Nueve años y medio de prisión por tres delitos: provocación sexual, propuesta telemática sexual a menores y abusos. Es la condena impuesta por la Sección Primera de la Audiencia Provincial a un vecino de la comarca del Alt Maestrat, en Castellón, de 53 años, que se acostó con un niño de 12, según declara acreditado el tribunal.

El ya condenado deberá, además, abonar una indemnización de 15.000 euros al menor y otros 5.000 a la madre de este.

La defensa del procesado recurrirá la sentencia en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Dos versiones

El adulto negó durante el juicio celebrado contra él a finales del mes de abril que llegara a mantener relaciones íntimas con el niño. Dijo que solo se comunicaron por teléfono y calificó lo sucedido como un "juego". "El chico me dijo que tenía 20 años. Hablamos de quedar varias veces, yo le mandé un par de fotos sexuales, pero nunca llegamos a vernos en persona", declaró ante el tribunal.

Sin embargo, el adolescente dijo algo muy distinto y relató a los magistrados el encuentro sexual que tuvo con el adulto una madrugada en casa de sus padres. El menor reconoció que él puso un anuncio en una web para conocer hombres con fines sexuales, pero insistió en que dijo su edad real. "Una madrugada, cuando mi madre dormía en el piso de arriba, él vino a mi casa en coche y tuvimos sexo en la zona del jardín y del garaje. Hubo tocamientos, sexo oral y relaciones completas", sostuvo el denunciante.

La clave del asunto está --como también sucediera esta misma semana en el caso de un joven de la Vall acusado de realizar tocamientos a una niña de 13-- en la corta edad de los menores. El Código Penal castiga en España cualquier relación sexual con un menor de 16 años al considerar que su consentimiento no es válido.

La sentencia considera acreditado que el adolescente especificó su edad en distintas comunicaciones y que el adulto era conocedor de la misma. Además, sostiene que estos hechos han producido una grave interferencia en el desarrollo psicosexual del menor, lo que puede distorsionar gravemente el concepto que tiene de la sexualidad y de las relaciones.

La psicóloga encargada de la evaluación del menor testificó en el juicio oral y valoró su testimonio como coherente y creíble. "Tiene una estructura lógica y cuenta detalles no esenciales. El menor se incrimina y reconoce su participación activa por su curiosidad sexual", argumentó la profesional.

El alto tribunal valenciano decidirá ahora si considera ajustada la condena de la Audiencia.