Crimen en Asturias

La familia de Érika Yunga pide la prisión permanente revisable para Postolache

Además de la pena máxima por asesinato, la acusación particular solicita 15 años de cárcel por agresión sexual y 800.000 euros de indemnización

Las compañeras de instituto de Erika Yunga cuelgan un muran en su memoria.

Las compañeras de instituto de Erika Yunga cuelgan un muran en su memoria.

Lucas Blanco

La familia de Érika Yunga quiere que el único acusado del asesinato de la menor, Igor Postolache, sea condenado a la máxima pena, la prisión permanente revisable. El abogado de los padres de la menor asesinada a puñaladas y agredida sexualmente tras ser asaltada el 5 de abril cuando volvía de clase dentro del portal de su bloque de viviendas ha remitido al Juzgado de instrucción número 2 el escrito de acusación en el que solicita, además de la pena por asesinato, otra condena a 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual y el pago de 800.000 euros a la familia en concepto de indemnización. Aunque fuentes cercanas al caso aseguran que la Fiscalía realizará una petición en términos similares, desde el Ministerio Público evitan desvelar su solicitud antes de trasladársela al juez.

Para la acusación particular, los hechos que se le imputan a Postolache son constitutivos de un delito de asesinato con doble agravante: que la víctima era menor de 16 años y que sufrió una agresión sexual justo antes de que su corazón dejase de latir a consecuencia de las decenas de cuchilladas que supuestamente le propinó el acusado en aquella jornada fatídica. A este delito, el letrado de la familia añade otro de agresión sexual por el que pide 15 años de cárcel.

La Fiscalía cree que el detenido planeó todo para asaltar a la menor cuando volvía de clase al mediodía

La petición de los allegados de Érika incluye que se prohíba al acusado residir en Oviedo o acercarse a los familiares de la víctima durante un periodo de 30 años, así como el pago de 800.000 euros en concepto de indemnización. Una solicitud que se fundamenta en un relato según el cual Postolache actuó con premeditación y alevosía. Las investigaciones apuntan a que el acusado vigiló los horarios de la joven y esperó su vuelta de las clases para asaltarla por la espalda con un cuchillo cuando se dispuso a subir por las escaleras, como hacía cada día, para acceder al cuarto piso en el que vivía con sus padres y hermanos.

Fuentes del caso apuntan a que la Fiscalía presentará una acusación apoyada en términos prácticamente idénticos a los de la familia. El Ministerio Ppúblico desveló el pasado 19 de diciembre, tras una comparecencia celebrada en el Juzgado, que la menor asesinada había sido además víctima de una agresión sexual. Aunque las primeras exploraciones realizadas por los forenses descartaban lesiones propias de una violación, el avance de las pesquisas, consistente en análisis más exhaustivos, permitió descubrir restos de semen del detenido en el cuerpo de la menor. Estas pruebas son consideradas por las acusaciones una muestra irrefutable de que el detenido, que se encuentra en situación de prisión preventiva, comunicada y sin fianza en la cárcel de León, agredió sexualmente a la adolescente.

El fiscal sostiene que minutos antes de las 14.40 horas del 5 de abril de 2022, el investigado decidió ejecutar su propósito criminal. Para ello, bajó las persianas de todas las ventanas de su domicilio, ubicado en el mismo inmueble que el de la menor, pero en el primer piso, para que ningún vecino pudiera ver desde fuera lo que iba a suceder minutos después en el interior de la vivienda. Igualmente, guardó dentro del cajón de su mesita de noche una cinta de embalar de color marrón, así como nueve bridas de color negro, por si hubiera sido necesario amordazarla.

El varón entró detrás de la niña al portal sin que ella se percatara y comenzó a apuñalarla con un cuchillo de 11 centímetros de largo en varias ocasiones hasta llegar al rellano del primer piso, donde Postolache vivía de alquiler desde hacía unos días. La arrastró hasta el interior de su vivienda, la dejó tirada en el baño agonizando, mientras él fue a su habitación, se desnudó y volvió para seguir apuñalándola a la vez que la agredía sexualmente hasta la llegada de la Policía Nacional, que ya no pudo hacer nada por salvar su vida.

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