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Arturo Prieto Bozec General jefe de la Guardia Civil en la C. Valenciana

"Se me hace difícil entender que alguien no aplique el concepto de tolerancia cero en la violencia de género"

El general Prieto Bozec se muestra preocupado por el repunte de los robos y de los delitos sexuales, pero advierte que la delincuencia no puede bajar siempre. «Lo fundamental es mantenerla en cifras bajas»

Entrevista con Arturo Prieto, general de la Guardia Civil en la C. Valenciana

El general de brigada Arturo Prieto Bozec (Elx, 1964) es el máximo responsable de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana desde su nombramiento oficial, el pasado mes de noviembre. En esta entrevista, la primera en un medio de comunicación escrito, apuesta por reivindicar la cara más moderna y transparente del Cuerpo, recuperando la proximidad con el eje central de sus desvelos, la ciudadanía; y, sobre todo, con los colectivos más vulnerables, sensibles y los socialmente orillados. El general, un experto en la lucha antiterrorista, pero también en el mando de unidades territoriales, es un hombre de su tiempo. Se ha desposeído de los símbolos religiosos y el mobiliario más vetusto, defiende la igualdad que promulga el feminismo y apuesta por volver a una Guardia Civil cercana a la ciudadanía, con el título de Benemérita como bandera, pero sin descuidar el control de la criminalidad y superando la imagen más obsoleta del Instituto Armado.

En su toma de posesión dejó claras sus prioridades, que se resumen básicamente en coordinación y colaboración institucional y con el resto de fuerzas policiales y militares, algo habitual, pero también, y ahí está la novedad, transparencia y comunicación del trabajo de la Guardia Civil. Lo primero depende del talante personal e institucional, pero lo segundo puede generar ciertas resistencias internas, por abajo y por arriba. ¿Cree que conseguirá llegar hasta el último mando subordinado en su deseo de que se comunique directamente a las víctimas de delitos leves la resolución o no de cada denuncia?

No creo que sea particularmente novedoso, por lo menos para mí no lo es porque ya lo he llevado a cabo en otros destinos anteriores y ha funcionado bien. La transparencia ya existe. A veces los intereses de los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad son contrapuestos; muchas veces hay una confluencia de intereses, pero en un momento determinado esos intereses difieren y se separan, porque nosotros tenemos un trabajo y los medios, otro. Debemos intentar beneficiarnos ambos entornos. A veces, en investigaciones abiertas, los medios quieren conocer más, y más, y más, por el interés de informar, mientras que nosotros no nos podemos permitir que trasciendan algunos datos porque puede ser perjudicial para la propia investigación. Fuera de esas incidencias, creo que ambos vamos de la mano. Nosotros tenemos interés en que el ciudadano sepa qué hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo hacemos. Y los medios, cuyo trabajo es informar a los ciudadanos, también. Mientras no surja ese punto de discordancia que es proteger la investigación frente a una filtración que puede suponer o el fin o el deterioro de la misma, comprometiendo el resultado final, iremos de la mano, porque es una cuestión de sinergia. Salimos beneficiados tanto los medios como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Lo realmente novedoso, al menos aquí, es protocolizar que los responsables de cada denuncia descuelguen el teléfono para rendir cuentas al ciudadano que la interpuso, sobre todo en los delitos más pequeños. ¿No cree que puede generar reticencias por parte de algunos mandos?

No creo que vaya a haber particular reticencia, entre otras cosas porque nosotros somos muchos, somos un cuerpo de 75.000 mujeres y hombres, y en eso encuentras de todo. Evidentemente, va a haber reticencia por parte de algunos, y va a haber mucha gente que a su manera ya lo haya estado haciendo. Lo único que vamos a hacer es, digamos, generar un instrumento para que eso sea una práctica común y habitual de todos los puestos de la Comunitat Valenciana. Esto ocurre ahora porque vivimos en la sociedad en la que vivimos. Cuando la Guardia Civil se creó, en el año 1844, el ciudadano se enteraba. Había muchísima más proximidad; no había esta rapidez en la vida. Cuando en un puesto de la Guardia Civil denunciaban una cosa, y al final se solucionaba, el interesado se enteraba porque había mucha más proximidad. Lo que estamos intentando es, a través de un medio técnico, volver a esa proximidad que tuvimos y que creo que es bueno mantenerla.

Apuesta por recuperar la proximidad con el ciudadano y por dar publicidad a "lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos"

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También ha anunciado su intención de ampliar la relación de la Guardia Civil con la ciudadanía. ¿Cómo pretende hacerlo?

