“No tengo nada que ver ni nada que ocultar”. Estas palabras resumen la versión del exjuez Héctor Luis Yrimia respecto a la acusación de estafa y asociación ilícita que le imputa el Ministerio Público Fiscal de Villa María (Córdoba, Argentina) en calidad de su cargo de director jurídico de Generación Zoe.

Desde su residencia en Dubai, Yrimia ha concedido esta mañana una entrevista a este periódico en la que no ha querido esquivar ninguna cuestión y que hemos dividido aquí por temáticas, dadas las múltiples aristas del asunto.

Sobre su implicación en el caso Zoe, compañía acusada de llevar a cabo una estafa piramidal internacional, y que en España tuvo su sede nacional en Elda, el exjuez federal argentino asegura tajante que “yo no tengo nada que ver".

La primera parte de su discurso se centra en su papel como presunto damnificado: "Entré en marzo y me fui en noviembre. Vi el discurso que daban y me pareció atractivo, también el dinero que ofrecían. De lo demás yo no tenía ni idea de nada, fue entonces cuando empecé a ver cómo funciona el dinero de las criptomonedas. Al principio hice una inversión pequeña, de 1000 dólares, y luego puse un departamento. Me pagaron hasta enero”.

El ataque de los tuiteros

Fue para esa fecha cuando comenzaron a llegar, procedentes de distintos países, las denuncias de los clientes de Zoe, consecuencia de lo que él considera que se trató de “un ataque mediático y en las redes sociales” contra la empresa. El mismo discurso que usó Cositorto para justificar los impagos a sus clientes durante el tiempo en que estuvo prófugo.

Según Yrimia, hubo previamente “70 días de una gran campaña de desprestigio” en la que un par de importantes grupos económicos y digitales del país, cuyos intereses supuestamente chocaban con los de Zoe, “contrataron a unos tuiteros” (en alusión a Pablo G. Salum, Javier Smaldone y la persona detrás del alias Beto Mendeleiev) para que difamaran a la compañía.

A la pregunta de si tiene pruebas para demostrar tal acusación, Yrimia contesta que la tiene “extrajudicialmente” y, acto seguido, saca a colación el papel que según él jugaron los medios de comunicación en su implicación en el caso Nisman, que no se sustanció en nada pero que incide en que le supuso un perjuicio laboral porque “hubo 4 meses que después de eso no me llamaba nadie”.

Cabe recordar que el también exfiscal intervino en la causa AMIA y fue acusado por el difunto Alberto Nisman por encubrimiento a los iraníes acusados de volar la mutua judía, una denuncia que acabó siendo desestimada.

Varias capturas de la entrevista por videollamada con Yrimia

Incumplimientos de pago

Preguntado sobre si, en su condición de hombre de leyes, considera que Zoe es una estafa, Yrimia dice no contar con todos los elementos de juicio para determinarlo y que lo que sí puede decir a día de hoy es que hay “incumplimientos de pago”. En la misma línea de lo argumentado por el abogado Miguel Ángel Pierri, que defiende a Cositorto y con quien asegura tener una buena relación al conocerle desde hace muchos años.

Yrimia niega, en cambio, haber formado parte de la Fundación de Altos Estudios “Abogados Sin Fronteras”, creada y presidida por Pierri, pese a las noticias publicadas en su día por distintos medios, relativas al trágico caso del asesinato de Ángeles Rawson y donde se le citaba como miembro de la misma.

¿Dónde está el dinero?

Aunque habla todo el tiempo como un damnificado más, hay vídeos donde él mismo se presenta como director jurídico de Zoe. Al respecto, explica que “me equivoqué en la expresión. Yo fui un asesor jurídico externo. Nunca recibí dinero de ningún inversor, ni conocí el destino que tenían los fondos. Eso era asunto de los cabezas”.

A la cuestión de si sabe o sospecha dónde está el dinero de la gente, Yrimia es claro: “los únicos que lo saben son Leonardo Cositorto y Maximiliano Batista”. No obstante, suscribe la denuncia hecha pública por el líder de Zoe de que la plataforma Binary (ahora Deriv) bloqueó una cuenta de la empresa donde tenían 611 Bitcoin.

Advertido de que la estrategia de la defensa del presidente y vicepresidente de Zoe pasa por culparle a él y a su gente de la estafa, Yrimia pasa a detallar su versión de cuál ha sido su relación con la compañía y el papel desempeñado en ella.

La estructura de la empresa

“La empresa llevaba un año radicada en Argentina y venía de unos tres años y medio en Colombia. A través de un amigo (Eduardo Llaser, según ha admitido) yo llego a Zoe cuando Argentina era un país triste y encuentro ahí a toda la gente alegre y optimista. Yo entré primero como un inversor más y durante ese tiempo cumplieron”, relata el abogado.

Luego, según indica, pasó a ser un “asesor externo” de la compañía en la que su “función específica” fue “analizar el aspecto jurídico”. Así, cuenta, miró los contratos y el asunto de la Universidad del Coaching, ya que universidad era un término “que no podían usar”.

