El marido de Consuelo, de 79 años, había fallecido recientemente. Así que en diciembre de 2019 esta mujer dejó su casa de Cullera (Valencia) para pasar la Navidad y el duelo con su hijo Vicent, en Quart de Poblet. La covid y la tristeza hicieron que pasara el confinamiento con su hijo, hasta abril de 2020. Cuando volvió a casa descubrió que le habían cambiado el bombín del piso y que estaba vacío. Habían tirado todo, sus enseres y recuerdos del hogar que había sido suyo durante 50 años. Primero pensaron que eran okupas. Después descubrieron que había sido un fondo buitre.

Global Pantelaria, filial del fondo buitre Cerberus en España, mandó a una persona a casa de Consuelo la semana de Nochebuena de 2019. Su trabajo era emitir un informe que verificara que no estaba allí. Con eso, un cerrajero abrió la puerta y una empresa vació la vivienda. Todo de forma extrajudicial, y sin avisar a la afectada.

Eso es lo que investiga el juzgado de instrucción número 6 de Sueca, que ha imputado a una apoderada de Haya Real Estate (gestora del fondo buitre) por estos hechos. Consuelo vive con su hijo desde hace dos años, y desde entonces toma pastillas para la depresión. Vicent también.

La afectada llegó un día a su casa y, sin previo aviso, se la encontró con la cerradura cambiada y completamente vacía. Se hizo sin la orden de un juez, y así lo reconoce el fondo buitre en uno de los mails que mandó a la familia, que ahora está destrozada. "Habría preferido una riada. No me queda nada, las fotos, los vídeos de mi marido para escuchar su voz, la ropa, los muebles... Han tirado a la basura 50 años de mi vida y ahora solo me queda lo que recuerdo en mi memoria", explica Consuelo mientras llora.

Les costó comprender lo que había pasado porque su casa, que ya era propiedad de un banco, había sido adquirida por Cerberus y ellos no sabían nada. La realidad es que llevaban años arrastrando problemas económicos, y Consuelo dejó de pagar, pero todavía no la habían demandado y no se había iniciado el proceso de desahucio. "Me fui a casa de mi hijo con miedo, pero en el juzgado me dijeron que cualquier cosa que sucediera con la vivienda me la tenían que notificar con tiempo porque yo vivía ahí". Pero no la notificaron.

Cerberus reconoce en un mail que el proceso que siguió fue "extrajudicial"

No la notificaron ni a ella ni a la jueza. Lo que hizo el fondo fue, simplemente, cambiar el pomo con un "procedimiento extrajudicial". Así reza en uno de los correos electrónicos que le mandaron posteriormente a Vicent, donde reconocían que se hicieron con la casa al margen de la ley.

En el siguiente correo ofrecían a Consuelo recuperar las llaves para enmendar su error. Pero había una condición, debían firmar un papel rechazando cualquier tipo de acciones legales contra ellos. La afectada rechazó porque "aquello ya no es mi casa, no había nada", y con la ayuda de la plataforma de afectados por la hipoteca (PAH), pusieron una denuncia.

El caso pasó a manos de Adelina Cabrera, abogada experta en derecho a la vivienda de la cooperativa El Rogle, que lleva con él desde hace dos años. "Una ejecución hipotecaria tiene dos fases; la primera es la ejecución, que cambia la casa a nombre -en este caso- del fondo buitre. Y la segunda es la posesión de la vivienda, tener la casa físicamente y poder entrar. La segunda no cambia hasta que no lo dice el juez y pone fecha de desahucio", explica ¿Cuál es el problema? "No se había dado fecha para tomar la posesión. Esa es la gravedad del asunto. Lo que hizo el fondo buitre es, de 'motu propio' recuperar la casas por vías ilegales, antes de que un juez le dijera que podía hacerlo".

