurado el objeto del veredicto y comenzará su aislamiento mientras duren las deliberaciones. Los asesinatos ocurrieron durante la mañana del 13 de agosto de 2018 en el domicilio familiar. Los cadáveres no se descubrieron hasta la madrugada del día 15, en que el acusado llamó a Emergencias pidiendo asistencia médica por heridas que se causó él mismo al intentar suicidarse.

Declaraciones de los familiares del acusado de matar a su familia en Juan XXIII

Declaraciones de los familiares del acusado de matar a su familia en Juan XXIII Pilar Cortés

Autopsia

La autopsia determinó que los tres cuerpos llevaban más de 36 horas fallecidos cuando fueron descubiertos. El que más lesiones presentaba era Alejandro M. B., hermano del acusado y de 43 años, que presentaba hasta 36 puñaladas, aunque las forenses señalaron que pudo recibir alguna más. Dos de ellas le hubieran causado necesariamente la muerte, ya que una de ellas le atravesó el corazón y la otra el pulmón izquierdo. Sin embargo, presentaba heridas por todo el cuerpo, algunas en los brazos y las manos mientras intentaba protegerse y otras en el cráneo.

De las once puñaladas que presentaba José M., padre del acusado de 71 años, dos eran el cuello. El asesino habría tratado de degollarle con la primera y la segunda le seccionó la carótida y la yugular. Estas dos se produjeron por la espalda. Eugenia B., de 68 años y madre del acusado, también fue acuchillada por la espalda, pero algunas de las ocho puñaladas también se produjeron de frente, afectando al corazón. Ninguno de los padres hicieron ademán alguno para poder defenderse.

Lagunas de la acusación

Durante todo el juicio, el procesado ha mantenido que no se acuerda de nada de lo que pasó, salvo que se peleó con su hermano. El abogado de la defensa, Laureano del Castillo, mantuvo la tesis durante su informe final de que el procesado pudo sufrir algún tipo de brote psicótico. «Se quiere imponer una cadena perpetua encubierta a mi defendido cuando aún faltan muchas pruebas médicas para aclarar qué es lo que le pudo pasar aquel día», señaló. Para la defensa hay lagunas en el relato de los hechos que las acusaciones dan como ciertas e insistió en que todo acusado tiene el derecho a la presunción de inocencia. «Dicen que mi cliente desmontó la puerta de la habitación en la que se encerró su hermano para terminar de apuñalarlo, pero si cuando llegó la Policía el cadáver bloqueaba la puerta, ¿cómo consiguió salir de allí?». La defensa aseguró que el estrés que causó la pelea con el hermano pudo ser el desencadenante de un brote psicótico.

«Estoy muy arrepentido... de lo que me acusan»

El acusado de matar a sus padres y a su hermano aprovechó su turno de última palabra para pedir perdón, pero sin admitir el crimen. «Estoy muy arrepentido... de todo lo que me acusan», aseguró antes de que la Policía se lo llevara de vuelta a prisión. Francisco Javier M. B. pidió perdón a las familias de sus padres, a la sala y a sus compañeros de prisión. También dedicó unas palabras a uno de sus tíos que le llamó «criminal», a quien aprovechó para insultarle.

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