Para resolver el problema, apunta, se dejó aconsejar por un grupo de profesores para "conseguir" que la Fundación Perito Moreno diera la hipotética cobertura legal a la actividad docente desarrollada en la sociedad.

No conocía Yrimia hasta entonces el funcionamiento de “una empresa multinivel”, ni entendía bien el concepto de las franquicias ni los pines. Entonces “apareció un equipo de contadores financieros” que sugirieron implantar la fórmula del contrato de fideicomiso administrativo, algo que le pareció bien porque daría seguridad a los fiduciantes y aportaba un marco legal que era necesario. Incluso recuerda que hubo reticencias cuando él planteó que tendrían que cobrarse comisiones por la resolución de esos fideicomisos.

En cualquier caso, añade Yrimia, “yo ni siquiera los constituí”, puesto que según su versión fueron Julieta Sciutti y Maximiliano Mitroff, ambos socios de una consultoría, los que administraron “jurídica y económicamente los legajos”.

El exjuez federal resume la estructura de Zoe en “dos cabezas (en referencia a Cositorto y Batista), un equipo de soporte y los líderes, que eran los que reclutaban a la gente”.

El pasado y los antecedentes

¿Y cómo es posible que un hombre como Yrimia, que daba talleres de prevención para que las personas no fueran blancos fáciles de delitos, y que incluso como profesor en la Escuela Superior de la Prefectura Naval Argentina estuvo a cargo de la cátedra de “Delitos económicos y de alta complejidad”, cayera (tal y como él sostiene) en una trampa como la de Cositorto? ¿No hizo siquiera una búsqueda en Google para comprobar que el pasado del líder de Zoe era cuanto menos sospechoso?

Yrimia dice que sí lo hizo: “Audité las causas y vi que se las inventaron”. “Cuando yo chequeo, la empresa cumplía”, insiste. De hecho, tal fue su confianza en Zoe que su decisión de trasladarse a vivir a Dubai la toma, asegura, contando con los rendimientos económicos que le estaba dispensando la compañía.

¿En ningún momento se planteó que el rendimiento del 7,5% mensual que Zoe ofrecía era insostenible? Yrimia arguye que él mismo vio cómo los traders de Zoe generaban altos beneficios.

Sin embargo, la alta volatilidad de estos activos hace imposible garantizar un beneficio mensual. Ante esta consideración, el abogado replica que "hay empresas que se sacan más de un 30% de beneficio mensual, los bancos por ejemplo”, refiere el letrado, quien asume, tras ser apostillado, que la diferencia es que no lo reparten entre sus clientes ni depende el mismo de la entrada de nuevos.

Tres tomas de la entrevista con Yrimia

Zoe en Dubai

¿Y cuál fue la implantación de Zoe en Dubai? El exjuez porteño aclara que hicieron allí un seminario, como los que realizaron en Cancún y otros lugares “a los que yo nunca fui”, y el objetivo era “traer a jugadores de fútbol”, si bien ese propósito no se llevó a cabo al estallar el escándalo en torno a la compañía.

La situación de Yrimia en comparación con el resto de las víctimas es "doblemente grave", asevera, pues además de haber perdido su dinero se encuentra inmerso en una situación que dice no entender: “estoy tratando de trabajar, pero todo esto a uno le afecta”, se lamenta el exjuez, que en la actualidad afirma asesorar una empresa en cuestiones de seguridad y también formar parte de otra firma que se dedica a operaciones de comercio de productos agrícolas.

A su juicio, la fiscal de instrucción de Villa María, Juliana Companys, está tratando de buscar qué delito hay y está pecando de tener a la gente detenida demasiado tiempo.

Los vídeos

Yrimia asegura que él no borró el vídeo donde aparece hablando del fideicomiso y del andamiaje legal de Zoe porque “en primer lugar yo no lo grabé”. De acuerdo siempre a su testimonio, él participó en cuatro charlas de la compañía y en ninguna de ellas fue para captar inversores, sino que simplemente explicaba los pasos seguidos para dotar de estructura jurídica a aquellos aspectos donde no estaba clara.

¿Y las minas de oro con las que se pretendía respaldar la criptomoneda Zoe Cash, hoy ya desaparecida? Ese asunto “no lo traje yo”. La documentación sobre la de Jujuy “era válida”, enfatiza Yrimia, quien no sabe si Cositorto llegó a pagar alguno de los plazos para la concesión de la explotación de ese terreno.

Sobre si percibió 400.000 dólares de Zoe por la inscripción de la empresa como Agente de Liquidación y Compensación Integral (ALYC I), trámite necesario para que las personas jurídicas puedan actuar como intermediarios de mercados autorizados por la CNV e intervenir en la liquidación y compensación de operaciones con valores negociables registradas en el marco de mercados, Yrimia afirma que “yo no cobré nada”. “Cobró ese dinero el cliente que se la vendió a Zoe”, sin querer aportar la identidad del mismo por cuestiones de confidencialidad profesional.

