El Juzgado Penal 10 de Barcelona ha condenado a V.G por acosar y amenazar a la artista Paula Bonet, según ha explicado su abogada, Carla Vall, en un tuit recogido por Europa Press, y le ha prohibido acercarse y comunicarse con ella durante 10 años.

La abogada ha añadido que la jueza ha tenido en cuenta como eximente que el hombre tiene un trastorno mental, y por eso cumplirá la pena en un centro de internamiento.

También está condenado por haber incumplido reiteradamente la orden de alejamiento que la jueza le impuso como medida cautelar.

La artista ha celebrado la sentencia a través de las redes sociales. "SENTENCIA condenatoria por tres delitos: acoso, amenazas de violación descuartizamiento y muerte, y quebrantamiento de medidas cautelares. Agradezco a mi familia, pareja, amigas, editorial, agencia, mossos y brillante abogada el cariño y trabajo de estos tres años. Hoy veo la luz y sé que no voy a cesar en mi lucha para que este mundo sea un mundo más justo para nosotras", ha explicado Bonet a través de una instantánea en Instagram junto a su pareja, el cantante Ramón Rodríguez, líder de The New Raemon.

El acosador entró en prisión a finales de 2021. Al parecer, el hombre se había saltado la orden de alejamiento que le había impuesto el juez. De hecho, Bonet lo contó hace algunos meses, ya que este acosador se presentó a las puertas de su taller, donde Bonet y sus alumnas tenían que trabajar 'a puerta cerrada' por temor a ser sorprendidas por este individuo.

La valenciana llevaba sufriendo más de dos años el acoso. Este hombre se presentaba en su taller, la seguía y le mandaba mensajes amenazadores. Bonet se vio obligada más de una vez a cancelar un acto público, ya que el acosador se presentaba en sus charlas y se sentaba en primera fila.

"La historia lleva alargándose más de un año: golpes en la puerta de mi taller, subidas y bajadas de persiana a última hora del día cuando la luz se cuela por debajo de la puerta, anguilas cortadas en trocitos con la bromita 'el violador' escrita en el sobre, decenas de mails, asistencia a mis charlas sentado en primera fila, insultos por mail (el insulto más curioso es 'solterona', qué mal y con qué mala baba sigue nombrando este contexto patriarcal, ¿no os parece?), declaraciones de amor, deseos de muerte, y un largo etcétera que no contempla el formato twitter", relató la pintora el año pasado a través de las redes sociales.