El turista de 31 años, de nacionalidad holandesa, fallecido el jueves al saltar de un acantilado de las Islas Malgrats (Mallorca) no murió por el impacto contra las rocas, sino ahogado. El fuerte impacto le destrozó un brazo y le afectó a la cadera, pero estas lesiones no eran mortales. Así lo ha determinado la autopsia realizada en la mañana de este viernes en el Instituto de Medicina Legal de Palma.

El informe forense ha encontrado agua en los pulmones de la víctima. Esta circunstancia acreditaría que el hombre la habría aspirado cuando se encontraba en el mar inconsciente después del violento impacto contra las rocas. No obstante, el brutal choque después de una caída de un altura de 25 metros no le habría matado, sino que le dejó sin sentido bajo el agua. Cuando su cuerpo fue rescatado del fondo del mar, ya había fallecido.

El incidente ocurrió sobre las dos menos cuarto de la tarde del jueves. El turista holandés de 31 años llegó a la reserva marina de las Islas Malgrats a bordo de una lancha junto a su pareja y a su hijo de corta edad. A continuación, el hombre comenzó a practicar la escalada mientras su pareja grababa en vídeo el momento. Al parecer, las imágenes las retransmitía en 'streaming' a una plataforma.

Cuando el hombre llegó a lo alto del acantilado alzó los brazos. Sin apenas carrerilla, se lanzó al vacío con la pretensión de alcanzar el mar. El turista neerlandés calculó mal la distancia e impactó violentamente contra las rocas. El brutal choque le hizo rebotar y salió proyectado antes de sumergirse inconsciente en el agua.

Un dispositivo especial de emergencias se movilizó de inmediato para tratar de recuperar el cuerpo. Efectivos de la Guardia Civil desplazaron una patrullera del Servicio Marítimo y acudieron también los buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del instituto armado. Asimismo una embarcación de Salvamento Marítimo se personó en el lugar.

El cuerpo de la víctima fue recuperado por los buceadores a unos 15 metros de profundidad. Ya había fallecido y se certificó su defunción. La autopsia ha determinado que llegó vivo al agua, pero murió al permanecer inconsciente en el fondo.

Este jueves fue un día especialmente aciago en Mallorca. Apenas unas horas antes del fallecimiento del hombre holandés en las Malgrats, un turista británico de 34 años falleció al precipitarse de una séptima planta del Hotel South Beach de Magaluf. Es la primera víctima mortal de 'balconing' en la isla en 2022.