Entrevista | Pilar Fuentes Decana del Colegio de Procuradores de Alicante

Pilar Fuentes: «Me escandaliza que el ciudadano haya normalizado la lentitud de la Justicia»

"Hace falta un pacto para salir de la situación de jaque en que nos encontramos en vez tejer y destejer a toda prisa normativas jurídicas", sostiene la primera decana del Colegio de Procuradores de Alicante

Pilar Fuentes posa en la recién estrenada sede del Colegio de Procuradores ante los retratos de sus predecesores.

Pilar Fuentes posa en la recién estrenada sede del Colegio de Procuradores ante los retratos de sus predecesores. / David Revenga

Mercedes Gallego

Mercedes Gallego

Alicantina "de la Vega Baja", precisa, es la primera decana del Colegio de Procuradores de Alicante, cargo que ocupa desde hace poco más de dos años y ya ha cambiado de ubicación una sede que no se movía desde finales de los 70. Así es Pilar Fuentes (Callosa del Segura, 1967), quien considera que la Justicia está en jaque en estos momentos, no sólo por la huelga de los LAJ, y que únicamente un pacto puede sacarla de esta situación. Al frente de un colectivo de cerca de 300 profesionales (el 65% mujeres) mantiene un idilio con el Derecho Procesal desde la universidad aunque confiesa que hubo momentos en que barajó serle infiel con el Periodismo. Formada en la Universidad de Murcia ahora es ella la que imparte clases en la de Alicante y en la UNED. "Me enriquece estar entre la teoría y la práctica porque terminamos enseñando lo que necesitamos aprender", afirma. Y repite como un mantra: el procurador es garantía de calidad y de eficacia. 

¿Qué es y para qué sirve un procurador?

Cuando un ciudadano tiene un conflicto y acude a los tribunales necesita dos profesionales: el abogado, que le defiende, y el procurador, que le representa. El procurador es un profesional liberal, independiente, especializado en Derecho Procesal y un puente entre el justiciable y los tribunales. De hecho llevamos todo el sistema de notificaciones. Y lo que no es: ni un funcionario ni un empleado del abogado.

Pues esta última es una creencia bastante extendida. ¿Cómo se destierra?

Conociéndonos mejor. El error procede de que el ciudadano conoce primero al abogado y este le deriva al procurador. Por eso es básico que se nos conozca a través de los medios de comunicación, de las redes…

¿Qué les dice a quienes sostienen que es una profesión condenada a desaparecer?

Que nada más lejos de la realidad. Es cierto que la profesión ha estado muy tocada porque Europa no entendía que en España hubiera esta doble figura del abogado y el procurador. Pero ya lo ha hecho y acaba de cerrar un expediente que había abierto por esa cuestión.

¿Cómo se las apañan en el resto de Europa?

En la UE tiene el huissier de Justice, que es lo más parecido al procurador pero no con las mismas funciones. Son más agentes de ejecución, que es lo que nosotros estamos reivindicando. Pero en España tenemos además la representación.

¿Esa representación no la puede realizar el abogado?

Es es algo que continuamente se nos está cuestionando. Pero tradicionalmente en España siempre ha habido estas dos figuras para dejarle la parte técnica-procesal al procurador y la sustantiva, al letrado. Y eso está bien porque así el trabajo del abogado se encauza al fondo del asunto. De no existir el procurador, en los bufetes tendrían que contar con la figura del abogado procesalista o como quisieran llamarle.

¿Eso puede ocurrir?

No debería.

¿Por qué?

Porque perderíamos en seguridad jurídica. Si no hay una formación adecuada como la que tiene el procurador para desarrollar su función se quebraría el derecho de defensa. La Administración de Justicia es muy técnica. Su vocabulario, los pasos que hay que dar… sería muy complicado que las notificaciones fueran directamente al cliente o al abogado. Es como decir que el cirujano puede hacer el trabajo del anestesista. El procurador es garantía de eficacia y calidad.

Pilar Fuentes en un momento de la entrevista.

Pilar Fuentes en un momento de la entrevista. / David Revenga

Se ha referido antes a la ejecución de las resoluciones.

Para quienes acuden a los tribunales no es suficiente con tener una sentencia sino que ha de cumplirse. Si eso no ocurre, aunque la resolución te dé la razón, es papel mojado. Y en España esa es la parte más deficiente. Un informe de Sigma Dos nos sitúa los penúltimos de Europa en el ámbito de la ejecución.

¿A qué se debe?

