Ya han sido atrapados. La Policía Nacional ha detenido esta tarde a cuatro jóvenes de entre 15 y 17 años por su presunta implicación en la violación grupal de una niña de 13 años y la violación individual de otra de 12 años, ocurridas en la tarde-noche de este lunes, tal como ha adelantado este miércoles en exclusiva Levante-EMV, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio. Las detenciones son fruto de la investigación llevada a cabo por agentes de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la comisaría de Burjassot, tras la toma de declaración de las dos niñas y del análisis de las conversaciones de Instagram en los que una de ellas alertó de lo que estaba sucediendo a una tercera menor.
Los arrestos se han producido hace apenas unos minutos y la Policía Nacional ha desplegado varios furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP; los antidisturbios, para evitar incidentes mientras se realizan las detenciones y los registros en los domicilios de los presuntos autores de las agresiones sexuales.
Tal como ha adelantado este diario, las dos menores habían quedado con dos jóvenes, a quienes habían conocido el viernes anterior por Instagram y el encuentro iba a ser en una casa abandonada, dentro del casco urbano de Burjassot, por lo que ambas llegaron a ese municipio de l'Horta Nord desde sus poblaciones, que este periódico omite para preservar su anonimato, en metro. Tras bajarse en la estación de Godella, se encontraron con los jóvenes y acudieron a la casa abandonada, cuyo interior, cubierto de grafitis, cascotes y desechos, es utilizado habitualmente por grupos de jóvenes, no solo para reunirse a beber o consumir estupefacientes, sino simplemente como punto de quedada para escuchar música y entorno urbano para hacerse fotografías que luego comparten en sus redes sociales.
Sin embargo, el plan se torció desde el inicio. Uno de ellos obligó a la niña de 12 años a mantener relaciones sexuales completas en contra de su voluntad, tras lo cual la menor decidió irse del lugar. Para entonces, se sumaron otros jóvenes que habrían agredido sexualmente a la menor de 13 años en grupo.
Llegaron a alegar que todo era "una broma"
La primera contó lo que estaba sucediendo a una tercera amiga, residente en otro municipio diferente, y fue esta menor quien dio aviso a su madre al saber que estaba produciéndose una violación grupal. A partir de ahí, la madre movilizó a la Policía Local de Burjassot a través de una llamada, en la que aportó los escasos datos de los que disponía y que no fueron suficientes para que el dispositivo policial integrado por las policías locales de Burjassot, Godella y Rocafort, así como de la Policía Nacional, localizaron el lugar en el que se estaba produciendo la agresión sexual en manada.
Cuando las niñas fueron localizadas, una ya en su casa y la otra, de camino, trataron de desactivar la intervención policial alegando que todo "había sido una broma" que le habían gastado a la tercera menor. Sin embargo, finalmente acabaron contando a sus familias lo sucedido, por lo que ambas fueron llevadas por separado a sendos hospitales de València, en uno de los casos con custodia policial y en el otro, sin ella.