La Audiencia impone 22 años y medio de cárcel al descuartizador de Torrevieja
El fallo considera acreditado que el acusado asestó 23 puñaladas por todo el cuerpo a su víctima aumentando cruel y gratuitamente su sufrimiento

El asesino a su llegada a la Audiencia de Alicante el día que comenzó el juicio. / Alex Domínguez
La Audiencia de Alicante ha condenado a 22 años, seis meses y un día de prisión por asesinato al hombre que asesinó y descuartizó a su pareja en Torrevieja, según el fallo al que ha tenido acceso este diario. La sentencia se ha dictado una semana después de que un jurado popular declarara a Kari Petter Jokela culpable de un asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento. Asimismo establece una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los dos hijos de la mujer asesinada. El crimen de violencia machista causó una gran conmoción en la localidad de Torrevieja, ya que los restos de la víctima fueron localizados en distintos contenedores de basura dentro de bolsas de plástico. La cabeza y el brazo izquierdo jamás aparecieron.
La sentencia establece una indemnización de 150.000 euros a cada uno de los dos hijos de la mujer asesinada, que estaban personados en la causa como acusación particular a través del abogado Juan Chapapría, del despacho Chapapría-Navarro & Asociados. Esta cantidad se queda a medio camino de entre los 100.000 euros que pedía la Fiscalía y la Generalitat, ejercitando la acción popular; y los 250.000 euros que pedía la acusación particular.
La sentencia impone además al acusado una orden de alejamiento que le impedirá acercarse a menos de 500 metros o contactar por cualquier medio con los hijos de la víctima durante los diez años posteriores a que acabe la estancia en prisión del asesino. Asimismo se establece una pena de libertad vigilada también durante diez años.
El fallo no es firme y contra él cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia, aunque es improbable que se presente, ya que tanto la Fiscalía, como las acusaciones y la propia defensa llegaron a un acuerdo con la pena que iban a pedir y que es la que finalmente se ha impuesto en la resolución. El procesado está en prisión desde su detención por estos hechos.
El acusado, de 73 años de edad, mantenía una relación sentimental con su víctima, de 69, desde hacía un año y medio.
Hechos probados
El fallo considera probado que se trataba de una relación de convivencia análoga al matrimonio, lo que ha motivado que también se le aplique una agravante de parentesco. Según la resolución, en las notas del calendario de su teléfono móvil había escrito varias anotaciones muy expresivas de su intención de torturar a su víctima y de acabar con su vida.
El magistrado José María Merlos, que ha presidido el tribunal del jurado, considera probado que la tarde del 27 de octubre de 2021, el acusado se aprovechó de que estaban en el domicilio común, circunstancia que propiciaba la relajación de alertas de la mujer, para abalanzarse repentinamente sobre ella y le asestara numerosas puñaladas en distintas partes del cuerpo con un cuchillo. La víctima recibió numerosas puñaladas en distintas partes del cuerpo, «ante las que solo pudo anteponer los brazos de manera ineficaz para defender su vida», relata la resolución.
«Con las numerosas cuchilladas que el acusado asestó a su compañera, le causó otras 23 heridas por arma blanca en distintas partes del cuerpo, en concreto en el torso, espalda y brazos, que no eran necesarias para producir la muerte, aumentando así, cruel y gratuitamente, el sufrimiento de la mujer», señala la sentencia. En el juicio, los forenses señalaron que un corte en el cuello fue el que causó la muerte, aunque previamente el procesado también la estranguló.
A continuación, continúa relatando el fallo, «una vez que el acusado había dado muerte, desmembró el cadáver y depositó distintas partes del cuerpo de la víctima en contenedores de basura y otros lugares cercanos al lugar de los hechos, dejando en el interior de la vivienda el tórax, sin que haya aparecido la cabeza».
El acusado fue localizado por las cámaras de seguridad transportando distintas partes del cuerpo de la víctima en una bicicleta. La Guardia Civil le identificó cuando estaba en uno de los escenarios.
Una confesión en el móvil
El acusado dejó por escrito una confesión sobre cómo durante meses estuvo planeando torturar y matar a su compañera sentimental. Las notas que dejó en la aplicación del calendario de su móvil fueron más largas que el escueto sí con el que este admitió su participación en los hechos al inicio del juicio. Se limitó a decir que sí había hecho lo que le acusaban y ya no quiso dar más explicaciones.
Los investigadores ya habían hallado la otra confesión anotada a modo de diario en el teléfono del acusado. En las notas de su teléfono móvil, el procesado anotaba cómo iba a llevar a cabo el crimen. En algunas de estas notas se refiere a la víctima como «mujer asquerosa, provocadora de hombres». La fiscal del caso fue leyendo a los miembros del jurado durante su exposición inicial algunas de estas notas. La primera de ellas en el mes de junio, cuatro meses antes del crimen, «voy a matar a Maija y torturarla, pero antes subiré a Facebook una foto besándola».
Pocos días antes del asesinato, decía que iba a matarla y a descuartizarla y retirar a continuación todo el efectivo que pueda. La nota del día después del crimen decía «primer día sin la ansiedad causada por Maija». Todos estos extremos fueron relatados por los agentes de la Guardia Civil que revisaron el teléfono móvil del procesado.
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