El penalista valenciano Juan Carlos Navarro se reincorpora este martes al juicio contra el presunto asesino en serie Jorge Ignacio P. J. solo ocho días después de haber sufrido un infarto que lo mantuvo tres días en la UCI para asumir, en primera persona, la defensa de las seis víctimas, dos de ellas mortales, a las que representa en este proceso.

Navarro se incorporó al caso como acusación particular de ocho de las entonces 11 víctimas (una de las chicas ha renunciado durante el juicio para no tener que "revivir de nuevo la pesadilla" de su encuentro con Jorge Ignacio P. J.) hace alrededor de dos años, y este caso ha terminado convirtiéndose en una cuestión casi personal precisamente por la cercanía con que ha vivido el sufrimiento de las mujeres, razón que le ha empujado a regresar a la misma sala donde el día 4. el lunes de la semana pasada, sufrió una insuficiencia cardiaca que pudo ser remontada gracias a que en ese momento estaban en el estrado, declarando, dos médicos forenses.

Aflorar el "feminicidio invisible"

El abogado, que se ha erigido en defensor de la lucha contra el "feminicidio invisble", tuvo que ser evacuado de urgencia a un hospital de València, donde fue intervenido de emergencia, con serio compromiso de su vida. Pese a la gravedad de la lesión, su fulgurante recuperación y su compromiso con las seis víctimas a las que representa, entre ellas, a dos de las fallecidas, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, (cedió la defensa de una de ellas a la letrada Isabel Carricondo y la otra hasta sumar las ocho iniciales es la que ha renunciado durante el juicio), Navarro ha decidido regresar para defender en primera persona el alegato final.

En este informe repasará no solo las pruebas analizadas en el juicio que prueban la autoría del acusado, sino, sobre todo, sus mentiras y las contradicciones que aparecen entre lo que él dice que hizo y lo que los datos objetivos que guardias civiles y policías especialistas en investigación de Homicidios, pero también analistas, genetistas, expertos en Criminalística, en Telecomunicaciones, en Análisis Forense o en Biología de ambos cuerpos, además de médicos forenses, especialistas en Toxicología y otros peritos, han obtenido a lo largo de tres años de investigaciones.

Son asesinatos y no homicidios

Así, el penalista sustentará las bases de por qué las tres muertes constituyen asesinato y no homicidio, como defiende la Fiscalía, y por qué contra las vivas cometió asesinatos en grado de tentativa, y no delitos de lesiones, como asegura la representante del Ministerio Público. Y por ello, porque lo considera culpable de más de dos asesinatos, solicita para él sendas penas de prisión permanente revisable, como hacen la madre o el padre de Marta Calvo.

Navarro siempre ha defendido que el acusado es un feminicida, y de hecho solicita la agravante de género, como el resto de las acusaciones pública y particulares, y que buscaba como víctimas a mujeres en situación de prostitución precisamente por su vulnerabilidad y la facilidad con que lograba su objetivo: tener sus cuerpos desnudos a su disposición para, de manera sorpresiva, atacarlas hasta la muerte con lo que él usaba como arma homicida, la cocaína de altísima pureza y en roca (de origen) que les introducia a traición y sin su consentimiento tanto en la vagina como en el ano.

Además de Navarro, defenderán hoy su informe, en la vigésima sesión de este largo juicio con jurado que ya está en su quinta semana, los abogados Vicente Escribano, que representa a la víctima número 2, la más joven de todas con 18 años en el momento del ataque, e Isabel Carricondo, que, con la reincoporación de Juan Carlos Navarro, puede retomar personalmente la defensa de su víctima, la número 8, ya que él 8.

En la sesión de este lunes, fueron la fiscal, Socorro Zaragozá, que representa a las diez víctimas, y las abogadas que representan por separados a los padres de Marta Calvo, Pilar Jové por la madre y Candela Estévez por el padre, quienes expusieron sus informes ante el jurado. Tanto Zaragozá como Jové, en sendas exposiciones contundentes, expusieron sus argumentos y las incongruencias y mentiras del acusado a lo largo de casi dos horas, la primera, y de una hora, la segunda.