La Audiencia de Alicante ha condenado a penas que suman 18 años de cárcel a un hombre que disparó a otros dos mientras negociaban una transacción de droga en la plantación de marihuana que tenía el primero en su domicilio de Novelda, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. Durante el tiroteo, ocurrido el 22 de mayo de 2019, dos de los supuestos compradores resultaron heridos de bala. No se descarta que pudieran estar acompañados de más personas.
La sala considera al principal acusado responsable de dos delitos de intento de homicidio (13 años), uno de tráfico de drogas (tres años) y otro de tenencia ilícita de armas (dos años). El fallo impone también tres años de cárcel al hijo del acusado, por considerar probado que intervino en la fallida transacción de droga. En la plantación se intervinieron más de 200 plantas, aunque en la vivienda otras dosis ya recolectadas y guardadas en bolsas de plástico.
El principal acusado, que está en prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos, alegó que los heridos formaban parte de un grupo que pretendía robar la droga de la vivienda y que le llevaron desde su trabajo a la casa con la amenaza de que tenían secuestrada a su familia. Una versión a la que la sala no ha dado ninguna credibilidad.
La sala da más validez al testimonio de los propios heridos, a pesar de que han ido suavizando su versión a fin de minimizar su posible responsabilidad. Uno de ellos llegó a admitir que eran mediadores por cuenta de unos ciudadanos británicos que querían admitir una importante remesa de marihuana. Todo apunta a que en el curso de las negociaciones surgió alguna discrepancia con el precio. El fallo relata que una de las víctimas declaró que los ánimos se caldearon y el procesado sacó una pistola de la parte posterior del pantalón y empezó a disparar contra ellos.
La sala no ha encontrado evidencias de que en la casa se hubiera producido un intercambio de disparos, salvo un impacto compatible con un proyectil que se habría producido desde el exterior. Pero la sala sostiene que no hay certeza de que ese orificio proceda de un disparo. Ni existían residuos de pólvora y alguien se encargó de limpiar en la casa antes de que llegara la Guardia Civil, relata el fallo. Tampoco se hallaron en las ropas de los heridos residuos de pólvora que indicaran que pudieran haber disparado o al menos una persona cercana a ellos.
Aunque el acusado adujo que disparó sin apuntar y en legítima defensa, la sala considera que utilizó un arma muy peligrosa como una pistola de calibre 9 mm, realizó los disparos a corta distancia lo que le permitía ser más certero y los impactos se produjeron en zonas vitales. Las víctimas del tiroteo huyeron precipitadamente del lugar de los hechos.