Cada vez es más necesario explicar qué haces y cómo lo haces. Y por qué lo haces, desde luego que siempre. Eso se puede conseguir de muchas maneras. Una de ellas, por ejemplo, es a través de los medios de comunicación social, pero también podemos desarrollar una serie de tareas, que ya existen, como por ejemplo el Plan Director de Convivencia Escolar o el Plan Mayor Seguridad para personas mayores. Se trata de explicar a determinados colectivos cuál es nuestra labor. En el plan de convivencia escolar, estamos jugando además con el futuro. Y le estamos explicando a ese futuro qué es la Guardia Civil, cómo hace las cosas, cómo nos gusta hacerlas, qué problemas tenemos, cómo se puede ingresar en la Guardia Civil, es decir, darnos a conocer. Con las personas mayores, lo mismo. Es un sector sensible, particularmente vulnerable, que también nos interesa que conozca de qué manera se pueden sentir ayudados por la Guardia Civil, a lo mejor en cuestiones que ellos ni siquiera se habían planteado. Muchas veces parece que existe la idea de que solo recurro a las fuerzas de seguridad cuando tengo un problema porque he sido víctima de un delito. Pero también tenemos otras facetas, de carácter social o de protección de determinados entornos o ámbitos, que muchas veces son desconocidas. A eso queremos darle también publicidad.

¿Ahí entraría también su interés en organizar mesas redondas y foros de debate, con universidades u otro tipo de organizaciones, como la realizada el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer?  

Voy a poner un ejemplo con un hecho real. En Almería, mi destino anterior, la comunidad gitana tiene una presencia importante. Esa comunidad celebra la Noche de las Candelas, en la noche previa a Navidad. Tradicionalmente, las familias gitanas se reunían con fuego, de ahí lo de las candelas, y hacían una comida típica, con actuaciones y celebraciones diversas, y desde hace un tiempo introdujeron la concesión de una serie de premios. En 2017 fuimos premiados la Guardia Civil y la Policía Nacional. Bueno, pues yo recuerdo esa noche, a las dos de la madrugada, vestido de verde y con mi tricornio, yendo a recoger un premio que nos daba la Federación Gitana mientras miles de gitanos gritaban ‘¡Viva la Guardia Civil!’. Eso, que puede chocar, que efectivamente choca -reconozco que al primero al que le chocó fue a mí-, es lo que pretendemos, buscar darnos a conocer y buscar la integración con determinados entornos o ambientes en los que a priori pueda haber un cierto recelo o desconocimiento de la Guardia Civil. Superar esa figura tradicional, a lo mejor obsoleta del guardia civil, dentro de esos entornos, algunos de ellos tradicionales y otros nuevos. Porque igual q ue hablamos de la comunidad gitana, que es un entorno con muchos siglos de tradición, nos referimos a un entorno tan nuevo, tan reciente como el mundo ciber, donde hay gente muy joven que no conoce a la Guardia Civil, ni su importante presencia en ese mundo.

Puestos a hablar de cambios, ¿entra dentro de sus planes que la Guardia Civil tenga canales propios en redes sociales en en la C. Valenciana, más allá de los genéricos del cuerpo que se gestionan desde Madrid?

Esa es la intención. Ya se está haciendo en otros sitios, en Almería, por ejemplo, o en Zaragoza, y creo que también en Toledo y en Madrid. La idea es intentar abrir poco a poco esas vías, de una manera progresiva y teniendo en cuenta que somos lo que somos. Nuestra presencia en redes sociales no es la tradicional, es decir, no es un canal de doble sentido. Sería un canal de único sentido, porque no podemos entrar en el juego de la red social; somos una institución, no una persona. En la provincia de Valencia, de aquí a muy poquitas semanas, empezaremos en Twitter y en Facebook, y, en un poquito más, en Instagram.

Como experto en Información, ¿considera los bulos, las noticias falsas y las campañas basadas en mentiras una de las formas de terrorismo social, de generación de opinión pública interesada, más preocupantes y peligrosos en estos tiempos?

