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«La víctima de la manada de Callosa fue menospreciada y reducida a un objeto sexual»

La Audiencia impone penas de entre 14 y 18 años a los cuatro acusados de la violación en grupo, unas condenas similares a la del acuerdo negociado entre las partes a cambio de la confesión de todos los implicados

El presunto cabecilla de la manada de Callosa d'En Sarrià a su llegada a una de las sesiones del juicio. Alex Domínguez

La víctima de la manada de Callosa d’En Sarrià «fue menospreciada y reducida a un mero objeto sexual de los acusados», quienes se dirigían a ella «con ánimo denigratorio» o «en tono de burla» mientras sucedían los hechos, actuando «como si se tratara de un evento festivo, reproduciendo constantemente música», o «chistando» como respuesta a sus quejas y lamentos. Así lo describe la Audiencia de Alicante en la sentencia que impone penas que oscilan entre 14 y 18 años de prisión a los cuatro acusados por esta violación en grupo ocurrida en Año Nuevo de 2019.

Las condenas impuestas son muy similares a las que se negociaron en su día entre las acusaciones y las defensas para rebajar las penas a cambio de la confesión de los hechos. Todos ellos se declararon culpables el día del juicio y pidieron el perdón de la víctima. Las penas impuestas suman más de 60 años de cárcel, una rebaja muy considerable respecto a los más de 200 años que se solicitaban por la Fiscalía antes del juicio y la confesión de los procesados.

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La manada de Callosa se declara culpable Alex Domínguez

Los hechos ocurrieron durante la celebración del Año Nuevo de 2019, cuando la víctima, de 19 años, acabó con los cuatro acusados en un piso de Benidorm, donde comenzó la agresión sexual. La violación entre los cuatro continuó en el sótano de otra vivienda en Callosa d’En Sarrià, una agresión sexual que además fue grabada con el móvil por dos de los acusados. Los cuatro son condenados como autores de las agresiones sexuales cometidas por ellos mismos, así como cooperadores necesarios de las del resto. 

El tribunal cree probado que existió una intimidación ambiental hacia la víctima «dada la diferencia de edad de los agresores con ella, la fuerte complexión física de todos los autores, el lugar recóndito, angosto y sin salida donde tuvieron lugar los hechos, la situación de embriaguez en que se encontraba la joven, por lo que no era imprescindible para obtener el efecto intimidatorio sobre la misma, la actuación conjunta de todos». 

La acusación particular que ejerce en nombre de la víctima el abogado Francisco González y las defensas, los letrados José Luis Sánchez Calvo, Miriam Santamaría, Ana Escobar y Javier Saura, negociaron antes del juicio penas de 18 años para el cabecilla y 15 para el resto a cambio de declararse culpables y el pago de una indemnización de 60.000 euros. Aunque la Fiscalía no aceptó el acuerdo, los acusados confesaron en el juicio y las penas impuestas son muy similares a las que se negociaron en el acuerdo.

La sala ha apreciado atenuantes por la confesión tardía y por el pago de la indemnización, así como por el hecho de que los acusados se encontraran bebidos y drogados cuando ocurrieron los hechos. 

El ADN de los procesados se incluirá en bases de datos policiales

La sentencia por la violación de la manada de Callosa ordena la obtención, incluso forzosa, de pruebas de ADN de los cuatro condenados para que se incluya en una base de datos policial, «habida cuenta la gravedad de los hechos y la reiteración de la agresión a la víctima». El tribunal faculta a las Fuerzas de Seguridad a que en el caso de que éstos se nieguen «utilicen las medidas coactivas mínimas indispensables para su ejecución, que deberán ser en todo caso proporcionadas a las circunstancias del caso y respetuosas con su dignidad». El fallo ordena también el decomiso y la adjudicación al Estado de los dos teléfonos móviles usados en la violación.  

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