Un hombre de 55 años y nacionalidad búlgara, conocido por hasta nueve identidades distintas, ha sido condenado a cuatro años y nueve meses de prisión por utilizar una tarjeta de crédito clonada para realizar compras, tras valerse de una documentación falsa, según informa Efe.

El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Alicante que juzgó los hechos le considera responsable de un delito de estafa intentada, otro de falsificación de tarjeta de crédito y otro de falsedad en documento oficial.

La sentencia considera probado que, el 10 de marzo de 2011, el procesado acudió a una gran superficie situada junto al trazado de la carretera N-332 en el municipio de Sant Joan d'Alacant (Alicante) con la intención de comprar un ordenador valorado en 599 euros.

Para abonar su precio, aportó una tarjeta de crédito American Exprés Platinium a su nombre que había sido "confeccionada por él o por otra persona con su connivencia", según la sentencia.

Sin embargo, la compra no llegó a completarse, ya que el empleado del establecimiento se percató de que el número troquelado de la tarjeta no coincidía con la numeración de su banda magnética.

El tribunal concreta que la numeración troquelada correspondía a la de otra tarjeta sustraída en el año 2009, domiciliada en Ginebra, mientras que la banda magnética correspondía a otra tarjeta emitida a nombre de un tercero residenciado en Bélgica.

Así, la sentencia detalla que para la falsificación de la tarjeta se utilizó la técnica conocida como 'skimming', por la que se manipulan los datos de las pistas de la banda magnética de la tarjeta original una vez ha sido copiada, alterando los datos sobre el nombre del titular, para grabarlos en una tarjeta emitida por una entidad bancaria que coincida con el nombre de la persona que va a usarla.

De este modo, cuando el empleado del establecimiento se percató de la falsedad de la tarjeta, llamó a la Guardia Civil, cuyos agentes pudieron comprobar que el acusado se identificaba con un pasaporte y un permiso de conducir, ambos de la República de Bulgaria, que resultaron ser documentos falsos con una identidad igualmente fraudulenta.