La mujer descuartizada en Torrevieja recibió 24 puñaladas mientras la agarraban del cuello

La Fiscalía y las acusaciones reducen de 25 a 22 años y medio las penas solicitadas después de la confesión del acusado en el juicio

El acusado de matar y descuartizar a su pareja en Torrevieja confiesa el crimen

El acusado de matar y descuartizar a su pareja en Torrevieja confiesa el crimen / Héctor Fuentes

J. A. Martínez

J. A. Martínez

La mujer descuartizada en Torrevieja recibió al menos 24 puñaladas mientras su agresor la agarraba violentamente del cuello, según el informe de los forenses que hicieron la autopsia a los restos humanos localizados. Los médicos del Instituto de Medicina Legal de Alicante comparecieron este miércoles en el juicio que celebra la Audiencia Provincial por este crimen de violencia de género que conmocionó Torrevieja donde explicaron ante un jurado popular las lesiones de la víctima. Al menos, las heridas que pudieron certificar, ya que hay partes del cuerpo que jamás aparecieron. 

En esta jornada, las partes hicieron sus informes finales de conclusiones y en los que la Fiscalía bajó de los 25 años que solicitaba inicialmente a 22 años y medio de cárcel para el acusado por asesinato, una petición a la que se sumaron las acusaciones que ejercen la familia de la víctima a través del despacho Chapapría-Navarro Asociados, así como la Generalitat Valenciana y a la que se adhirió la propia defensa del acusado. El presunto autor del crimen es un ciudadano finlandés de 73 años de edad que el primer día del juicio admitió en su integridad el escrito de acusación de la Fiscalía.

La defensa ha intentado la carta de la enfermedad mental para tratar de atenuar la responsabilidad del acusado. Sin embargo, los peritos han sido contundentes al descartar la existencia de patologías mentales. «Era consciente de lo que estaba haciendo», ha dicho la forense. Aunque la pena que se solicitaba era la máxima por un delito de asesinato, la Fiscalía se ha basado en la ausencia de episodios anteriores de maltrato para aplicar la rebaja. A partir de hoy el jurado recibirá el objeto del veredicto y comenzará la deliberación.

El acusado mató a puñaladas a la víctima, otra ciudadana también finlandesa de 69 años con la que llevaba un año y medio de relación, y a continuación trató de deshacerse del cadáver arrojando los restos en bolsas de basura a contenedores próximos al domicilio. La cabeza y el brazo izquierdo jamás se encontraron.

Una sierra para desmembrar

Los forenses señalaron que el cadáver fue desmembrado con una sierra después del asesinato. Las lesiones que había para cortarlo eran postmortem. En la autopsia contabilizaron hasta 24 puñaladas por todo el cuerpo. Cinco de ellas estaban en las manos, lo que se ha interpretado que eran heridas defensivas para tratar de repeler las cuchilladas. De todas estas punciones, al menos cuatro eran susceptibles de causar la muerte. Tres se centraban en la zona del tórax que hubieran causado la muerte de la víctima en caso de no recibir asistencia médica. Sin embargo, la herida principal se encontraba en el cuello y señalaron que era mortal de necesidad. En el examen del cuello, los forenses localizaron unas lesiones que, tras un examen complementario, revelaron que la víctima había sido fuertemente agarrada del cuello mientras era apuñalada. Ante esta cantidad de lesiones, las acusaciones sostienen que hubo una agravante de ensañamiento. 

La Fiscalía sostiene que se trató de un ataque «sorpresivo» perpetrado en la intimidad del domicilio, sin que la mujer tuviese la oportunidad de defenderse, más allá de «emplear sus manos y sus brazos» para protegerse y todo ello en virtud de un plan preconcebido. El abogado de la acusación particular incidió durante su informe en el dolor que había provocado en estos el conocimiento de las circunstancias en las que se había producido el crimen, agravado por la distancia, ya que residen en Finlandia. Por su parte, la abogada de la defensa señaló que no toda la exposición de pruebas que se había presentado durante el juicio tenían por qué ser ciertas, aunque se adhirió a las penas reclamadas.

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