La desinformación siempre ha sido una herramienta, o bien de conflicto bélico, o bien de organizaciones terroristas a lo largo del tiempo. No es un concepto novedoso, los egipcios ya lo usaban en el ámbito bélico. La manera en la que se plasma esa desinformación sí que puede ser más o menos novedosa. En su vertiente de desinformar a la sociedad, claro que es son una herramienta, clarísimamente, sí. Tiene que ver con la sociedad actual, en la que se ha generado un sistema de vida excesivamente rápido, con lo cual no hay posibilidad de contrastar. Hace unos años podía haber noticias falsas, pero había un impasse en el que uno podía intentar contrastar si esa noticia era falsa o no. Ahora ya no da tiempo. La noticia falsa surge y ya no te da tiempo a intentar contrastarla porque te han surgido otras siete noticias. Quizá el mayor peligro que tenemos ahora es que la noticia falsa impacta y ya no puedes volver atrás. Una vez que ha impactado, ya no puedes desvirtuar la noticia falsa. Para mí, el mayor peligro que veo ahora mismo es que hay tal volumen de noticias, que el daño que hacen las noticias falsas es difícil de paliar y de retrotraer a la situación anterior. Ahí es donde está la labor que nos falta, que el receptor de esa noticia tenga unas fuentes que que le den confiabilidad a la noticia. Es decir, si yo tengo fiabilidad sobre el origen de la noticia, tengo fiabilidad sobre la noticia; entonces desprecio aquellos orígenes de noticias que no me dan esa fiabilidad. Por eso es tan importante la labor de los periodistas, para garantizar ese origen de la información veraz y fiable. Para que las personas que reciben ese bombardeo de noticias no tengan que discriminar a partir de la noticia, sino del origen de la noticia, y evitar todo aquello que presuponga que puedan ser una ficción. Pero, ojo, porque el generador de fake news también intentará desvirtuar la fiabilidad y la veracidad de lo que se considera que es un origen veraz y fiable. Es el eterno juego del ratón y el gato.

Destacó, en su toma de posesión la vertiente benemérita de la Guardia Civil, con especial atención a los colectivos más vulnerables, más desfavorecidos o con especiales necesidades. ¿Cómo va a potenciarlo?

Haciéndoles ver que la Guardia Civil está también para ayudarles. Yo tengo la experiencia y la vivencia de haber realizado colaboraciones con alguna asociación de discapacitados, y el retorno es impresionante, cómo agradecen simplemente que les haya dedicado un poco de tiempo, que hayas ido a visitarles, que les hayas permitido montarse en una moto de la agrupación de tráfico o ver el interior de un helicóptero, o simplemente haber estado con ellos charlando un rato. Nosotros servimos a la sociedad y ellos son una parte de ella. La Guardia Civil tiene el título de Benemérita, así que atender al vulnerable no es una opción, es una obligación. Y ya digo, el retorno es muy gratificante desde el punto de vista personal y desde el punto de vista institucional.

"La Guardia Civil tiene el título de Benemérita, así que atender al vulnerable no es una opción, es una obligación"

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¿Y con las personas mayores? ¿Cómo se puede mejorar la relación entre el instituto que representa y ese colectivo al que la sociedad actual tiende a arrinconar o dejar fuera, como ha sucedido hasta ahora con la banca, por ejemplo?

Explicándole determinadas cuestiones que existen y que ellos desconocen. Un ejemplo: hay una aplicación que se llama AlertCops, que se lleva en un teléfono móvil y permite dar una serie de alarmas apretando un simple botón, e incluso la localización de una mujer. Voy a poner otro ejemplo. Estando destinado en Murcia, desapareció una persona mayor. Había salido a pasear y se había caído en el arcén de una carretera, justo en un punto en que había matorral de más de un metro de altura que impedía la visión. La pobre mujer se había fracturado no recuerdo si un tobillo, y no podía salir ni se podía mover. Pues esa mujer llevaba la aplicación. La activó y nos dio la localización. Si no llega a ser por eso, la señora habría muerto. Y sabía que existía esa aplicación porque había estado en una charla impartida un guardia civil en la asociación de mayores del pueblo donde vivía, en la que, entre otra serie de cuestiones, se les había informado de que existía esa aplicación, que incorpora la opción de pulsar un botón de alarma. Gracias a eso, salvó la vida. Se trata de hacerles llegar la información. O, a veces, simplemente de responder a sus preguntas y dudas, y de orientarlos. Pero también de alertarles de delitos que les afectan especialmente, como la famosa estafa de la revisión del gas.

¿Cree que recordarle a la Guardia Civil que debe investigar los delitos de odio y proponer equipos especializados es reiterativo porque ya se estaba sobre ello o, por el contrario, es necesario porque es un delito sobre el que puede no haber suficiente sensibilización a la hora de recoger la denuncia?

La persecución de los delitos de odio en ese concepto es más de terminología que algo novedoso. Es decir, las actuaciones que se persiguen con los delitos de odio, antes también se perseguían. Se le ha dado, quizá, un contexto más adecuado. Se ha modernizado, digamos, y se ha potenciado su persecución. Pero existía también antes con otras denominaciones, porque el acoso no es una cosa novedosa de ahora. Ha existido toda la vida y se ha perseguido. Quizá se ha mejorado la forma de combatirlo. Eso sí, es verdad que la sociedad evoluciona y que las fuerzas de seguridad evolucionan de la mano de la sociedad. En otros entornos pasa lo mismo. Ocurre con la violencia de género o con el ciberdelito. Ahora cada vez se dan más pasos a la hora de perfeccionar la persecución de algunos delitos.

