La Fiscalía ha pedido que la causa abierta por el laboratorio de billetes falsos desmantelado en La Nucia el pasado mes de septiembre continúe en la Audiencia Nacional. Las pesquisas partieron de un juzgado de la provincia de Barcelona hace más de un año con motivo del hallazgo de una mochila con billetes falsos y ése ha sido el hilo del que tiraron las Fuerzas de Seguridad hasta llegar al presunto cerebro de la trama en la provincia de Alicante. Una vez practicadas las detenciones de los implicados, debe despejarse ahora la duda de dónde continuará la instrucción judicial hasta que se determine si se lleva a los implicados al banquillo.
A juicio del Ministerio Público, la investigación de los delitos de falsificación de moneda corresponden a este órgano judicial, que también sería el competente para asumir los casos por afectar a varias provincias españolas. En una operación conjunta entre la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra fueron detenidas un total de doce personas en las provincias de Alicante, Barcelona, Málaga, Teruel y Valencia.
Se les atribuye la falsificación de hasta ocho millones de euros en billetes de 500 euros, en el que era el laboratorio más activo de Europa en reproducciones fraudulentas de dinero. Como ya publicó este diario, el presunto cerebro de la red, Tomás M. J., fue apresado en La Nucia donde se intervino la maquinaria utilizada por la red para la impresión del dinero.
Algunas de las defensas ya habían planteado el cambio de jurisdicción, ya que el caso está siendo asumido por un juzgado de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona). El abogado Francisco González, que defiende al presunto cabecilla de la organización, ya planteó que desde el principio la Audiencia Nacional era la que se tenía que haber encargado de la investigación, puesto que desde el inicio de las actuaciones ya se sabía que el delito que se investigaba era el de falsificación de moneda. El letrado tenía previsto presentar este viernes un nuevo escrito reclamando el cambio de jurisdicción.
Confirmada la prisión
Mientras se resuelven las dudas sobre qué juzgado asumirá finalmente el caso, la Audiencia de Barcelona ha confirmado la prisión para los detenidos por esta operación, entre ellos el presunto cabecilla apresado en La Nucia. Se les imputa un delito de falsificación de moneda, así como otro de pertenencia a organización criminal, castigados con penas de hasta doce y dos años de prisión respectivamente. El juez valoró en su día para acordar la prisión, decisión que ahora ha ratificado la Audiencia, el riesgo de fuga dadas las altas penas de prisión a las que se enfrentan, así como el riesgo de reiteración delictiva, dado que la mayoría de los implicados cuenta con antecedentes por delitos similares.
La estancia en prisión de los implicados dependerá de lo que tarde en despejarse qué juzgado asume la investigación, puesto que, según apuntaron fuentes próximas al caso, aun cabe la posibilidad de que la Audiencia Nacional rechace la competencia en la investigación y lo devuelva a los juzgados de Sant Feliu de Llobregat.
Como ya publicó este diario, la organización tenía la maquinaria escondida en una nave en La Nucia, a la espera de encontrar un local definitivo para comenzar con la producción. La red se abastecía de China para la compra de los útiles para la falsificación y con el cierre de fronteras a causa de la pandemia se había paralizado la producción. El hallazgo de una mochila con cerca de 4,3 millones de euros en billetes falsos y que fue localizado por un hombre que paseaba con su perro por un paraje boscoso de Cervelló (Barcelona) fue la pista de la que partieron los Mossos para ir tirando del hilo e identificar a los presuntos miembros de la organización.
La mayoría de ellos había coincidido en la prisión de Picassent, donde ingresaron por delitos de falsificación de moneda, y volvieron a poner en marcha el entramado a raíz de que quedaron en libertad. Los planes de la organización pasaban por usar empresas tapadera y talleres de impresión fotográfica para dar apariencia de legalidad a sus actividades. Al conocer que estaban siendo investigados tras el hallazgo de la mochila, planeaban un traslado de toda la infraestructura a otro país, desde el que continuar con la fabricación. Tenían capacidad para imprimir no solo euros sino también dólares y reales brasileños.
