Un acusado de violar a una mujer en el centro de salud de Sant Joan dice que fue sexo consentido

El procesado trabajaba en la reforma de la instalación sanitaria y se enfrenta a penas de entre 8 años y medio y 15 años de prisión por agresión sexual y lesiones a una limpiadora

Ambulancia que ha acudido a la Audiencia de Alicante para atender a la víctima de un ataque de ansiedad.

Ambulancia que ha acudido a la Audiencia de Alicante para atender a la víctima de un ataque de ansiedad. / HÉCTOR FUENTES

La Audiencia de Alicante ha dejado visto para sentencia este miércoles un juicio por la presunta violación de una mujer que trabajaba como empleada de la limpieza del centro de salud de Sant Joan d’Alacant, un caso en el que la denunciante ha ratificado que fue violada por un albañil que trabajaba en las obras de reforma del centro y el acusado ha vuelto a negar que la agrediera sexualmente empleando la violencia y ha asegurado que fueron relaciones consentidas buscadas por la denunciante.

La Fiscalía ha solicitado al tribunal de la Sección Décima que condene al acusado a penas que suman ocho años y seis meses de cárcel por delitos de agresión sexual y lesiones, mientras que el abogado de la acusación particular ha elevado la petición a 15 años de prisión. Por su parte, la defensa ha reclamado la libre absolución del procesado y ha planteado al tribunal que la víctima no ha contado la verdad en su relato sobre los hechos.

La mujer sufrió trastornos psicológicos de los que tardó seis meses en sanar, según la Fiscalía. La acusación particular reclama una indemnización de 60.000 euros por los daños y secuelas causadas, ya que la víctima sigue en tratamiento y no ha vuelto a trabajar ni a tener relaciones sexuales desde entonces. Antes del inicio del juicio la mujer ha sufrido una crisis de ansiedad y la Guardia Civil ha avisado a una ambulancia para que la asistieran.

Hechos enjuiciados

Los hechos enjuiciados ocurrieron a primera hora de la tarde del 8 de junio de 2021 en el centro de salud de Sant Joan, donde se estaban realizando unas obras de reforma del centro. Las acusaciones mantienen que la víctima entró en un pequeño cuarto para llenar un cubo de agua y fue abordada por el procesado, quien entró detrás de ella y cerró con pestillo. La mujer insistió en que no le hiciera nada y que la dejara salir, pero el hombre se abalanzó sobre la víctima y la forzó sexualmente, según la Fiscalía y la acusación particular.

Por su parte, el acusado ha asegurado entre sollozos que mantuvo relaciones sexuales con la limpiadora, pero que fueron consentidas y que fue la mujer quien llevaba un mes «tonteando» con él y le llevó al cuarto del centro de salud donde tuvieron sexo.

El procesado explicó que dos semanas antes ya intentó lo mismo y le llevó a dicho cuarto, como ratificó otro albañil que les vio meterse. Pese a ello, este último extremo fue negado por la denunciante.

Aunque dijo desconocer los motivos de la denuncia, el acusado explicó que ambos tenían pareja y ella estaba preocupada por si se quedaba embarazada, por lo que se ofreció a comprarle la pastilla del día después y se la facilitó con posterioridad el encargado de la cuadrilla de obreros.

La mujer señaló que no fue sexo consentido y afirmó que el acusado comenzó a besarla y pese a que le decía que parara continuó, le bajó el pantalón y la penetró. Indicó que luego le contó lo sucedido al jefe de obra y a una trabajadora del centro que fue la que avisó a la Guardia Civil.

Las acusaciones han mantenido en el juicio que fue una agresión sexual sin consentimiento y la defensa sostuvo lo contrario. Además ha cuestionado la credibilidad de la denunciante, que ha manifestado en el juicio que nunca había hablado con el acusado previamente y varios testigos, sin embargo, han señalado lo contrario.