La figura de Cositorto

¿Piensa Yrimia presentar una denuncia contra Zoe en calidad de víctima? Tras unos instantes de duda, el letrado subraya que su prioridad en estos momentos es salir de esta causa “que me inventaron” y luego tratar de recuperar el dinero.

¿No le pareció Cositorto un encantador de serpientes? Yrimia señala que le pareció “un tipo interesante” y del que le consta que “ayudó a mucha gente que estaba en la calle”, si bien no sabría hoy asegurar si lo hizo de corazón o para cimentar su pretendida imagen de filántropo. No obstante, sí confiesa que le chocó su aire mesiánico y está "dolido" con él por todo lo sucedido.

“A la oficina yo iba si estaba él, dos o tres veces por semana los primeros meses”, recuerda, hasta que en octubre empezó a desligarse cuando vio que la cosa se volvía turbia.

Respecto a la foto donde aparece junto al resto de quienes Cositorto presentó el 15 de octubre como el equipo jurídico contable de Zoe, Yrimia precisa que "nos la tomaron un día que fuimos trajeados a una reunión".

Romper el silencio

Sus abogados, admite, le recomendaron no exponerse ante los medios de comunicación, consejo que no ha seguido porque, aunque en un principio abogó por no hablar para "dejar actuar a la Justicia", considera que su imagen está siendo "dañada sin motivo" y el caso ha afectado a sus familiares y compañeros, después de que su despacho jurídico y el domicilio de su padre fueran registrados judicialmente.

Yrimia hace hincapié en que es una persona honesta y transparente, y fue “un juez muy correcto” aunque su fama de “duro” le haya ocasionado en sus 38 años de carrera “algún recelo en el mundillo judicial”. Sin embargo, “hasta los gobiernos me siguen contratando”, agrega.

“Cualquiera que me conozca puede dar fe de que no engaño a nadie, y si alguien habla mal de mí, estoy dispuesto a ponerme frente a frente con esa persona, que seguramente lo hará porque me debe dinero”, ironiza.

“Han dicho de mí que si fui un espía, que si de los servicios de inteligencia...”, puntualiza, negándolo y recalcando que es “experto en seguridad, toma de rehenes, secuestros y terrorismo”. “No soy un tipo jodido. Ni bebo, ni fumo ni me drogo”, sentencia.

Yrimia en varias imágenes tomadas durante la entrevista

Sus socios y empresas

Yrimia y Llaser figuran como socios en varias compañías. Una de ellas, llamada MYM S.A. fue creada solo 10 días después de la publicación el 15 de octubre del año pasado de la foto del equipo jurídico contable de Zoe. 

Aparecen también en ella, además de Hernán Santiago Pollarolo, Matías Ferri y Matías Notaro, estos dos últimos las cabezas visibles de la Universidad del Trading de Zoe, luego reconvertido en Instituto de Trading, Economía y Finanzas (ITEF).

¿Cuál era la finalidad de esa empresa? “La creamos con la idea de comercializar los tokens no fungibles (NFT) de las fotos de Maradona”, comenta Yrimia, quien sentencia que finalmente el proyecto no fructificó y la empresa "no ha llegado a tener actividad".

Sobre DTS, la ofra firma dedicada a la seguridad donde consta como administrador junto a Llaser y Pollarolo, el que también fuera candidato a diputado nacional la califica como “un sello de goma”.

Al saberse buscado por la Interpol, Yrimia borró de su cuenta de LinkedIn su trabajo en Maha Commercial Information Services porque no deseaba que su situación judicial perjudique a esta empresa, y asegura que no tiene nada que ver con la compañía Maha Solutions que dirige su amigo Llaser. “Maha en hindú significa grande", pero ambas empresas “no están relacionadas”, reitera.

A Gustavo Saavedra, abogado detenido al poco de llegar extraditado a Argentina Cositorto, el presidente de la Fundación DACCSI (Defensa de los Activos Críticos mediante Sistemas de Seguridad Inteligente) lo califica como “un hombre más de papeles” del que no sabe decir a qué responde su arresto. Mientras que a Norman Próspero lo llevó él a Zoe para que se encargara de la contabilidad de la empresa, “al igual que lo hacía con otras”.

“No conozco la intimidad de su caso, porque él sí que había ido a Córdoba, pero me parece una exageración los días que lleva en la cárcel para su posible grado de responsabilidad”, remarca.

Tres gestos del exjuez durante la entrevistas

¿Prófugo o conforme a derecho?

Sobre su actual situación, Yrimia niega estar prófugo y asegura que se presentó el pasado 12 de abril en el cuartel general de la Policía Local de Dubai, en la división de Interpol, donde “levantaron acta y dejé mi pasaporte”.

Aunque la notificación roja de la Interpol dice textualmente que se debe “proceder a la detención preventiva” en caso de ser localizado, Yrimia matiza que en su caso es un llamamiento para una declaración judicial, precisando que él está conforme a derecho al haberse presentado desde Dubai en la causa de Villa María y también en la de la Ciudad de Buenos Aires.