A que no se da abasto. Nosotros tenemos funciones importantes, como los embargos, las subastas, los desahucios… pero reivindicamos un papel más activo en la ejecución, una de nuestras especialidades, para mejorarla.

¿Quién se encarga de eso ahora?

La dirigen los letrados de la Administración de Justicia (LAJ) ,que han puesto el grito en cielo con este tema pero porque no nos han entendido. Nosotros no estamos pidiendo que se les aparte de esa función. Lo que planteamos es colaborar y asumir más funciones bajo su dirección.

Ponga un ejemplo.

El punto neutro judicial. Cuando un deudor no cumple la sentencia y no sabemos qué bienes tiene para embargar, pedimos al juzgado que se averigüe a través de la plataforma del punto neutro. Eso lo autoriza el LAJ, aunque a veces también delega en los funcionarios. Lo que estamos pidiendo es que se nos permita hacer esas búsquedas sin necesidad de solicitarlo cada equis tiempo, como ocurre ahora, porque eso ralentiza el proceso.

Aquí nos topamos con uno de los temas candentes de la Administración de Justicia en este momento, como es saber qué es lo que tiene que hacer cada cuerpo. ¿Cree que realmente hace falta una redefinición de funciones como están reclamando gestores y tramitadores?

Sin duda. Hace falta una redistribución de los puestos de trabajo, las famosas RPT, y saber exactamente qué función tiene que cada uno. Aunque el letrado judicial tiene un extenso listado de competencias bastante definidas. Por eso insisto en que no iban a perder su papel en cuanto a la ejecución sino que tendrían un colaborador experto en la materia, con lo que la Justicia ganaría. De hecho, hay informes de diferentes comisiones europeas que recomiendan dar al procurador la función de agente de ejecución.

¿Eso no sería privatizar la Justicia?

En absoluto. Eso lo objetan los letrados judiciales, quienes sostienen que así habría una doble velocidad: los que puedan pagar al procurador y los que no.

¿Y no sería así?

No, porque para eso está la Justicia gratuita.

La decana del Colegio de Procuradores de Alicante.

La decana del Colegio de Procuradores de Alicante. / David Revenga

Desde fuera da la impresión de que la Administración de Justicia es el cadáver de un animal por el que todos pelean para ver quién se lleva el trozo más grande.

La Justicia está en jaque en estos momentos. Lo está en general y más con la huelga de los LAJ que se está viviendo. Respeto el derecho fundamental a la huelga pero tengo una profunda preocupación por la situación en que está quedando la Administración de Justicia. Pero no únicamente por los paros. Está la renovación del CGPJ, las vacantes del Supremo, más gente pidiendo aumento salarial… Y ya no es sólo que el ciudadano que va a resolver sus problemas a los juzgados se encuentra con una situación grave. También nos la encontramos los profesionales. Estamos parando los despachos. El escenario es muy complicado.

¿A que atribuye esta conjunción de conflictos?

A que han confluido todos esos elementos junto a una alta crispación de la sociedad. Hace falta de nuevo un pacto para la Justicia, reflexionar sobre lo que está ocurriendo y cómo cambiarlo en vez de emplearnos en tejer y destejer normativas jurídicas a toda prisa.

¿Cómo ha ocurrido con la ley del “solo sí es sí”?

Por ejemplo. Este es otro de los elementos que está contribuyendo a la crispación. Porque cuando se hace y se deshace una norma de un modo tan rápido, y sin una cierta reflexión, se genera confusión e incertidumbre en el ciudadano y paralización en los que tienen que aplicar la ley.

Partiendo del respeto al derecho de los LAJ a la huelga, ¿qué piensa del modo que han elegido para luchar por sus reivindicaciones en un servicio esencial como es la Administración de Justicia?

Partiendo de ese derecho fundamental y sin entrar en el fondo del conflicto, que es muy complejo, quizá los letrados judiciales no se han hecho entender y por eso no han encontrado demasiada empatía. Me refiero por ejemplo a algo que han corregido y que ya están haciendo, como es que si está previsto que se va suspender un juicio avisen a los profesionales para evitar mayores perjuicios y que, en vez de contar con nuestra comprensión, genere un rechazo.

Le preguntaba por la postura de los LAJ, pero ¿qué opina de la del Ministerio de Justicia en este conflicto? ¿Cree que está ninguneando la huelga más grave que ha vivido esta administración desde la democracia?

