Trece investigados en Alicante y Valencia por comerciar con medicamentos veterinarios sin control

La Guardia Civil ha investigado a 13 personas en las provincias de Alicante y Valencia por compraventa de medicamentos veterinarios sin control en tiendas de animales, explotaciones ganaderas y núcleos zoológicos. Los principales implicados en este comercio fraudulento mediante el método de la "receta inversa" son el gerente de una empresa, un veterinario y una farmacéutica, todos ellos de la provincia de Valencia.

En los registros la Benemérita intervino 200 dosis de medicamentos veterinarios sujetos a prescripción veterinaria preparados para su distribución veterinarios, 2.850 recetas veterinarias y documentación que ahora será analizada. Los investigados, once hombres y dos mujeres de entre los 43 y 72 años, ha sido acusados, según su grado de participación, de delitos de falsedad documental, grupo criminal y contra la salud pública.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Alicante inició las pesquisas en abril del pasado año tras ser alertado por el Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante de la existencia de un comercio especializado en alimentación de animales de la Marina Alta que no estaba autorizado para la venta de medicamentos veterinarios y estaba realizando dispensas sin ningún tipo de control.

Los agentes descubrieron un comercio detallista autorizado para la comercialización de medicamentos veterinarios de la comarca valenciana de l'Horta Sur que estaba empleando el método conocido como “receta inversa” para la venta de este material sanitario. Este método consiste en la compraventa del medicamento veterinario sujeto a prescripción veterinaria, mediante la presentación de una receta veterinaria no expedida a consecuencia de un acto clínico previo, sino por petición de los clientes.

Con dicha práctica aumentaban el número de ventas y por lo tanto las ganancias económicas. La empresa investigada contaba con un veterinario que realizaba la prescripción de las recetas sin el reconocimiento físico del animal, desconociendo por lo tanto el estado sanitario del mismo.

Peligro

Todo este entramado suponía un peligro tanto en los animales como para los posibles consumidores finales de la carne de estos animales, ya que en algunos casos había animales destinados al consumo humano.

Según la Guardia Civil, el cabecilla de la trama era el responsable y el comercial del establecimiento detallista, el cual contaba con la colaboración de un veterinario de confianza que por medio de códigos falsos o inexistentes de explotaciones del Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA) realizaba la correspondiente receta veterinaria. También ha sido implicada en la trama una farmacéutica que omitía las funciones de control que legalmente tenía asignadas. Además de estas tres personas, la Guardia Civil ha investigado a diez responsables de pequeños comercios de Pedreguer, Pego, Teulada, Alcanalí y Dénia, así como de los municipios valencianos de Oliva,  Aielo de Malferit, La Pobla de Vallbona, Canals y Turís.

Dicha empresa acabó siendo registrada y el Seprona también llevó a cabo la primera quincena de febrero una veintena de inspecciones a otros comercios vinculados a ésta en municipios de la Marina Alta y de la provincia de Valencia. Estos comercios se dedican a la venta de alimentación para animales, explotaciones ganaderas y núcleos zoológicos.

La investigación judicial se lleva en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Dénia. La operación ha sido desarrollada dentro de la estrecha cooperación que mantienen el Ministerio del Interior y la Generalitat Valenciana, para lo cual los agentes han contado con la colaboración del Área de Inspección de Farmacia de la Conselleria de Sanidad y con la Sección de Producción y Sanidad Animal de la Conselleria de Agricultura, además de los Colegios de Veterinarios de Valencia y de Alicante.