Me refería a algo más sutil. A la concienciación o sensibilidad de los agentes a la hora de recibir ese tipo de denuncias más leves, menos aparentemente gravosas para la víctima.

La sensibilización afecta al conjunto de la sociedad, no solo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es una cuestión de sensibilización de toda la sociedad que creo que faltaba, y que, a su vez, cuando ha aumentado, ha generado que la respuesta punitiva se incremente. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no hacen las leyes. La modificación de la legislación la realizan los legisladores, porque la sociedad lo demanda, es decir, lo que se ha producido es una sensibilización de toda la sociedad y eso ha dado como respuesta una modificación de la normativa y, a continuación, de todo el aparataje que hace cumplir la normativa. No creo que sea un problema de sensibilización del guardia civil o del policía nacional, sino de sensibilización de toda la sociedad. La sociedad está más sensible a ese aspecto y reacciona, en todos sus ámbitos o en todos sus instrumentos.

¿Cree que se exagera cuando se insiste en la necesidad de buscar la tolerancia cero en la violencia de género? ¿Cree q la GC gasta demasiados recursos en la persecución de ese delito?

No, no creo que se exagere. Creo que es evidente. Y todo el mundo va a defender la tolerancia cero en la violencia de género. Evidentemente los agresores no, pero el resto, por supuesto. No solo no es exagerado, sino que se está en esa línea. Otra cosa es que a veces los instrumentos o los mecanismos de funcionamiento de aquellos puedan fallar determinado o tener pequeños defectos. A mí se me hace difícil entender que alguien no no aplique el concepto de tolerancia cero en la violencia de género. De la misma manera que no entiendo que alguien no pueda defender el concepto de feminismo. Feminismo, si uno se va a la Real Academia de la Lengua, pone igualdad entre el hombre y la mujer. En el siglo XXI, es difícil que alguien no defienda la igualdad entre un hombre y una mujer. Y sin embargo, sorprendentemente, a veces se malinterpreta o se le asigna al término feminismo un concepto que no es lo que representa, yo creo que por un problema de falta de cultura.

"No entiendo que alguien no pueda defender el concepto de feminismo, de igualdad entre el hombre y la mujer, en el siglo XXI"

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Pero hay colectivos cada vez más amplios que no están en favor de la igualdad, que saben lo que significa, pero la rechazan. Y que siguen negando la violencia de género pese a lo irrefutable de las estadísticas y, peor, aún, haciendo calar ese mensaje negacionista con mentiras sistematizadas.

Allá cada uno con sus ideas… Ahí hay un hecho evidente y claro: hay unas víctimas, hay unas mujeres muertas y hay unas consecuencias. Eso es innegable. Lo que no se puede negar es lo evidente. Uno puede dar una diferente interpretación a algunas cuestiones en función de esos intereses propios, pero lo que es innegable, es innegable. Es decir, si esta mañana está cayendo agua es que está lloviendo; si hay mujeres víctimas de violencia de género es porque existe un problema de violencia de género. Eso es evidente. Cada uno puede intentar darle la solución que considere, pero que existe un problema es más que evidente.

Tan evidente como el asesinato vicario ocurrido en Sueca el pasado 3 de abril ¿Qué ha fallado? Hablo de su ámbito, claro está…

La actuación policial no tiene fallo en ese caso. No hay fisuras. Había una valoración policial de riesgo medio. El problema es que la violencia se ejerce sobre el hijo de la pareja. Las valoraciones de riesgo intentan soslayar eso, esas presiones, digamos, ajenas a la figura de la mujer por parte del maltratador. Al final no deja de ser un formulario de preguntas y respuestas en una situación concreta; es imposible que prevea todas las posibilidades y no hay que olvidar que tratamos con personas. No es infalible. Es cierto que genera un nivel de protección bastante elevado, pero difícilmente una valoración de riesgo va a poder generar esa certeza al 100%, porque además es mutable en el tiempo. Es decir, la valoración de riesgo se produce en un momento determinado, en una situación determinada, y luego se van haciendo revisiones de esa evolución, pero nuevamente, en un momento determinado y en una situación determinada. En el impasse de una valoración a otra pueden ocurrir situaciones que alteren el resultado. Pero, insisto, en este caso la actuación policial no tiene fisuras. Ninguna. 

Hablemos de la criminalidad en general. Desde hace años, hay una tendencia a la baja. ¿Cree que hay margen para seguir reduciendo la delincuencia? 