Creo que el ministerio pensó que esto se resolvería mucho antes y que las posturas no iban a estar tan encontradas. Y lo que por parte de los profesionales les venimos rogando a ambos es que pongan todos sus esfuerzos para conseguir cuanto antes un acuerdo. No se pueden cansar de dialogar ni se puede posponer más una solución. Y por el talante conciliador que tiene que ministra espero que también ella en un momento determinado intervenga para que esta huelga acabe lo antes posible.

De momento no es que haya intervenido mucho.

Tiene que pasar algo más, que no sabemos, para que la ministra no se haya sentado a dialogar. O quizá porque tiene más difícil dar ese paso cuando detrás vienen otros operadores jurídicos con sus reivindicaciones justo en este momento. Tal vez esa sea la complicación que está teniendo porque, de otro modo, no se entiende.

Tampoco es que la persona que ha designado el ministerio para negociar, el secretario de Estado de Justicia, Tontxu Rodríguez, parezca que tenga un talante muy conciliador.

Han colocado a alguien muy técnico, pero ahora lo han completado con Manuel Olmedo, el secretario general para la Innovación y la Calidad de Justicia, que tiene otro perfil. Quizá se ha pensado que entre dos pueden conseguirlo.

Pues de momento no lo parece.

Yo tengo la esperanza de que lo logren porque esto tiene que cambiar y nuestro ruego como profesionales va por ahí.

Fuentes en otro momento de la entrevista.

Fuentes en otro momento de la entrevista. / David Revenga

¿Qué percepción cree usted que tiene el ciudadano del servicio que recibe de la administración de Justicia?

Creo que el ciudadano ha normalizado el funcionamiento lento de la Administración de Justicia. Hay calidad pero sigue siendo lenta. Es un mal que venimos arrastrando años. Al principio de la huelga de los LAJ me llamaba la atención que no abriera los telediarios. No lo entendía. Les pregunté a mis clientes y ¿sabe qué me respondieron? Que si llevaban esperando el juicio varios años, por uno más no pasaba nada. Me escandaliza que se normalice esta lentitud y eso nosotros no lo podemos permitir. Como procuradores nos preocupa porque estamos para agilizar la Justicia. 

¿Tan vital es su función?

Cuando un procurador interviene va todo mucho más rápido porque todas las notificaciones se agilizan. Y no solo entre las partes, sino también entre las partes, el tribunal y un tercero que no haya acudido al procedimiento, al que podemos emplazar notificándoselo en su casa. Hay partidos judiciales tan saturados que tardan hasta seis meses en entregar una demanda cuando un procurador lo puede hace en uno o dos días. Por eso estamos preocupados e impotentes en este momento, porque no podemos hacer nada. No es normal que un juicio tarde en celebrarse tres o cuatro años.

¿Cuánto calcula que tardará en normalizarse la situación tras este parón?

En tiempo no lo sé porque las posiciones están muy enrocadas, pero cuando se desconvoque la huelga son necesarias dos medidas fundamentales: un plan de choque conjunto del ministerio y la conselleria para que se vuelva a poder en orden la Justicia y que las miles y miles de notificaciones que están pendientes de notificar no salgan de golpe, porque colapsarían a todos los profesionales. Ya hemos pedido que se haga de forma escalonada. Hay que tener en cuenta que la provincia de Alicante es una en las que más seguimiento de la huelga está habiendo y los funcionarios han seguido trabajando.

¿Le consta que, como ha denunciado algún sindicato, los LAJ estén presionando a tramitadores y gestores para que no trabajen y agudizar así los efectos de la huelga?

No me ha llegado esa información pero si algún compañero lo hubiera puesto de manifiesto lo habría comunicado a la autoridad competente, al igual que he hecho con otras pequeñas disfunciones.

¿Disfunciones como cuáles?

No poner un sello de recepción de copias, que nada tiene que ver con la función de un LAJ.

Hablaba de un plan de choque con la participación de la conselleria. ¿Cómo valora la gestión de la consellera Bravo?

La consellera tiene un gran peso, mucho mayor que otros políticos del país, y eso es importante porque se traduce en presupuesto. Ya no es solo la Ciudad de la Justicia sino que ha resuelto también el problema del turno de oficio y tanto ella como su equipo escuchan, empatizan y toman decisiones consensuadas.

¿Cómo el papel que ha dado a los procuradores en Violencia de Género?

Si. Esta comunidad es pionera en sufragar la designación de abogado y de procurador a la víctima de Violencia de Género desde el momento que denuncia con independencia de su situación económica. Los procuradores estamos preparados para mantener un contacto directo desde ese momento y hacer más fácil el trasiego que tiene la mujer comenzando desde la propia comisaría Solo falta llevarlo a efecto y para ello nos estamos coordinando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y con otros operadores jurídicos.

