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Cuatro acusados de asaltos a casas de Alicante y Elche con el método del hilo de pegamento se declaran culpables

Los procesados marcaban las puertas de las viviendas con filamentos del adhesivo para saber si había moradores en su interior. El cuarto implicado se encargaba de vender las joyas robadas

Los cuatro acusados sentados de espaldas en la primera fila antes del inicio del juicio. Hector Fuentes

Cuatro miembros de un grupo conocido como la banda del pegamento se declararon este lunes culpables de varios asaltos a viviendas de Alicante y Elche cometidos entre los meses de octubre y noviembre de 2020. El juicio se ha cerrado con una conformidad con cuatro acusados en el banquillo, tres como autores materiales de los robos y un cuarto que les ayudó a vender los objetos robados, principalmente joyas.

La banda marcaba las puertas de edificios enteros con filamentos de pegamento para saber si había moradores en el interior. Si el filamento estaba roto, la puerta se había abierto y por tanto la casa estaba habitada. Si la tira de adhesivo estaba intacta, la casa estaba vacía y la banda podía actuar sin temor a ser sorprendida. La Policía les intervino multitud de ganzúas en una bolsa oculta en el maletero cuando les arrestó mientras estaban vigilando un edificio que se habían marcado como objetivo en la calle Sargento Vaillo de Alicante.

Los tres asaltantes, asistidos del letrado Alberto Lledó, se han declarado culpables de un delito continuado de robo con fuerza y pertenencia a grupo criminal y por los que se les impondrá la pena de cuatro años y un mes de prisión por el primer delito, más otro año por el segundo. Los tres estaban en prisión y la Audiencia ha impuesto un tiempo máximo de dos años y tres meses de cumplimiento de la pena. Pasado este plazo se le cambiará por la expulsión del territorio nacional y no podrán volver a entrar en España durante un periodo de diez años. El cuarto acusado, asistido por el letrado José Soler, estaba en libertad por estos hechos y se ha declarado culpable de un delito de receptación. No tendrá que entrar en prisión por estos hechos, pero la suspensión de la pena está condicionada a que no vuelva a delinquir en los próximos dos años.

Los encausados serán expulsados del país a los dos años de la condena y no podrán regresar en una década

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La Fiscalía les atribuía hasta 18 hechos delictivos cometidos en viviendas de Alicante y Elche a finales del año 2020. Aunque con este acuerdo, los procesados únicamente han reconocido su participación en cinco de estos robos. Fuentes cercanas al caso señalaron que se trataban de aquellos casos en los que había pruebas directas, como la recuperación de parte del material sustraído. En cambio, en otros no había otra prueba más que el modus operandi utilizado era el mismo y la vivienda se encontraba en zonas próximas a otras donde se habían registrado hechos similares. Inicialmente las penas reclamadas para los asaltantes sumaban ocho años de prisión.

Para implicarles en estos robos, la Fiscalía se había pasado en los informes de posicionamiento de los móviles de los acusados, que les situaban en las proximidades de las zonas donde se habían cometido estos robos. La Sección Segunda de la Audiencia tenía previsto celebrar el juicio a lo largo de toda esta semana, con numerosos testigos citados. Ya que no solo se encontraban los perjudicados, sino otros vecinos que les habían sorprendido en actitud sospechosa por el edificio y que acabaron llamando a la Policía. Los agentes habían encontrado restos del hilo de pegamento en edificios donde éstos fueron vistos.

La banda utilizaba un coche de alquiler por el que se movían por toda la provincia de Alicante para seleccionar posibles objetivos. Las puertas de edificios al completo quedaban marcadas con estas tiras de pegamento. Pasado un tiempo, los asaltantes regresaban para comprobar qué precintos estaban intactos y por tanto saber a qué casas podían acceder tras violentar la entrada. Normalmente, usaban el método del resbalón para acceder a las viviendas, según se detalla en el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. Principalmente dentro de las casas buscaban piezas de joyería y dinero en efectivo, a las que el acusado de receptación daba salida posteriormente en establecimientos de compra venta de oro. Este acusado regentaba una joyería en Altea y era la persona que se encargaba de fundir los metales preciosos obtenidos para la venta posterior en otras localidades. El grado de especialización de esta banda llegaba a tal extremo que en ocasiones los propietarios de las casas ni siquiera reparaban en que habían sufrido un robo, hasta que descubrían la desaparición de las joyas. En dos de los domicilios asaltados, el botín obtenido superaba los 6.000 euros.

Tras el acuerdo alcanzado en la Audiencia de Alicante, la sala ha dictado una sentencia in voce, resolución que ya es firme y contra la que no hay posibilidad de recurso alguno,

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