Es difícil, por no decir imposible, que la delincuencia siempre baje. Esto no es como el euribor, que puede estar hasta en negativo (sonríe). Aquí no puede haber negativo. La idea de cualquier miembro de las fuerzas de seguridad es que se traslade que nuestro trabajo reduzca la delincuencia con carácter permanente. Pero eso es imposible. Llega un momento en que esa situación se estanca y a partir de hay se produce una subida. Lo fundamental es mantener las cifras de delincuencia en cifras bajas. Somos uno de los países de Europa con la tasa delincuencial más baja, y eso tiene un reflejo: somos un destino prioritario del turismo. Muchas veces se valora que va buscando el sol, la cultura,… En las encuestas, uno de los parámetros por los que se pregunta es la seguridad y normalmente ese es el segundo factor más valorado a la hora de planificar un viaje. Cuando vienen muchos millones de turistas a España es porque ese nivel de seguridad lo valoran como algo importante a la hora de elegir. En todo caso, ahora tenemos un repunte. Para empezar, porque venimos de un periodo muy extraño, el de la pandemia. Ahora se nos ha olvidado un poco, pero la sociedad española en su conjunto estuvo casi cuatro meses encerrada, y la delincuencia, evidentemente, bajó una barbaridad, menos en las estafas por internet, que lógicamente se dispararon, porque no había otra manera de comprar. Ahora que estamos recuperando la normalidad, la recuperamos en todo, en lo malo, en este caso la delincuencia, también. En este momento estamos más o menos en los niveles prepandemia, los de 2019.

¿Alguna estrategia en mente para dominar ese repunte?

Sí, bueno, tener la mayor presencia posible en la calle e intentar orientar los esfuerzos hacia donde más nos aprieta el zapato. La delincuencia es un concepto muy global, así que hay que orientar la respuesta hacia las tipologías delictivas que empiecen a repuntar.

¿Y cuáles son esos delitos que más le preocupan por su incremento?

En el arco mediterráneo, y la Comunitat Valenciana es puro arco mediterráneo, los delitos contra el patrimonio. Fundamentalmente los robos y sobre todo los que se producen en el interior de las viviendas, sean o no con violencia. Ese es el volumen más importante de delincuencia. También hay un cierto repunte de los delitos sexuales. Necesitamos un poquito más de tiempo para ver si es un cambio de tendencia real, o está dentro de esa vuelta a la normalidad prepandemia, porque hay estadísticas un poco contradictorias. La trascendencia lógicamente es distinta en uno y otro caso.

De hecho, el delito sexual no ha dejado de crecer desde 2018 y la pregunta del millón es si hay más casos o mayor empoderamiento de las mujeres para dar el paso y denunciar.

Esa es una duda que se nos plantea siempre. Es como el huevo o la gallina, ¿qué es anterior? No lo sé. Sí que es verdad que detectamos que las víctimas y los autores cada vez son más jóvenes. Eso podría tener una lectura peligrosa. Peligrosa desde el punto de vista de sociedad, claro. Por eso hace falta un poquito más de tiempo para poder llegar a una conclusión clara.

"Algo está ocurriendo para que cada vez más chicas muy jóvenes normalicen y toleren comportamientos abusivos y de acoso. Habría que reflexionar sobre por qué ocurre eso"

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Lo mismo ocurre en la violencia machista. Cada vez hay víctimas y autores más jóvenes. Con menores de 20 años implicados.

Sí, hay comportamientos, yo creo que peligrosos, por parte de gente muy joven que habría que estudiar por qué se están produciendo. Es una percepción personal, pero compartida por más gente, de que hay una respuesta sorprendentemente distinta a lo que se podía esperar por parte de un porcentaje importante de gente joven. Hay una tolerancia sorprendente por parte de muchas chicas jóvenes a ciertas actitudes que acaban derivando en situaciones de violencia de género. Es chocante que con todo el esfuerzo que se está realizando para luchar contra la violencia de género, la respuesta en parte de esa franja de mujeres más jóvenes sea la que es. Sería importante hacer una reflexión de por qué está ocurriendo eso. Lo lógico sería que que el nivel de aceptación de ese tipo de comportamientos cada vez fuera a menos, y curiosamente no es así. 

Es un fallo educacional en las edades tempranas, ¿no cree?

Parece claro que sí. Pero, ¿dónde se está fallando? ¿Está fallando en la respuesta, digamos, de las instituciones a la hora de afrontar la educación de esas franjas de edad? ¿Están fallando las familias? ¿Está fallando el concepto familiar? No lo sé, pero evidentemente algo está ocurriendo para que el resultado sea que cada vez más chicas normalicen y toleren comportamientos de acoso. No digo que los favorezcan, pero sí que los entiendan como habituales y que los toleren. Comportamientos violentos y abusivos. Y luego hay un bombardero constante en la música, en algunos referentes sociales públicos, en actuaciones… ¡Y algunos hasta ganan premios y concursos!

