La familia del joven muerto en La Vila Joiosa dice que tenía miedo y que el acusado lo retó

La madre y la hermana de Esteban niegan que la víctima estuviera vinculada a «pandilleros» y una testigo confirma que el día de le pelea mortal se cruzó con el procesado lleno de sangre y le pidió que llamara a la Policía

Dos policías nacionales trasladan al acusado de matar a un joven en La Vila Joiosa.

Dos policías nacionales trasladan al acusado de matar a un joven en La Vila Joiosa. / PILAR CORTES

La madre y la hermana del joven de 28 años muerto a puñaladas en una pelea en mayo de 2021 en una urbanización de La Cala en La Vila Joiosa han asegurado en el juicio que se celebra en la Audiencia de Alicante que hablaron los días anteriores con Esteban y les contó que «estaba con mucho miedo» porque el acusado Sebastián O. le había «retado» a pelearse.

Las dos allegadas a la víctima han afirmado además que Esteban nunca estuvo en prisión y que era una persona «trabajadora y muy seria» que nunca se mezclaba con «pandilleros», como sugirió el procesado en su declaración en la vista oral. La hermana de Esteban ha concretado ante el jurado popular que su hermano «llevaba varios días diciendo que tenía mucho miedo por su integridad física» y ha añadido que en la última conversación telefónica que mantuvo con él le contó que «le retó para que se enfrentaran y que iba a tener que irse del trabajo».

Deuda

A preguntas de la defensa, la hermana ha señalado que en la declaración prestada ante la Guardia Civil tras el fallecimiento de Esteban manifestó que no se imaginaba el motivo de la pelea pero que desconocía que tuviera una deuda el acusado con su hermano. «Solo sabíamos que tenía problemas con él», pero no el motivo, ha concluido la hermana.

La madre de Esteban ha reiterado que su hijo «estaba con mucho miedo» unos días antes de la pelea mortal pero ha precisado que el acusado no le dijo que iba a matarlo. Según la madre, el acusado acudió a la peluquería de Benidorm donde trabajaba Esteban con el fin de retarlo. «Le decía que era un cagao, que saliera para que se vieran como hombres», ha indicado la progenitora del joven fallecido, que llegó a España de Colombia cuando tenía 10 años y trabajó en el Ayuntamiento de Benidorm antes del empleo en la peluquería.

El dueño de la peluquería de Benidorm donde trabajaba Esteban también ha testificado este martes en la segunda sesión del juicio y ha explicado que la víctima, dos días antes de su muerte, recibió la visita del ahora acusado, que se presentó en plan «chulesco» pero sin llegar a enfrentarse porque él intercedió y le pidió que se marchara. Al día siguiente, según este testigo, Esteban le comentó que el acusado le debía 80 euros pero que ya había solucionado sus problemas con Sebastián. El dueño de la peluquería también ha calificado a la víctima de una «persona tranquila» y que nunca vio que fuera con pandilleros.

Por otro lado, la testigo a la que pidió ayuda el acusado tras la pelea también ha prestado declaración en la vista oral y ha confirmado los datos aportados por el procesado respecto a que le pidió que llamara a una ambulancia. Así, ha relatado que se cruzó en la calle con un joven que iba lleno de sangre y le pidió ayuda para que llamara a la Policía y luego a una ambulancia. La mujer intentó sin éxito contactar con la Policía Local de La Vila Joiosa y acabó llamando a la Guardia Civil al ver que había una segunda persona boca abajo en el suelo en medio de un charco de sangre.

Según esta testigo, el acusado, que llevaba heridas de arma blanca, decía que su amigo le había hecho eso «por 50 euros» y «estaba muy débil, parecía que iba a desvanecerse». Cuando vio al otro joven tendido en el suelo fue hacia él pero se detuvo cuando el acusado «me dijo que no me acercara que llevaba un machete, por lo que ya no me moví esperando a la Policía».

Varios guardias civiles que estuvieron en el lugar de los hechos han reconocido las armas blancas intervenidas que llevaban los implicados, tanto un machete de grandes dimensiones que tenía la víctima, como uno pequeño de cocina que usó el acusado para asestarle seis puñaladas en el pecho, una de ellas mortal. Uno de los agentes también ha explicado que el coche del acusado tenía las ruedas pinchadas y otro ha indicado que no encontraron al tercer morador que, según Sebastián, vivía en la casa, aunque sí ha reconocido que había indicios de que viviera allí otra persona además de una pareja y el procesado.