Seis años de internamiento en régimen cerrado y tres años más de libertad vigilada. Esta es la pena impuesta al menor que asesinó a tiros a sus padres y a su hermano de diez años el pasado 8 de febrero en Elche, según han confirmado a este medio fuentes judiciales. La sentencia ha sido dictada por el Juzgado de Menores número 2 de Alicante tras un juicio celebrado el pasado agosto en el Palacio de Justicia alicantino. La vista oral, que en principio iba a celebrarse en septiembre, se llevó a cabo de forma discreta en pleno mes de agosto, cuando la actividad judicial prácticamente se paraliza. La expectación mediática que suscita el caso puede ser el motivo.

Aunque no están previstos las acuerdos de conformidad para los juicios de delitos de tan graves, la vista oral fue rápida, ya que el menor reconoció todos los hechos que le imputaban y confesó que cometió los crímenes y que lo hizo después de haber sido castigado por haber sacado malas notas, como ha hecho desde que fue detenido por la Policía en su domicilio de Elche.

Vivienda de Elche donde se cometió el triple parricidio. EUROPA PRESS/J. P. REINA

La condena impuesta es la medida solicitada por la Fiscalía de Menores por los tres delitos de asesinato, la máxima posible al tener 15 años el joven cuando mató a sus padres y a su hermano. Si hubiese tenido 16 años, los cumplió al mes siguiente, se le podría haber pedido el internamiento de un periodo máximo de diez años, según las fuentes judiciales consultado.

Declaración de indignidad

Los familiares del padre y la madre también estaban personados en la causa como acusación y además del internamiento del triple parricida habían solicitado en la vista oral que se acordara la declaración de indignidad del menor con el fin de impedir que pueda heredar los bienes de sus padres. Sin embargo, la magistrada del caso denegó en la sentencia la petición para poder desheredar al menor al no proceder esta declaración de indignidad por la vía penal y corresponder a un procedimiento civil. La condena al menor por tres delitos de asesinato ya basta ahora para que se acuerde en la vía civil la declaración de indignidad del adolescente, según fuentes judiciales.

El menor se encuentra internado en un centro de la provincia de Valencia desde su arresto el pasado mes de febrero y ahí seguirá ingresado por el momento. Fuentes judiciales han explicado que el menor podrá estar ingresado en el centro hasta que cumpla los 21 años o incluso hasta el final de la pena. Sin embargo, a los 21 años, o incluso antes pero siempre después de haber cumplido la mayoría de edad, podría ser trasladado a un centro penitenciario si su conducta no responde a los objetivos de reeducación marcados. Una vez cumpla la pena quedará libre y sin antecedentes penales.

La Policía en la vivienda de Elche cuando descubrieron los tres cadáveres. MATÍAS SEGARRA

Especialistas en psiquiatría y psicología clínica del Instituto de Medicina Legal de Valencia se entrevistaron con el menor y emitieron un informe que concluye que el triple parricida no padece ninguna alteración psicopatológica o trastorno mental que hubiese podido reducir al menor su capacidad de autodeterminación. Sabía lo que hacía y lo relató «con frialdad y sin remordimiento alguno», según el informe.

Sin trastorno mental

Dicho informe, aportado a la causa enjuiciada en Alicante y publicado por este medio el pasado agosto, deja claro que en el momento de cometer los crímenes el adolescente era plenamente consciente de lo que estaba haciendo y asesinó a sangre fría a su familia por «un motivo nimio y de escasa significación», como es la reprimenda de una madre por haber suspendido de nuevo las asignaturas de Lengua y Matemáticas.

El joven declaró a los especialistas que «estaba enfadado» y que «se me fue la cabeza». Las malas notas y los estrictos castigos de sus padres, que le dejaban sin ordenador y televisión, sin poder salir con sus amigos o le obligaban a realizar tareas en el campo, fueron el desencadenante del triple parricidio.

Los hechos ocurrieron el pasado 8 de febrero por la tarde. Le dijo a su madre que había vuelto a suspender y la progenitora le mandó a su habitación castigado sin televisión ni ordenador. Poco después subió a por la escopeta de caza de su abuelo y mató a su madre de tres disparos. El hermano de 10 años acudió al escuchar los disparos y le mató de un tiro en la espalda cuando intentaba huir.

Tres días jugando a videojuegos

El joven ocultó los cuerpos en un trastero fuera de la vivienda y esperó a que su padre llegara por la noche. Le disparó nada más abrir la puerta y su padre, malherido, logró quitarle el arma y la tiró al suelo, pero el joven la cargó de nuevo y le pegó dos tiros más. Escondió también el cadáver, limpió la escena del crimen, se duchó, cenó tranquilamente y pasó tres días jugando a los videojuegos encerrado en su habitación.

Durante este tiempo se hizo pasar por sus padres contestando los WhatsApp y llamó al instituto como si fuera un familiar para decir que estaba confinado por el covid.

El triple crimen fue descubierto cuando unas tías del menor se presentaron en la casa tres días después y el propio joven les confesó lo ocurrido.