La inmigración irregular y la trata de seres es un grave problema social, pero también político. Es especialmente agudo en Andalucía y Canarias, pero las mafias también han alargado sus brazos hasta la C. Valenciana.

La inmigración y la trata son dos cuestiones distintas, aunque es cierto que tienen un punto de conexión, porque aquellos que utilizan una red de inmigración irregular acaban siendo víctimas de trata. La inmigración irregular viene de hace mucho tiempo. En este momento, la inmigración con origen en Marruecos, que fundamentalmente es de subsaharianos, entra por el mar de Alborán. Pero la ruta argelina, que es de las más fuertes ahora, porque además es un concepto de patera distinta, la patera taxi, entra fundamentalmente por Almería, pero también por Murcia, Alicante y Baleares. Las entradas en la C. Valenciana no son masivas. Hoy por hoy no es un problema acuciante por el volumen de inmigrantes que están entrando. En cuanto a la trata, mucha de ella relacionada con la explotación sexual, pero también laboral, sí es un problema por el volumen, pero fundamentalmente viene de otros países, en muchas ocasiones de antiguos países del Este y de los bálticos.

¿Estamos suficientemente preparados en la C. Valenciana ante la amenaza yihadista? Con la pandemia, primero o la invasión de Ucrania, ahora, parece que lo hemos olvidado, pero seguimos en nivel 4 de alerta.

La amenaza yihadista es un problema complejo. La colaboración internacional es fundamental en ese tipo de terrorismo, y está funcionando muy bien, con resultados importantes. Es sorprendente, porque en otras cuestiones delincuenciales es complicado poner de acuerdo los aparatos judiciales de distintos países, con engranajes diferentes y leyes no homogéneas ni homologables entre sí. Sin embargo, en el asunto del terrorismo yihadista parece que todo el mundo está en la misma dinámica de protegerse, porque se tiene el concepto de que que ataca a todos por igual. Es un terrorismo complejo porque no está estructurado. Aquí estábamos acostumbrados a organizaciones terroristas que eran eso, organizaciones, con una estructura determinada. Atacar ese tipo de terrorismo pasaba por atacar la estructura. Con el yihadismo es distinto. La famosa figura del lobo solitario, los ex combatientes de determinadas zonas de conflicto, constituyen un formato diferente. También la manera de buscar los objetivos, la forma de conseguir la generación del terror es distinta. No responde al parámetro tradicional de organización terrorista o de terrorismo tradicional. Por eso es más difícil de combatir.

Cuando se produjo el 11M, les pilló con el pie cambiado. La Guardia Civil tenía mucha experiencia en ETA pero muy poca en Al Qaeda.

La tenía, tristemente... Teníamos callo con la figura del terrorismo que vivíamos, el de ETA. Teníamos el personal entrenado en el ámbito del terrorismo y eso facilitó poder reorientarse rápidamente hacia la nueva situación. Hubo cuestiones que cambiar, evidentemente, porque el tipo de terrorismo es distinto, pero tenemos gente muy preparada que estaba trabajando en el mundo del terrorismo y que rápidamente se reorientó al otro.

Algunos de sus cuarteles hacen aguas desde hace tiempo… ¿Cómo piensa corregir eso con una crisis económica que se está eternizando?

El otro día leí una entrevista a un economista conocido en la que decía ‘acostúmbrense a vivir en crisis, porque después de esta vendrá otra’, así que habría que empezar a prepararse para la siguiente crisis... Nosotros tenemos un problema importante porque tenemos un despliegue territorial muy importante, así que tenemos muchísimos inmuebles que hay que mantener, y el mantenimiento, a medida que va pasando el tiempo, cada vez es más costoso y más dificultoso. Es cierto, tenemos un serio problema. Además, somos de las pocas organizaciones que vertebra un poco España, que estamos en prácticamente todo el país. Y eso cuesta dinero. Mucho dinero. La idea es seguir manteniendo esa vertebración y el número de puestos que tenemos hasta ahora, así que habrá que dedicarle dinero. Se está intentando paliar en la medida de lo posible, cambiando alguna estructura e intentando dedicar más disponibilidad económica. 

Y a través de la colaboración institucional…

Sí. Buscar un poco las sinergias de otras administraciones haciéndoles ver que la Guardia Civil es un cuerpo de seguridad del Estado, por lo tanto pertenece a la administración central, pero que trabaja mucho para las administraciones locales y autonómicas. Y de alguna forma nos gustaría que esas administraciones colaborasen con nosotros en distintas cuestiones, y una de ellas es en el mantenimiento de los acuartelamientos. No es novedoso esto. Tenemos protocolos de colaboración y convenios con diputaciones, ayuntamientos y con alguna comunidad autónoma. Normalmente, el retorno es positivo y nos echan una mano para para poder mantener y mejorar esas instalaciones, que van en beneficio de la Guardia Civil, de los y las guardias civiles que están trabajando allí, pero también van en beneficio, en primer lugar, del administrado, que es el ciudadano, así como de las administraciones local y autonómica. Y de la imagen que se lleva el turista cuando entra a denunciar a un cuartel. No es lo mismo entrar en unas dependencias en condiciones que entrar en un sitio que dicen ‘¡Madre mía! ¿Dónde me he metido?’ Eso es importante. Y ese retorno también es importante.

