La Ertzaintza imputará un delito de odio a las personas que sean acusadas de llevar a cabo pinchazos a mujeres como los que están ocurriendo en las últimas semanas.

Así se recoge en una circular que el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha remitido a las comisarías de la Policía vasca, según han confirmado a Efe fuentes del sindicato mayoritario de la Ertzaintza, ErNE.

Con esta consideración los acusados de llevar a cabo estas acciones podrían enfrentarse a penas de prisión de uno a cuatro años y una multa de seis a doce meses.

El delito de odio está tipificado en el Código Penal como el cometido por quien públicamente fomente, promueva o incite al odio o a la violencia contra un grupo o una persona determinada por su pertenencia a aquel, por razones, entre otras, de sexo.

En la circular, según informa este sábado El Correo, se explica que estos pinchazos crean un "grave sentimiento de inseguridad o temor entre las mujeres".

Por ello, el Departamento de Seguridad pide a los agentes que en sus testados especifiquen que la víctima de los pinchazos pertenece a un "colectivo amenazado" y que con estas acciones se ha generado un "clima de miedo".

Además, se recogerá, cuando así sea, que "no se percibe que el objetivo del pinchazo" sea cometer una agresión sexual o un robo, sino "amenazar" a las mujeres y que las víctimas lo son por su "condición" de mujer.

Desde el sindicato ErNE se señala que el objetivo de la Policía es poner a disposición judicial todas las denuncias que se produzcan, también las provocadas por los pinchazos, y en el caso de los delincuentes "lo mismo".

Tras reclamar que se complete la dotación total de la Ertzaintza, al considerar que faltan 700 agentes en la plantilla, para poder hacer frente a todos los posibles delitos, también estos, las fuentes han reconocido que después de la tramitación de las denuncias serán los jueces los que determinarán qué delito se ha cometido en cada caso concreto y qué penas pueden llevar acarreadas.

La ministra de Justicia, Pilar Llop, hizo el pasado miércoles un llamamiento a las mujeres que están sufriendo pinchazos en locales de ocio o fiestas a denunciarlo y recalcó que el pinchazo en sí supone ya un delito de lesiones, "un hecho grave de violencia contra la mujer", porque se les está expulsando de espacios públicos.