La mujer de 42 años que presuntamente mató a primera hora del martes en Alcoy a su madre, de 65, permanece en dependencias de la Policía Nacional, a la espera de que se le practique un examen psiquiátrico. Mientras tanto, los vecinos de la zona se muestran absolutamente consternados por lo ocurrido, e inciden de manera reiterada que la fallecida era "una buena persona", al tiempo que apuntan que intuían, sin saberlo con certeza, que la presunta parricida podría tener algún tipo de problema mental, por su carácter. No obstante, recalcan que de ninguna forma podían esperar que se diera un hecho de este tipo.

Este miércoles no se hablaba de otra cosa en la zona donde tuvo lugar el crimen, por la sorpresa y la conmoción generadas. El suceso ha producido en el tramo central de la Alameda Camilo Sesto, la principal avenida de Alcoy. Se trata de un espacio muy tranquilo, en una ciudad en la que ya de por sí se registran pocos hechos violentos, y donde cada vez que ocurre alguno produce un gran impacto. Más aún en esta zona, de cierto nivel económico y donde hay un gran número de comercios, establecimientos de hostelería, oficinas y dependencias administrativas. Un entorno quizá con menos "vida de barrio" que otras partes de Alcoy y donde los residentes se conocen menos entre sí, pero donde la conmoción es en cualquier caso la misma.

Los vecinos con los que ha podido hablar este periódico se mostraban todavía muy impactados por el suceso y, aunque accedían con muy buenas formas a atender a este periódico, lo hacían con brevedad y sin facilitar ninguno de ellos su nombre. La mayoría coincidían, eso sí, en insistir en que la víctima era "una buena persona" y "una señora muy sociable", al contrario que su hija, a la que califican como más esquiva y emocionalmente inestable, pero que desconocían si padece algún tipo de patología mental.

La vecina del piso situado justo debajo a donde tuvo lugar el presunto parricidio señala que había tenido alguna vez problemas con ella porque era habitual que por la noche "se oyeran golpes, como de arrastrar o dejar caer muebles", incluso a altas horas de la madrugada en algunas ocasiones. "Era insoportable", apostilla. Alude también a la llamativa estética de al hija, que solía vestir de negro y muy maquillada, y a que daba la impresión de que parecía ir "medicada" por sus gestos , pero sin conocer detalle alguno al respecto, y que de todos modos no podía imaginarse que llegase a ocurrir esto. Según explica, llevaba viviendo en el edificio con su madre alrededor de "dos años, pero a temporadas".

Otra vecina del edificio y su hija, atendiendo a este periódico en el portal. JUANI RUZ

El gerente de una cafetería cercana coincide en apuntar que "llamaba la atención por su estética", pero que nunca prestó más interés a esa cuestión porque "cuántas personas hay a día de hoy con una estética que te puede chocar, y qué más da". Explica que "la vi alguna vez, pero claro, no sabes si es alguien que vive aquí o que ha venido de fuera", más aún teniendo en cuenta que esa es una zona de oficinas y con diferentes instalaciones sanitarias y administrativas. Recuerda también que las veces que trató con ella cuando acudió a la cafetería le pareció una persona adusta, pero no dio importancia alguna a esa cuestión. "No te esperas esto para nada, y menos todavía por aquí", reitera.

Según apuntaba otra vecina, la presunta parricida tendría también su propio domicilio en la zona, en otra de las principales calles del Ensanche, aunque no sería esta la primera vez que pasaba una temporada con su madre. Por su parte, otra residente explica que, al salir este martes a la calle a primera hora, "pensaba que habrían entrado a robar, no me podía esperar esto". "Me ha afectado mucho", añade compungida; "era una buena persona", insiste. También el gerente creyó, al tener conocimiento de la presencia policial en la zona, que quizá "le podía haber pasado algo a alguna persona mayor", pero de ninguna forma que se hubiera cometido un crimen.

Las fuentes consultadas por este periódico señalan que es previsible que la presunta parricida pase a disposición judicial este jueves, una vez se le haya practicado un examen forense. A partir de él, el juez determinará si la mujer es enviada a prisión o a un establecimiento psiquiátrico. La mujer, según apuntaba una de las vecinas, al parecer podría tener un trabajo en el que estaría en contacto con otras personas, que tampoco habrían sospechado nunca que pudieran darse estos hechos. Parece ser, también, que la fallecida era viuda y con otros tres hijos, y que la familia tenía una cierta relevancia social por haber desempeñado en el pasado una actividad empresarial.