¿Cuáles son los cuarteles prioritarios?

Sinceramente, aún no lo sé. Estamos ahora en ello. Los tres jefes de comandancia están haciendo un repaso de las instalaciones para marcar las prioridades. En todo caso, soy partidario de las inversiones duraderas. Creo que es mejor invertir en ocho acuartelamientos con una solución que nos valga para dentro de 20 años que hacer 53 actuaciones y que al cabo de tres años pasen desapercibidas. Con esa filosofía estamos intentando determinar qué acuartelamientos serían los que deberían ser objeto de esa gran reforma.

"Tenemos un problema muy serio con el estado de algunos cuarteles; seguiremos buscando sinergias con las administraciones locales, provinciales y autonómica. Va en beneficio de todos"

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La Guardia Civil abrió las puertas a las mujeres hace 34 años, pero hoy siguen suponiendo un escaso 8% de la plantilla. ¿Por qué cree que es una profesión poco atrayente para las mujeres? 

La cifra de ingreso de mujeres en la Guardia Civil se ha ido incrementando. De hecho, en la última promoción general es de un veintitantos por cien. Y en la última o la penúltima promoción de ingreso de oficiales, el porcentaje de mujeres era del 40 y tantos por 100.

Hombre, quizás ha funcionado el Plan de Igualdad puesto en marcha en 2019 para captar mujeres… En todo caso, la falta de referentes femeninos tampoco ayuda

Esa cuestión se planteó en la mesa redonda que organizamos con ocasión del Día de la Mujer. Vinieron cinco mujeres que son referentes en sus profesiones. La moderadora, que es juez en Llíria, la gerente del Hospital Virgen del Consuelo, la jefa de la Inspección Regional de la Agencia Tributaria, la vicerrectora de la Universidad Católica de València y una comandante nuestra destinada en Madrid. Una de las cuestiones que planteaba la comandante es la falta de referentes femeninos cuando ella ingresó en la Guardia Civil. Tenía referentes masculinos pero no tenía ningún referente femenino. Y el otro día, hablando con unas guardias que vinieron a la Zona, salió esta cuestión y una de ellas, que es una oficial, ponía de referente femenino suyo precisamente a esa comandante que estuvo en la mesa redonda. Eso quiere decir que ya empieza a haber referentes femeninos dentro de la Guardia Civil. Empieza a ser habitual ver en los medios de comunicación a la teniente coronel de Teruel o la de Guadalajara. En fin, que pueden ser ese faro para muchas mujeres a la hora de decir anda, pero si hay mujeres oficiales en la Guardia Civil o hay mujeres que están haciendo no sé qué en la Guardia Civil, o hay una piloto de helicópteros, por ejemplo.

Dijo que ser nombrado jefe de la Guardia Civil en la Comunitat Vañenciana tiene una doble satisfacción, profesional, por la relevancia del cargo, con 7.500 mujeres y hombres bajo su mando, y personal, por su origen ilicitano y su infancia entre Novelda y Alcoi. ¿Esto último se lo pone más fácil?

Ir cambiando a menudo de lugar te facilita el ajustar el paso al lugar donde vas, pero hombre, sí que es verdad que es una satisfacción personal el volver a los orígenes. Yo nací en Elche, aunque nacer en Elche fue un poco casualidad porque tendría que haber nacido en Novelda, pero es verdad que estuve viviendo en Novelda y Alcoi hasta los nueve años. Me resulta curioso, por ejemplo, que el cuartel donde yo viví con mis padres en Alcoi siga siendo cuartel de la Guardia Civil hoy. 

Entonces, ¿es de los que va a reformar?

(Ríe la broma) Bueno, va a ser complicado reformar ese cuartel porque ya es muy mayor... Pero bueno, sí, es una satisfacción personal esta vuelta a los orígenes. Desde el punto de vista profesional, lo que me facilita el conocimiento del terreno no es haber nacido aquí, sino haber trabajado muchos años en el arco mediterráneo [Murcia y Almería]. La problemática es muy similar, aunque cada sitio tiene sus particularidades. Eso sí que lo facilita.

