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Agresión sexual

Condenado a 27 años de cárcel por agredir sexualmente en Fuerteventura a dos menores, hijas de su pareja

Los hechos ocurrieron entre 2011 y 2016, cuando el acusado aprovechaba que la madre de las niñas no se hallaba en el domicilio

Audiencia Provincial de Las Palmas.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a 27 años de prisión a un hombre por delitos continuados de agresión sexual y malos tratos habituales a las dos hijas de su pareja sentimental, que eran menores de edad, en la localidad de Gran Tarajal, en Fuerteventura. Además, el acusado deberá indemnizar con 40.000 euros a la madre y a las víctimas. Los magistrados plantean que el individuo no podrá trabajar con menores durante 29 años, además de que no podrá acercarse a una de las afectadas durante 19 años, mientras que el alejamiento con respecto a la otra será por otros 14 años.

Los hechos ocurrieron en la citada zona entre 2011 y 2016. Una de las niñas nació en el 2003 y la otra en 2005. Durante dicho tiempo, de forma reiterada y constante, el implicado aprovechaba que la madre de las pequeñas no se hallaba en la vivienda familiar y él se quedaba a su cargo para satisfacer sus deseos sexuales. Según se recoge en la sentencia de la Sección Segunda, a una de las niñas la obligó a realizarle una felación. Como la pequeña se opuso, el individuo la agarró por el cuello o por el pelo, o bien le abrió con fuerza la boca. Una vez realizó con tanta violencia esta última acción que llegó a lesionarle un labio a la menor.

Además, el acusado, con idéntico fin, efectuó tocamientos a la niña, de forma reiterada, por todo el cuerpo, incluida la zona genital. También ordenaba a la víctima que le tocara su cuerpo, para lo que la agarraba por las manos, o bien le chupaba los pechos, pese a la negativa de la niña. El individuo la obligaba a tocarle su pene y masturbarlo. Durante ese periodo, también obligó a la citada afectada a ver películas pornográficas en su compañía.

En esos años, en el mismo domicilio, y con la misma finalidad, el individuo obligó a la otra hija de su pareja a extenderle crema por todo el cuerpo, mientras que estaba desnudo en su cama. Para vencer la oposición de la menor, la agarraba fuertemente por las muñecas para que le tocase el pene. Además, como se metía en la ducha con la menor, rozaba su miembro viril contra el cuerpo de la pequeña.

En dicha época, el acusado, que ejercía su autoridad sobre las niñas, al quedarse frecuentemente a su cargo, de forma reiterada y constante, bien porque las menores no le hacían caso, o bien porque hacían cosas con las no estaba de acuerdo, las golpeó con una fuerza considerable en diversas partes del cuerpo, como la cara, los brazos o las nalgas. A una de ellas llegó a sujetarla por el cuello.

En esos casos, el acusado les dirigía comentarios vejatorios, como que eran unas "subnormales" o unas "inútiles". Tales situaciones provocaban en las niñas "un sentimiento de terror que les impedía oponerse a sus designios o simplemente contarle a su madre lo que les estaba haciendo por miedo a que les partiese la cara", según recoge la sentencia conocida en la jornada de ayer.

También amenazó a las víctimas con pegarles si contaban a la progenitora lo que les hacía cuando ella no se hallaba en la vivienda.

Como consecuencia de estas situaciones de gran violencia, una de las pequeñas bajó su rendimiento académico y llegó a sufrir una parálisis facial. Tanto ella como su hermana han tenido una seria afección en su evolución desde el punto de vista psicológico.

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