El asesino de Tatiana en Oviedo, "sádico, psicópata y muy violento", lavó el cadáver tras ensañarse

La investigación fija "entre el jueves y el viernes" la muerte de Tatiana Coinac, a la que ataron, estrangularon y arrancaron la ropa antes de lavarla

Operarios de la funeraria trasladan el cadáver de Tatiana Coinac, el pasado domingo. | Irma Collín

Operarios de la funeraria trasladan el cadáver de Tatiana Coinac, el pasado domingo. | Irma Collín

Chus Neira

Se busca a un hombre relativamente joven, muy violento y con rasgos de psicópata, especialmente sádico. Ese es el perfil del asesino de Tatiana Coinac que dibujan los primeros datos de la autopsia y la inspección del lugar del crimen. Así lo ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA de fuentes de la investigación, que sigue volcada en el análisis minucioso del piso de la calle Amsterdam, en el barrio de Teatinos de Oviedo, donde fue hallado el cadáver de la mujer, una moldava de 44 años, el domingo por la mañana.

Los primeros datos apuntan a que el crimen se habría producido «entre el jueves y el viernes». El asesino y Tatiana Coinac habrían mantenido primero relaciones sexuales, sin indicios forenses de que en ese momento hubiese violencia en el cuerpo de la mujer. El examen del cadáver y del piso muestran un cambio brusco en la escena: el asesino ató a Tatiana Coinac con unas bridas a la cama, le anudó un pañuelo o una sábana y empezó a apretar hasta que le rompió el cuello. Después la golpeó brutalmente –le rompió varios huesos– y una vez muerta le introdujo un objeto por el ano.

Consumado el crimen, el psicópata trató de desatarle el nudo del cuello, pero no lo logró y tuvo que cortarlo. Después desnudó el cuerpo sin vida de Tatiana Coinac con violencia, le arrancó la ropa y dejó los jirones repartidos por el piso.

Todo indica que trasladó el cadáver a la bañera para lavarlo y, posiblemente, tratar de borrar sus huellas en el cuerpo de la mujer. Pese a ello, los investigadores han tratado de recuperar ADN en el lugar del crimen.

Como la autopsia sitúa el crimen entre el jueves y el viernes, los investigadores tendrán que revisar las llamadas y mensajes que recibió esos dos días en sus teléfonos móviles. Tatiana tenía tres terminales, todos recuperados por la policía. Uno era para hablar con su madre y sus amigos. Los otros dos estaban vinculados a su trabajo como masajista, al de escort y también a una línea erótica de pago con la que completaba sus ingresos.

Tatiana Coinac era una mujer muy discreta que recibía en el piso (de su propiedad) a sus clientes. A las pocas personas con las que cruzaba algunas palabras les decía que se ganaba la vida limpiando casas y en una residencia de ancianos. Vivía con su gato persa, con el que le gustaba salir a pasear de madrugada por el barrio y único testigo del crimen. De cuando en cuando recibía visitas de su madre, que reside habitualmente en la provincia de Castellón.

Fue esta mujer la que, alarmada por no poder hablar por teléfono con su hija, contactó con la Policía Local. Los agentes acudieron al domicilio en dos ocasiones. La primera vez nadie contestó a sus llamadas y se fueron. La segunda, el pasado domingo, entraron en el piso y encontraron el cadáver de la mujer en la bañera. Estaba limpia, bien colocada, ocultando toda la violencia y sadismo desatado en aquel piso hacía dos días.

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El Gobierno de Asturias mostró ayer sus condolencias por el crimen de Tatiana Coinac, la mujer que apareció muerta con signos de violencia en su domicilio de Oviedo, en el barrio de Teatinos. La directora general de Igualdad, Nuria Varela, condenó el crimen y trasladó su pésame a la familia y amistades de la víctima. Varela aprovechó, además, para abogar por que este tipo de casos entren lo antes posible en las estadísticas de violencia machista en España, donde hasta ahora solo se recogen los asesinatos cometidos por las parejas o exparejas de las víctimas. De este modo, la directora de Igualdad en Asturias defiende que exista un registro que incluya a todas las mujeres asesinadas por algún tipo de violencia machista. También instó a que no se entre en las circunstancias personales de la víctima por respeto a su intimidad. Con la misma idea de exigir que este tipo de crímenes contabilicen como violencia machista y para denunciar el crimen se concentraron también ayer por la tarde en la plaza de la Escandalera un colectivo de mujeres, que realizaron una performance con sábanas ensangrentadas y mostraron una esquela por Tatiana Coinac. Al acto asistieron la edil Ana Taboada (Somos) y el concejal Diego Valiño (PSOE).

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