Dani Menjíbar, de 31 años y extronista del programa ‘Mujeres y hombres y viceversa’, fue atacado por «una manada a la caza de su presa» cuando el joven trataba de escapar corriendo por la avenida del Vedat de Torrent en la madrugada del 11 de julio de 2020. Así lo ha remarcado la fiscal en su alegato inicial ante el jurado popular que debe dirimir sobre la responsabilidad de dos de los cuatro jóvenes acusados del crimen, mayores de edad en el momento de los hechos. Otros dos procesados, que eran menores de edad, están siendo juzgados de forma paralela en un juicio que comenzó el pasado mes de noviembre y un tercer menor fue puesto en busca y captura en su día por su presunta participación en el crimen.

El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los dos jóvenes, de 20 y 21 años, una pena de quince años de prisión por el delito de homicidio con la circunstancia agravante de abuso de superioridad, al tratarse de un ataque de varios coautores contra una sola víctima totalmente desarmada, como ya adelantó Levante-EMV. Respecto del juicio a los dos menores, mellizos, éste está todavía pendiente de los informes de conclusiones. Ambos hermanos se enfrentan a siete años de internamiento en régimen cerrado.

Una simple discusión en un local de ocio del centro comercial Las Américas de Torrent, y un desafortunado comentario por parte de la víctima respecto de uno de los menores, fue motivo suficiente para que este grupo de entre cuatro y cinco jóvenes —la participación del quinto no está clara y no está procesado— saliera tras la víctima y a menos de cien metros de distancia le dieran alcance, lo golpearan y acabaran con su vida de dos puñaladas, una por la espalda y la otra directa al corazón, mortal de necesidad. 

La acusación solicita 30 años de prisión por asesinato y robo con violencia

«Daniel era la presa, lo acorralaron, lo sujetaron entre varios, le apuñalaron por la espalda y, con toda la intención de matarlo, le asestaron una cuchillada en el corazón», explicó el letrado Carlos Barbas, que ejerce la acusación particular. En su caso solicitan penas todavía mayores, que ascienden a los 30 años de cárcel. Concretamente 25 años de prisión por el delito de asesinato —al apreciar alevosía y ensañamiento— y cinco años más por el delito de robo con violencia tras apoderarse del reloj de la víctima.

Según ha remarcado ante el jurado el letrado de la acusación, la víctima estaba completamente indefenso, acorralado y sujeto. Y no hubo ninguna provocación ni agresión previa de Daniel a ninguno de los implicados. Asimismo, en las cuestiones previas al juicio la acusación ha aportado unas fotografías a color para que los miembros del jurado tengan claro dónde estaba cada uno de los acusados —tanto los adultos como los menores—, a qué altura lo alcanzan, lo golpean y finalmente lo acuchillan.

Por su parte, la defensas de ambos acusados, ejercidas por los letrados Francisco Alfonso Bonet y Juan Curiel, sostienen que sus representados no participaron en modo alguno en la muerte de Dani Menjíbar y solicitan su libre absolución. Uno de los letrados ha pedido a los miembros del jurado que no se dejen condicionar por prejuicios porque los acusados sean de etnia gitana.

Los acusados de matar a Dani Menjíbar (a cada lado de la imagen) en la primera sesión del juicio. IGNACIO CABANES

Para evitar incidentes en caso de acusaciones cruzadas, agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil velarán para que las sesiones del juicio transcurran con total normalidad. La anécdota del día la marcó una mujer que acudió como público acompañada de su hijo menor de edad, y a la que la presidenta del tribunal recriminó y obligó a que se llevara al menor de la sala. 

En la sesión de mañana prestarán declaración como testigos los dos jóvenes que también están siendo juzgados por este mismo crimen por un juzgado de Menores. En su caso éstos tienen la posibilidad de mentir o acogerse a su derecho a no declarar, al estar acusados por estos mismos hechos.

Durante la prueba testifical, el jurado podrá escuchar las declaraciones, entre otros, de testigos de dos locales de ocio donde estuvo Dani esa noche, de uno de los cuales fue invitado a salir dado su estado de embriaguez. Así como del amigo de la víctima con el que estaba de fiesta esa noche, los policías del grupo de Homicidios que llevaron la investigación o el vecino que se encontró debajo de un banco el móvil de la víctima.

Las pruebas de ADN los exculpan

Las defensas de los acusados se amparan en las pruebas de ADN, ya que en sus ropas no se halló rastro de sangre de la víctima y en las dos navajas intervenidas por la policía tampoco hay vestigios biológicos que los incriminen. No obstante, la fiscalía aclaró que son igualmente coautores del crimen, tanto el que asesta la cuchillada mortal de necesidad en el corazón como los otros que con su acción rodeando, sujetando y golpeando a la víctima, garantizan la muerte del joven Dani Menjíbar.