Quién dio la orden

El fondo buitre mandó a una persona a ver si allí vivía alguien. Fue tres días a lo largo de la semana de Nochebuena de 2019. Recogió el testimonio de dos vecinas y del administrador de la finca, y con ello concluyó que la casa estaba deshabitada desde hacía más de 6 meses. Se hicieron con la casa, la dejaron vacía y la colgaron en su página web mientras Consuelo pasaba el duelo y el confinamiento con su hijo. Ella no se enteró de nada.

El fondo reconoce en uno de sus mensajes a la familia que este procedimiento es bastante habitual, y que lo han realizado en más viviendas cuando tienen las sospecha de que puedan estar vacías. La gestora del fondo lo tacha de una manera de "acelerar el proceso judicial".

Global Pantelaria tiene 26.408 viviendas, que compraron al banco Santander por 1.106 millones de euros en 2018

Ahora mismo el caso gira en torno a averiguar quién dio la orden de entrar en la casa. Pero los fondos buitre son como fantasmas, y rara vez asumen responsabilidades, o al menos consiguen evadirse. La única imputada en el caso es una abogada con poderes de Haya Real Estate, una gestora de paquetes de vivienda, que manejaba entonces la cartera de Cerberus.

"Cuando nosotros preguntamos lo que nos dijeron es que eso lo decide un sistema informático y no nos saben contestar", explica Vicent, que intentó encontrar respuestas después de lo sucedido. En cada correo electrónico que mandaba le redirigían a otro departamento porque "ese no contaba con la información", el otro departamento llevaba a otro, y finalmente a un número telefónico de pago.

"Es un 901 de estos que cobran por llamar, pero llamé. Y me dijeron que tenía que contactar con ellos vía correo electrónico". Vicent llegó a venir a València para presentarse en una de las poquísimas oficinas físicas de Haya Real Estate junto a más activistas de la PAH. Lo mismo; "solo atienden a los afectados vía mail". Después de varios años no encuentra respuestas ni responsables.

La jueza también ha rechazado investigar a estas empresas para poder conocer sus departamentos, con lo que, dos años después, todavía es imposible saber quién dio la orden de entrar en la casa. "El caso está muy parado, la única persona que han encontrado es una abogada y ni siquiera es del fondo, no es una responsable. Lo que dice ella es que ese proceso fue 'automático', que no lo hizo nadie. Sientes una impotencia terrible con estas cosas, ellos son muy grandes y nosotros dos personas muy pequeñas", lamenta Vicent.

"Después de dos años la casa sigue cerrada"

Global Pantelaria es una filial del fondo buitre Cerberus, que cuenta con 26.408 viviendas en España. Desembarcó en nuestro país el 5 de diciembre de 2018, al comprar este ingente paquete de casas al banco Santander, por un importe de 1.106 millones de euros. La técnica de estos fondos es comprar enormes paquetes de deuda en forma de vivienda, conseguir cobrarla o vender las casas, y después devolver el dinero que habían pedido prestado, en este caso a Deutsche Bank y BNP Paribas, entre otros. El plazo para devolver el préstamo se acaba el 24 de marzo de 2024, según un estudio del Manuel Gabarre, investigador del Observatorio CODE contra delitos económicos.

Vicent y Consuelo son dos personas normales que se enfrentan a gigantes, y llevan dos años pegándose cabezazos contra un muro. "Al final la impotencia se adueña de ti. Estamos sin energía para protestar, y lo único que ocurre es que hemos dejado de confiar en la ley. La sensación es que estas empresas pueden hacer lo que quieran sin consecuencias", explica Vicent. Añade que, cuando perdieron la casa, ellos tan solo reclamaron poder recuperar alguna de sus cosas, pero después supieron que lo habían tirado todo.

"Yo de mi padre ya no tengo ningún recuerdo. Lo único que me queda lo guardo en la memoria", cuenta el afectado. Dice que, aunque hayan pasado dos años siguen en shock, y añaden que, después de todo el calvario la vivienda sigue igual. Con la cerradura cambiada. Vacía.