Los objetos encontrados este lunes por el buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que rastrea la costa de Tenerife en busca de las niñas Anna y Olivia, pertenecen al padre de las menores, Tomás G., desaparecido con ellas el pasado 27 de abril, han informado a Efe fuentes próximas a la investigación.

Aunque estas fuentes no han precisado de qué objetos se trata, otras fuentes de la investigación informaron este lunes que lo encontrado bajo el mar fue una botella de oxígeno y una funda nórdica.

Las mismas fuentes han indicado a Efe que efectivamente estos dos objetos son del padre y que serán trasladados al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid para analizarlos.

Ante estos hallazgos, el buque oceanográfico, que terminaba este martes las labores de rastreo, continuará al menos hasta el próximo día 14 en función de cómo evoluciona la búsqueda.

Este buque, que dispone de un sonar y un robot submarino, trabaja ininterrumpidamente durante el día y la noche y, desde que se incorporó a la búsqueda de las niñas y su padre, ha realizado un rastreo en una superficie de unas diez millas cuadradas (34 Km2).

1.000 metros de profundidad

Por otro lado, los objetos fueron encontrados a 1.000 metros de profundidad por el buque oceanográfico Ángeles Alvariño.

Así lo ha confirmado este martes en rueda de prensa en Murcia la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, quien ha corroborado que los objetos, una botella de oxígeno y una funda nórdica, podrían ser de Tomás G., aficionado a la pesca submarina.

Además, Gámez ha explicado que la complejidad y la amplitud de la operación de búsqueda requiere de la participación del buque del Instituto Español de Oceanografía, al tiempo que ha remarcado que el barco va a continuar con la búsqueda hasta, al menos, el 14 de junio con el fin de intentar localizar algún indicio más.

En este sentido, fuentes de la Benemérita han añadido que, ante estos hallazgos, el buque oceanográfico, que terminaba este martes las labores de rastreo, continuará al menos una semana más en función de cómo evoluciona la búsqueda.

Este buque, que dispone de un sonar y un robot submarino, trabaja ininterrumpidamente durante el día y la noche y, desde que se incorporó a la búsqueda de las niñas y su padre, ha realizado un rastreo en una superficie de unas diez millas cuadradas (34 Km2).

La zona elegida para realizar el rastreo en el mar fue consensuada por la tripulación del Ángeles Alvariño y por la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás G. la noche del 27 de abril, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones.

En ambas, zarpó solo, sin la compañía de sus hijas, y fue visto embarcando varias maletas y bolsas que había traído en su coche.