La Guardia Civil de Alicante ha detenido a un español de 30 años como presunto autor de hasta 13 robos con fuerza por sustraer el dinero de los cajetines de cambio de distintas lavanderías, así como establecimientos de autolavado de mascotas de la localidad de Callosa de Segura. Se le imputa también otro robo en el interior de vehículo, un hurto, así como maltrato animal porque en el momento en que fue atrapado llevaba un gallo de pelea en la mochila, daños y resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad, ya que se resistió a su arresto.

Se da la circunstancia de que el sospechoso ha sido arrestado hasta en tres ocasiones en las últimas semanas, pero desde el juzgado de guardia no se ha adoptado ninguna medida cautelar y dejándole en libertad con cargos, a la espera de que se celebre el juicio. Los hechos habían causado una gran alarma social en la localidad, ya que el botín era la recaudación diaria de los negocios asaltados. Alguno de ellos había tenido que echar el cierre.

La investigación se ha llevado a cabo por agentes del Puesto Principal de la Guardia Civil de Callosa de Segura, a raíz de las denuncias interpuestas por los dueños de los comercios afectados y dada la alarma social que estos robos habían causado en el municipio. Tras estas pesquisas, los agentes pudieron identificar al presunto autor de estos robos, que resultó ser una persona con un amplio historial delictivo por hechos parecidos.

El modus operandi empleado era el mismo. En todos los robos, el asaltante accedía a las lavanderías, normalmente de día, y sustraía la recaudación de los cajetines donde se depositaba el dinero recaudado por las máquinas, incluyendo otros objetos que se encontraban en los establecimientos.

Los hechos habían ocurrido en un breve espacio de tiempo, entre el 17 de febrero y el 19 de abril, generando una gran inquietud entre los perjudicados porque el botín era la recaudación diaria de sus negocios. Una de las víctimas tuvo que cerrar su establecimiento temporalmente debido tanto a los perjuicios económicos por los robos, así como a tener que hacer frente a los daños sufridos en el material del comercio cada vez que era violentado.

El sospechoso pudo ser arrestado gracias a la colaboración ciudadana, al recibirse aviso el pasado 10 de abril de un nuevo robo en otro establecimiento. Una patrulla uniformada se presentó en el lugar de los hechos y al verse sorprendido el presunto autor de los robos se dio a la fuga, iniciándose una persecución en la que el fugitivo opuso gran resistencia. Finalmente pudo ser arrestado.

En dicho momento, los agentes se percataron de que en la mochila que portaba había un gallo de pelea herido. Por ello, procedieron rápidamente a dar aviso al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de Orihuela, que, tras comprobar el estado físico del animal, hizo entrega de él a la protectora de animales para su cuidado y recuperación. Por este hecho, se le ha imputado un delito de maltrato animal, ante las sospechas de que hubiera podido ser utilizado en peleas ilegales de animales.

Finalmente, el detenido junto con las diligencias instruidas fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia de Orihuela, quien decretó su libertad con cargos.

El varón en cuestión, quien acumula un gran número de delitos contra el patrimonio, tras pasar a disposición judicial y quedar en libertad con cargos, fue detenido en dos ocasiones más. La Guardia Civil de Callosa de Segura le detuvo los días 15 y 19 de abril como presunto responsable de tres delitos de robo con fuerza en dos lavanderías y un parquímetro. Tras ser puesto a disposición judicial, el Juzgado de Guardia de Orihuela decretó nuevamente su libertad con cargos.

Un gallo de pelea herido oculto dentro de una mochila

Uno de los hechos que sorprendió a los agentes en el momento de la detención del sospechoso es el hecho de que éste llevaba escondido dentro de la mochila un gallo de pelea, que presentaba lesiones. Todo apunta a que ha podido ser utilizado en alguna pelea ilegal de animales, motivo por el que se le ha imputado el delito de maltrato animal, penado con entre seis meses y tres años de cárcel.