En los años en el País Vasco en los servicios antiterroristas aprendió "a valorar a la gente que trabaja contigo y a medir un poco qué puedes pedir y qué tienes que dar"

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¿Qué aprendió de los largos años en Información, en la lucha antiterrorista, que pueda venirle bien en este destino?

Uno aprende de todos los sitios por los que pasa, ¿no? Aquellos fueron mis primeros años como guardia civil. Aprendí a valorar a la gente que trabaja contigo y a medir un poco qué puedes pedir y qué tienes que dar. A cómo balancear esas dos cosas. Ese periodo de tiempo fue importante para aprender eso que creo que es fundamental a la hora de mandar personas. Es importante saber cuándo tienes que abrir la mano y cuándo tienes que cerrarla. Me llevé muchas cosas de esa época que es una de las más felices de mi vida profesional, si no la que más. Pero quizá la mayor enseñanza fue desde el punto de vista de personal.

Choca que aquellos años de plomo fueran los más felices...

Es cierto que la situación era difícil, pero, en primer lugar, acabas de salir a tu ámbito de desarrollo profesional y, en segundo, porque, por circunstancias, al final acabé trabajando con gente muy joven, con muchas ganas, con mucha ilusión. Se nota mucho cuando uno trabaja con un grupo en el que, aunque no todo el mundo piense igual, el fin último es siempre el mismo. Eso une mucho. Y luego las situaciones difíciles, que dan una respuesta dispar, o separan o unen, y en este caso normalmente lo que hacían era unir mucho. 

Estuvo en los servicios de Información en el País Vasco entre 1988 y 1994. ¿Cuál fue el peor y el mejor momento?

Lo peor, evidentemente, siempre son los muertos. Y cuando hablamos de muertos, si son niños, pues entonces lo peor evidentemente es ver cómo asesinan a un niño y, en este caso además, hijo de un compañero. Lo mejor, como he dicho antes, la gente. Indiscutiblemente.

¿En qué se parece la GC de hoy a la que vivió su padre?

Pues si las sacamos de contexto, en muy poco. Si las contextualizamos, se parecerían bastante. Al final, este tipo de instituciones y de organismos son reflejo de la situación y de la sociedad del momento, evidentemente. Pongo un ejemplo: cuando mi padre estuvo de capitán en Alcoi, tenía como vehículo oficial una moto con sidecar. Y allí hace mucho frío y nieva en invierno. En el año 70, mi padre subía a Aitana con el pobre conductor en aquella moto, cuando podían y no habían cortado la carretera por la nevada. ¿Eso ha cambiado? Sí, efectivamente. Ahora no hay nadie que salga en la moto con sidecar. Ahora contextualiza. ¿Cuántos vehículos había en aquella época en la zona de Alcoi? Muy pocos. Ahora, cualquiera en su casa tiene su vehículo, el de su mujer y hasta el de algún hijo. Lo que sí que es verdad es que la Guardia Civil ha demostrado que tiene una capacidad de adaptación camaleónica. Hemos sabido adaptarnos a la situación del momento desde el año 1844 hasta ahora. Y lo hemos hecho con absoluta continuidad, ajustándonos a lo que la sociedad nos demandaba y a lo que la sociedad necesitaba. Mientras sigamos existiendo, y yo creo que seguiremos existiendo mientras le resultemos útil al ciudadano, seguirá siendo así. Dentro de 30 años, probablemente si al general de la zona, o como se llame en aquel momento, sean generales, sean zonas o sea lo que sea, le pregunta tu sustituta de entonces, que tú tampoco estarás preguntando, seguro que dirá algo similar (ríe), que es una institución que va cambiando en función de como cambia la sociedad.

Ahora los guardias civiles tienen incluso horario, algo impensable hace 20 años...

Efectivamente, eso era impensable, pero es que, hace 50 años, vamos a ver quién tenía horario con el concepto de horario que se tiene ahora...

Horario y también asociaciones profesionales normalizadas, ¿no?

Hace 20 años, había asociaciones profesionales, sí, pero hace treinta o treinta y tantos estábamos hablando de otros parámetros distintos. Ahora la relación con las asociaciones profesionales se ha normalizado por completo. Es verdad que en su momento era un choque. Es que esto ha ido evolucionando mucho... Por ejemplo, la Guardia Civil pertenecía al Ejército de Tierra, y en 1986 deja no sólo de estar integrada en el Ejército de Tierra, sino que ya no forma parte de las Fuerzas Armadas. Es un cuerpo militar, pero fuera de las Fuerzas Armadas. Eso en su momento fue un choque, una concepción revolucionaria, aunque ahora se vea como normal. Con las asociaciones profesionales, lo mismo. Yo mantuve una reunión con ellos hace algo más de un mes, de las dos o tres que mantenemos al año, y la normalidad es absoluta.

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