"Quisiera recuperar lo que haya de mi hijo, ese es mi objetivo, es el objetivo de toda mi familia y me gustaría que la justicia llegase hasta el final". Ithaisa Suárez, madre de Yéremi Vargas, agradece el esfuerzo de todos los que han hecho posible que, tras años de lucha, el Juzgado número 2 de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) ordenase la reapertura del caso de la desaparición de su hijo, que había estado cerrado desde 2017. Cumplido el plazo en el que la Fiscalía podía presentar alegaciones (cinco días), arranca un nuevo periodo para practicar nuevas diligencias. Son doce meses -que podrían ampliarse- para encontrar a Yéremi. Un año para tratar de averiguar quién secuestró al pequeño de 7 años junto a su casa de Vecindario (Gran Canaria) y qué hizo con él. "Confío en la justicia y ruego al culpable, cuyo nombre todos ya conocemos, nos entregue lo que quede de Yéremi. Si el niño no está vivo, que es lo más probable, le ruego que me dé lo que hay para poder darle sepultura. Lo necesitamos".

Contra el criterio de la Guardia Civil, el juez cerró el caso al considerar que no había indicios suficientes para imputarle nada a Antonio Ojeda

 'El Rubio'

La madre se refiere a Juan Antonio Ojeda, 'El Rubio', agresor sexual de otro niño y que siempre ha estado en el foco como principal sospechoso. Mientras Ojeda cumplía condena por la agresión sexual a otro menor, explicó a varios compañeros de cárcel qué había hecho con Yéremi. Incluso les confesó que "el niño se puso azul". Yéremi era cianótico, una dolencia que hacía que su piel adquiriera esa tonalidad en situaciones graves de estrés. "Nadie fuera de la familia más cercana podía conocerlo y mucho menos Antonio Ojeda", han afirmado sus familiares.

Contra el criterio de la Guardia Civil, el juez cerró el caso en 2017 al considerar que no había indicios suficientes para imputarle nada. Los investigadores mantienen que el Rubio es el autor del secuestro.

La familia del niño, representada por el abogado Marcos García-Montes, ha pedido que se acuerden nuevas diligencias y presentan al menos tres indicios sobre los que se apoyan. Piden la recusación del anterior juez instructor; solicitan que declare un testigo (entonces menor) que asegura que vio el coche de 'El Rubio' cerca de la casa de Yéremi el día del secuestro, y requieren que se investigue cómo Ojeda podía conocer esos detalles íntimos del niño.

Catorce de años de búsqueda

Era el juguete de la casa, el mimado y adorado. Sietemesino. Pequeño, inquieto, vivaracho, nervioso y feliz. Jéremi Vargas Suárez nació el 18 de julio del 2000. Lo de "Yéremi", con Y, llegó por error, aunque se convirtió en símbolo. Al hacer los carteles tras su desaparición –presos del miedo y los nervios- se equivocaron al escribirlo. Ya no hay otro nombre que más le identifique.

Vivaracho, nervioso, feliz, Yéremi era el niño mimado de la casa.

Aquel sábado, 10 de marzo de 2007, Yeri, como le llaman en casa, hizo los deberes junto a su primo. Juntos fueron a jugar a la consola y, después, al descampado, con el resto de primos. Cuando el pollo estaba en la mesa, los niños entraron. Todos menos Yéremi. Sus familiares miraron por todos los sitios, buscaron sin descanso dentro y fuera de la casa. Recorrieron parques, calles, invernaderos. "No lo busquen, a Yeri se lo han llevado", dijo su abuelo. Tiempo después, el cubo amarillo de playa con el que jugaba cuando lo secuestraron apareció en una calle cercana.

El padre de Yéremi, descartado

En medio de este trance, Juan Francisco Vargas, el padre del pequeño desaparecido, ha sido denunciado tres veces por presuntos abusos sexuales a tres menores (su hija, y dos hijas de una expareja). Vargas fue investigado por la desaparición de Yéremi, pero fue descartado. La propia Ithaisa ha pedido que no se relacionen estos casos con el caso de su hijo. Investigado por los abusos sexuales, el hombre está en libertad, pero con orden de alejamiento hacia las denunciantes.