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En Asturias

La fatal equivocación del madrileño fallecido en la senda de Bulnes: se desvió por un camino en desuso "muy peligroso"

Francisco Janeiro Baca, que murió al intentar rescatar a su pareja tras una caída, se desvió de la ruta principal bajando desde Bulnes a Poncebos | El testigo que llamó al 112: "Le dijimos a la mujer que se sujetara bien a unos árboles e intentamos tranquilizarla diciéndole: ‘¡Ya vienen, ya vienen!’"

Los senderistas recorren la ruta del Cares en pleno agosto. Irma Collín

Bajaban desde Bulnes hacia Poncebos por la canal del Texu y se desconoce el motivo por el que, tras unos dos kilómetros, Francisco de Asís Janeiro Baca, fallecido el martes mientras completaba a pie el citado recorrido, tomó junto a su pareja, G. M. L. Ch., un antiguo camino en desuso que se encuentra en una cota inferior al habitual.

Una senda estrecha, "de cabras, muy peligrosa y con muchas piedras", donde un simple tropezón puede resultar fatal y provocar la caída al precipicio, según explicaban ayer vecinos de Poncebos y de Bulnes. Arranca en una zona conocida como el Posadoriu, a algo más de cien metros de donde se produjo el terrible accidente que acabó con la vida del hombre de 41 años, vecino de Madrid y natural de Galicia que se precipitó unos 80 metros hasta el río Bulnes al intentar ayudar a su pareja, que había sufrido un traspié instantes antes cayéndose por la pendiente. Vecinos de la zona indicaron ayer que en la entrada del viejo sendero hay unas piedras de unos 30 centímetros "como cortando el paso", visibles aunque fácilmente salvables, y que el trazado correcto se distingue bien de cualquiera alternativo.

La persona que avisó a los servicios de emergencia, que prefiere mantenerse en el anonimato, narra la "desagradable" experiencia que vivió el martes mientras realizaba el trayecto junto a su mujer entre Bulnes y Poncebos. Ambas parejas se adelantaron unos a otros en el recorrido y se saludaron, pero en un momento dado el testigo dejó de ver a la otra pareja en la senda oficial. Al poco tiempo escucharon un desprendimiento de piedras y un "fuerte golpe", y enseguida los gritos pidiendo auxilio de la mujer, natural de Canarias. "Venían por un camino más abajo del principal, no sé si se equivocarían o qué pasaría. Oí el resbalón de piedras y un golpe fuerte", cuenta el testigo.

"Yo nunca he subido por ese camino; meterse por ahí es jugártela", cuenta un vecino

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No vieron cómo ocurrió, pero solo con lo que escucharon en aquel momento intuyeron que algo "grave" había sucedido. Lo siguiente fue asomarse hasta que divisaron a la mujer, que pedía auxilio desde un lugar "donde casi no había donde sujetarse", tan solo unos árboles de "pequeño tamaño". Estaba a unos 40 metros por debajo del camino principal porque la senda antigua baja y sube de nivel en el recorrido, yendo siempre paralela y a cota inferior que la canal usada.

"Le dijimos que se sujetara bien a unos árboles pequeños que había allí, que ya estaba llamando al 112 y que no se moviera por favor", comenta el testigo, aún impactado por lo sucedido. Desde ese momento hasta que llegó el helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado (Sepa) estuvieron hablando con ella para decirle que la ayuda estaba de camino.

"Intentamos tranquilizarla diciéndole: ‘Ya vienen, ya vienen’", explica. Desde arriba no se podía ver el río, pero la pareja del fallecido, al borde del precipicio, sí podía ver el lugar donde había caído el hombre. Ella también corría mucho peligro agarrada a la vegetación hasta que fue rescatada por el helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado (Sepa), que también recuperó el cuerpo sin vida de Francisco Janeiro. Fue un rescate "muy complicado", explicó el Sepa.

"Yo nunca he subido por el antiguo camino. Nadie debería meterse por ahí. Es jugártela", aclara un vecino. La canal del Texu es el único acceso a Bulnes, además del funicular. Son algo más de tres kilómetros y un desnivel de 400 metros. "Con el camino normal ya hay que ir con cierto cuidado, pues por un camino de cabras más", añade.

La mujer fue trasladada al Hospital de Arriondas con una crisis de ansiedad y, según ha podido saber este periódico, su cuñado iba a desplazarse ayer desde Galicia para recogerla. La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y de la furgoneta alquilada que utilizaba la pareja como medio de transporte por Asturias.

Personas expertas en la zona apuntaban ayer a que "es difícil salirte del camino de Bulnes". El precipicio existe tanto si vas por la senda antiguo como por el actual y nadie puede saber qué hubiera pasado si no hubieran tomado la ruta equivocada. En lo que sí coinciden todos es en la peligrosidad altamente añadida que entrama la vía en desuso.