La decana en otro momento de la entrevista.

La decana en otro momento de la entrevista. / David Revenga

¿Dónde radica el problema que tienen los procuradores con el Máster en Abogacía?

Hasta ahora existía el Grado en Derecho y después el máster de la Procura o el máster de la Abogacía, según se quisiera ser abogado o procurador. Con la modificación de la ley de acceso se pretende que haya uno solo que habilite para ambas profesiones. El problema viene por el número de créditos. Antes eran 90 para cada uno y ahora hay que compartirlos. Yo defiendo un equilibrio o que cada estudiante haga las mismas prácticas en una y otra profesión porque hay que formar en calidad para ser ambas cosas. La Abogacía sostiene que hay más abogados y que por eso ellos tienen que tener más. Ahora estamos trabajando en alcanzar un consenso.

Hace unas semanas recibió la Medalla al Mérito Profesional por su apoyo a la mediación judicial como vía para solucionar los conflictos. ¿Realmente es mejor un mal acuerdo que un buen juicio?

Un buen acuerdo es mejor que un buen juicio porque creo que en la mediación siempre se llega a buenos acuerdos por una sencilla razón: porque decide la parte y no es un tercero quien dice lo que se tiene que hacer.

¿Estamos en España preparados para ese tipo de Justicia?

La Administración de Justicia sí, pero al ciudadano todavía le queda un poco para aceptar la cultura de la mediación. Porque a veces, ante los conflictos, reaccionamos en vez de responder. Y la reacción es emoción. Si reflexionáramos un poco más intentaríamos dialogar y bajaríamos la escalada del conflicto. Yo siempre prefiero tener buenas relaciones a tener razón.

La decana posa con el slogan que decora una de las paredes de la nueva sede del Colegio de Procuradores de Alicante.

La decana posa con el lema que decora una de las paredes de la nueva sede del Colegio de Procuradores de Alicante. / David Revenga

Usted es la primera mujer al frente del Colegio de Procuradores en la provincia y el Icali no sabe aún lo que es tener una decana cuando la presencia femenina es mayoritaria en ambos colectivos. ¿El techo de cristal en la Justicia es tan duro de romper?

En el ámbito de la Justicia es donde más y mejor habita la igualdad. Sin embargo, los órganos de Gobierno siguen estando ocupados mayoritariamente por hombres. Pero yo creo que a veces es por elección de la propia mujer. Es cierto que nunca en la historia del Colegio de Procuradores de Alicante una mujer había sido decana, pero porque nunca una mujer se había presentado. Y en el de la Abogacía tampoco.

¿Qué le hizo dar a usted el salto?

Todo lo que se estaba haciendo era correcto, nos estábamos defendiendo, pero por relevo generacional era necesario avanzar, plantear cosas diferentes. Y se puede vivir sin intentar cambiar nada pero yo vi que tenía un equipo con el que podía hacerlo.

¿Como el cambio de la sede que venían ocupando desde finales de los 70?

Si, eso y tener colegio que no viviera de espaldas a los colegiados y a ciudad sino que fuera un colegio para vivirlo y donde las personas fueran el centro. Quería hacer algo para que el procurador tuviera la vida un poco más fácil.

En el cambio del centro de la ciudad al que va a ser el epicentro de actividad judicial, ¿cuánto ha pesado el proyecto de la Ciudad de la Justicia?

Mucho. Porque el procurador tendrá más cerca su colegio y una sensación más clara de pertenencia al colectivo, lo que da más fuerza. Y, lo más importante, el ciudadano. Aquel que quiera pedir el turno de oficio solo tiene que entrar y pedirlo. Estamos a su servicio. Hay un cambio en la mirada, sin duda. 

Las frases

«El procurador no es un funcionario ni un empleado del abogado, es un puente entre el ciudadano y los tribunales,»

«Hace falta un nuevo pacto por la Justicia en vez de emplearnos en tejer y destejer normativas jurídicas a toda prisa»

«Hay partidos judiciales tan saturados que tardan hasta seis meses en entregar una demanda cuando nosotros lo podemos hacer en uno o dos días»

«La Administración de Justicia está preparada para la cultura de la mediación, es la ciudadanía la que no lo está porque ante los conflictos se opta por la reacción en vez de por la respuesta»

«La consellera de Justicia tiene un gran peso, mucho mayor que otros políticos del país, y eso es importante porque se traduce en presupuesto»

«Reivindicamos un papel más activo en la ejecución de las sentencias» 

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