La Guardia Civil ha detenido en la Rioja a tres personas acusadas de estafar cerca de 150.000 euros usando los datos de identidad de opositores de 22 provincias, entre ellas la de Alicante, para engañar a empresas de telefonía, joyerías y entidades bancarias. Las identidades fueron obtenidas de listados antiguos de opositores a docencia y judicatura que consiguieron en la Deep Web.
Hasta el momento se han esclarecido 195 delitos, entre ellos 113 de estafa por valor de 148.702 euros, 69 delitos de usurpación de identidad y 13 delitos de falsedad documental, según ha informado este jueves el Instituto Armado.
Los ciudadanos estafados hasta el momento son 69 repartidos por todo el país: 37 en Madrid, nueve en Valencia, dos en Málaga, Murcia y Granada y uno en Álava, Albacete, Alicante, Ávila, Badajoz, Burgos, Córdoba, Gijón, La Rioja, Las Palmas, Navarra, Ourense, Pontevedra, Segovia, Sevilla, Vizcaya y Zaragoza.
Además de los opositores estafados, hay once empresas de telefonía, joyas y bancos que han sido víctimas del fraude.
Según la Guardia Civil, la operación se inició en febrero de 2021 tras una denuncia presentada por un ciudadano que aseguró que le habían usurpado su identidad para comprar joyas de alto valor en una conocida tienda online. Los estafadores pusieron como lugar de entrega de las joyas una dirección de la localidad riojana de Villoslada en Cameros y las pesquisas del Área de Investigación de la Guardia Civil en Logroño permitieron averiguar que no se trata de un caso aislado.
La Guardia Civil tenía denuncias de similares características en casi la totalidad del territorio nacional y todas las sospechas se dirigía a un mismo grupo criminal asentado en La Rioja, cuyos tres miembros fueron identificados y detenidos.
Según la Benemérita, los estafadores conseguían en internet y en la Deep Web listados de antiguos opositores a docencia y judicatura donde figuraban sus datos personales (nombre, apellidos y DNI). Con estos datos asignaban a cada víctima una dirección de correo electrónico, un domicilio ficticio y abrían cuentas bancarias y líneas telefónicas, gestiones que se realizaban online.
A continuación compraban joyas valoradas entre 500 y 2.400 euros en una conocida empresa que se publicita en internet y también tramitaban portabilidades de líneas prepago con la finalidad de acceder a la financiación de teléfonos móviles de alta gama, valorados entre 800 y 1.500 euros.
Como daban falsos domicilios para las entregas de la mercancía, uno de los estafadores estaba pendiente del momento en el que se iba a realizar la entrega y simulaba encontrarse casualmente en la calle con el repartidor, ante el que se identificaba con los datos de la víctima para que le entregara el paquete.
Las joyas y teléfonos móviles adquiridos fraudulentamente eran puestas luego a la venta en plataformas de internet y tiendas de segunda mano a un precio muy atractivo para darles salida con rapidez.
Los opositores afectados por el fraude siguen sufriendo las consecuencias del engaño, ya que sus datos han sido utilizados para engañar a las empresas de joyas y telefonía y ello les ha generado "problemas judiciales y de índole personal", según la Guardia Civil.