Es el tercer accidente mortal que se produce en 17 días en la zona de Poncebos. Pero los lugareños aseguran que es una "fatídica" coincidencia porque ni los casos ni las causas tienen que ver entre sí, además de producirse en puntos diferentes de la zona. Consideran que "no se pueden analizar en conjunto, sino de forma individual", sin olvidar el elevado número de personas que se adentran en los Picos de Europa en el verano.

Tanto la Ruta del Cares como la canal del Texu no son consideradas por los expertos como difíciles técnicamente. Ambas las realizan incluso familias con niños. Pero la capacidad de reacción es pequeña ante un imprevisto, sobre todo en la canal del Texu. Ambas cuentan con precipicios en uno de sus lados con caídas al río Bulnes, en el caso de la canal, y al Cares, en el caso de la que algunos denominan como la "garganta divina". La precaución y la prudencia son máximas que hay que tener presentes en el recorrido y más aún en verano, que es cuando se concentran más turistas en la zona.

El tirón turístico de las rutas de los Picos: "Venimos para escapar de la gente, pero no lo hemos logrado"

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El primero de estos tres accidentes causó la muerte de una turista portuguesa que se precipitó al río Cares en las inmediaciones del inicio de la ruta entre Poncebos y Caín tras apoyarse en una valla; después fue el gijonés Javier Amigo quien se cayó cerca de la canal de Estorez; y, por último, el caso de Francisco Janeiro, el pasado martes. Los hosteleros cabraliegos no consideran que haya tanta masificación y explican que incluso este año los turistas se reparten más a lo largo del día. Al margen de los accidentes registrados en las últimas semanas, comentan que, aunque cada vez son menos, aún tienen oportunidad de ver a personas mal equipadas o sin suficiente material para afrontar los 11 kilómetros de la Ruta del Cares a pleno sol, o que realizan el recorrido a las horas no recomendadas del día por temperaturas altas. "Alguno va en chanclas o no llevan agua o comida", señalan.

Todos recomendaban ayer que no se salga de los trazados habituales, y desde los negocios previenen a sus clientes de los peligros a los que se enfrentan, y les advierten de "que no se despisten con los móviles" y miren siempre el camino. "Les decimos que si quieren hacer una foto o un vídeo se paren y lo hagan", explica un hostelero. Ayer hubo quien iba por la Ruta del Cares realizando una videollamada, pero también personas muy prudentes que se paraban al cruzarse con otros caminantes o para realizar una instantánea. La niebla, el agua, el sol, los desprendimientos de piedras y no salirse de los trazados principales son algunas de las consideraciones que los expertos indican para las personas que se adentran en la montaña.

El terreno está seco y las cabras, cada vez menos presentes, discurren por todo el camino y también en cotas superiores, por lo que a veces a su paso cae alguna piedra suelta al camino. Muchos senderistas realizaban ayer ambos recorridos –tanto la Ruta del Cares como la canal del Texu– ajenos a lo sucedido, pero muy concienciados con la actitud que se debe tener ante la montaña y un paraje como los Picos. "Hay gente que no va preparada y no se lo toma en serio. La montaña hay que tomarla en serio, nosotros no mandamos", comentaba José Ignacio Sousa, que salió con Inés Carcacía a las ocho de la mañana desde Caín.

Montse López y su familia llegaron desde Álava para hacer la ruta hasta Bulnes. "Vamos equipados, nos hemos informado de la ruta antes de venir y estuvimos dudando hasta el último momento por si había niebla", afirmaba. Iba acompañada por su marido, José Antonio Pérez, y su hijo Igor. "Le tenemos muy aleccionado de no salirse del camino, y no hacer el cabra porque aquí no se puede", aseguraba López.

En lo que todos coinciden es en la atracción de los Picos de Europa y que se deciden a hacer estas rutas porque no entrañan especial dificultad. Muchos realizaban ayer el camino junto a su mascota. Algunos, que venían a Asturias buscando un sitio tranquilo ya que sus vacaciones son obligatoriamente en agosto, se dieron cuenta de que la presencia de turismo es notable en los Picos de Europa. "Nos coincidían las vacaciones en agosto y decidimos venir para escapar de la gente, pero no lo hemos conseguido porque aquí también hay mucha", lamentaba Javier Martínez, de Galicia. Otros repetían la experiencia. "Vinimos, nos gustó y vamos despacito, hay que estar pendiente de lo que hay alrededor, fijarse donde pisas y no hay que arrimarse a los bordes", decía David Cruz, senderista de Madrid.

Hoy miles de turistas volverán a transitar por las sendas de los Picos de Europa para descubrir los espectaculares paisajes de Cabrales y los concejos del Oriente. Es normal, pero siempre hay que hacerlo extremando precauciones.

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