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El angustioso rescate de un erasmus en el Cabo de las Huertas

Un universitario turco se reencuentra con el policía nacional que estaba fuera de servicio y le salvó la vida mientras se bañaba en Alicante. «Pensé que iba a morir», dice el rescatado

El erasmus Ekrem y el policía nacional Jorge Juan Baeza en la cala del Cabo de las Huertas donde se produjo el rescate. | PILAR CORTÉS

La estancia de cinco meses en Alicante de Ekrem, un joven universitario turco de Erasmus, casi acaba en tragedia. El joven estudiante de tercer curso de Arquitectura se estaba bañando con un amigo en la cala Cantalar del Cabo de las Huertas cuando vivió momentos de angustia al ver que no podía salir porque el mar estaba muy revuelto y nadie acudía en su ayuda. Tuvo suerte y Jorge Juan Baeza, un policía nacional que estaba fuera de servicio, se convirtió en su ángel. No se lo pensó dos veces y se lanzó al agua. Pudo rescatarle, pero ambos llegaron exhaustos y Jorge Juan acabó con un esguince en el hombro a causa de la operación de auxilio. El rescate ocurrió el pasado 17 de junio y esta semana Ekrem se ha reencontrado con Jorge Juan para mostrarle, antes de regresar a Turquía, su «agradecimiento por haberme salvado la vida».

Jorge Juan Baeza, un deportista de élite que ha ganado múltiples campeonatos de kárate, resultó lesionado

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El mar estaba totalmente en calma cuando esta semana se reencontraron de nuevo en la cala Cantalar el erasmus, de 23 años, y el policía nacional. Jorge Juan Baeza, que además de ser policía nacional es deportista de élite y ha ganado numerosos campeonatos de kárate, incluidos dos mundiales de las Olimpiadas de Policías y Bomberos, recuerda que la tarde del pasado 17 de junio acudió al Cabo de las Huertas con una amiga para disfrutar de la playa tras una jornada agitada de trabajo. «Fui a desconectar y casi me ahogo», comenta ya más relajado este agente destinado en Alicante y originario de Sant Joan d’Alacant.

Ekrem estaba bañándose con un amigo y al ver que las olas eran grandes y había corriente le dijo que regresaran a la costa al ver que la situación se ponía peligrosa. Y no se equivocó. Unos segundos más tarde empezaron los problemas: «No podíamos avanzar y mi amigo empezó a tragar agua; necesitaba mi ayuda y empecé a acercarlo a la costa, pero al final me notaba cansado y vinieron otros chicos que pudieron sacarlo», afirma este joven universitario.

El angustioso rescate de un erasmus en el Cabo de las Huertas

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Gritos

Una vez estaba a salvo su amigo se quedó recuperando fuerzas por unos instantes y al tratar de reanudar la marcha para regresar a nado a la cala se dio cuenta de que «no avanzaba», afirma Ekrem. En ese momento, interviene Jorge Juan, «escuché gritos y al ver la situación crítica me lancé al mar a socorrerle..., me salió del corazón».

No le costó llegar al punto donde estaba el joven del programa Erasmus, a unos 80 metros de la costa. La odisea fue a continuación en la corta pero eterna travesía de regreso, con las corrientes dificultando la operación de rescate. «Se hizo el muerto y le agarré con un brazo mientras iba nadando con el otro como podía, aunque luego iba cambiando», relata el policía nacional, quien trataba de calmar a Ekrem diciéndole «relax my friend», ya que no habla castellano aunque sí lo entiende un poco tras cinco meses en la Universidad de Alicante.

El rescate acabó afortunadamente de forma feliz y las cuarenta o cincuenta personas que seguían desde tierra la operación de auxilio empezaron a aplaudir cuando alcanzaron la costa.

«Salimos fatigados»

«Salimos como pudimos, muy fatigados y allí estaban ya la Policía Local, Bomberos y una ambulancia», explica Jorge Juan.

Ekrem afirma que salió «temblando y me fui recuperando», mientras que Jorge Juan, dos horas después del rescate, comprobó que «no podía mover los brazos del sobreesfuerzo» y en un centro sanitario le diagnosticaron un esguince de hombro que le mantiene de baja laboral desde entonces. «Ekrem se siente triste por mi lesión, pero para mi es más importante su vida que el hombro», afirma tajante el policía nacional.

El joven universitario turco reconoce que llegó a temer por su vida cuando estaba atrapado entre las olas. «Me quedé quieto porque no tenía fuerzas y ya no sentía mis brazos; pensaba que no salía de allí y que iba a morir porque no veía a nadie que viniera a ayudarme», indica Ekrem.

Durante el encuentro entre el rescatador y el bañista que casi se ahoga, Ekrem reitera en varias ocasiones que «está muy agradecido a Jorge Juan por su heroica acción».

La cala donde se produjo el incidente no cuenta con servicio de socorrismo, ni hay señalización con banderas para alertar del peligro en caso de temporal. Ese día había bandera roja en playas con servicio de socorrismo, pero Ekrem afirma que «no se veía peligroso el mar» y como no había señalizaciones advirtiendo del peligro se bañó con su amigo. Estaba equivocado y el desconocimiento casi le cuesta la vida. El joven erasmus insiste en señalar que «si no es por Jorge Juan no estaría ahora aquí».

Jorge Juan afirma que no es un experto en cuestiones marinas y desconoce si parte del éxito del rescate fue por sus óptimas condiciones físicas. Probablemente sí lo fue. En cualquier caso, dice con rotundidad que «yo lo pasé muy mal y me costó salir del agua».

Este policía tiene un amplio historial de medallas por los campeonatos de kárate que ha ganado y asegura que el rescate de Ekrem «ha sido más importante que ganar cualquier campeonato». «Tengo una satisfacción más plena», concluye Jorge Juan, quien ha recibido felicitaciones y el apoyo de sus jefes de la Brigada de Seguridad Ciudadana y de toda la Comisaría, incluido el comisario jefe provincial.

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