Las sociedades modernas en los países desarrollados están adaptándose a los nuevos retos. Y un punto en común que tienen la mayoría de estos países es el incremento constante de la esperanza de vida y, por tanto, de la longevidad humana. España no escapa a esta tendencia y ya es el tercer país del mundo, sólo por detrás de Japón y Francia, con una población más envejecida.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España pasará en 15 años de tener un 19% de su población mayor de 65 años a un 25%, lo que irá unido a que el número de personas mayores de 80 años se incrementará en un millón de personas. Una tendencia imparable y que está provocando un cambio en la oferta de viviendas a este grupo de población de manera adecuada.

¿Cómo son estas nuevas viviendas? Para responder a estas preguntas, la Fundación Pilares editó a finales de 2019 el libro titulado Viviendas para personas mayores en Europa. Nuevas tendencias para el siglo XXI donde se recogen diferentes iniciativas llevadas a cabo en todo el continente para llevar a cabo la transición desde el modelo institucional clásico de residencia, que se considera agotado, hacia el modelo hogar.

Las diferentes propuestas que han llevado a cabo los países tienen en común que están basadas en la realidad de que la mayoría de las personas quieren mantenerse el mayor tiempo posible (toda la vida) en sus hogares.

Por ello, según explica Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, «es importante invertir en realizar viviendas más accesibles y adecuadas, hacer mejoras en los hogares para evitar que las personas se tengan que mudar cuando se hagan mayores, y garantizar la provisión de cuidados y apoyos en casa cuando se tienen situaciones de dependencia».

Viviendas alternativas

El libro recopila las experiencias llevadas a cabo en países como Suecia, Alemania, Inglaterra, Países Bajos y Estados Unidos, además de España, donde el denominador común de estos alojamientos es que «en todos ellos hay un alejamiento y rechazo razonado del modelo institución, predominando los conceptos de «vivienda» y «hogar» que se mantienen y se cuidan hasta el final de la vida», según se señala en el documento.

Así, por ejemplo, son cada vez más frecuentes la construcción de diferentes tipos de viviendas para las personas mayores como viviendas compartidas, viviendas comunitarias, viviendas colaborativas (Cohousing) o apartamentos con servicios «donde las personas pueden continuar viviendo, aunque se necesiten cuidados y atención profesional».

En la provincia de Alicante ya podemos encontrar este tipo de modelos de vivienda que son un referente europeo. El más importante es el Edificio Intergeneracional de la Plaza América de Alicante, una iniciativa consistente en un edificio con zonas comunes donde mayores y jóvenes viven en apartamentos en régimen de alquiler, comprometiéndose estos últimos por contrato a dedicar horas a trabajos comunitarios y a convivir con sus vecinos de más edad.

La idea de este proyecto de vivienda compartida tiene la finalidad de crear y vivir en un ambiente y en una filosofía de vida donde dos generaciones con edades diferentes pueden contagiarse mutuamente para que la calidad de vida sea mejor.

Con una idea similar al edificio intergeneracional de la Plaza América en cuanto a la creación de zonas comunes pero sin el componente intergeneracional está la iniciativa denominada Cohousing Senior, consistente en formar comunidades de vecinos, manteniendo cada persona su independencia económica en un sistema de cooperativa en cesión de uso sin ánimo de lucro.

En este modelo de vivienda, los socios cooperativistas adquieren un derecho de uso de su inmueble y de las zonas comunes e infraestructuras del edificio, con la forma jurídica del usufructo vitalicio, que es un derecho transmisible a sus herederos. La propietaria del edificio en su totalidad es la cooperativa. En España, los proyectos más famosos de Cohousing Senior son el de Profuturo y Trabensol, en Valladolid y Torremocha del Jarama, respectivamente.

Pioneros en el medio rural

Como modelo de vivienda alternativa a las residencias en el medio rural español, el libro editado por la Fundación Pilares para la Autonomía Personal recoge la experiencia de las viviendas comunitarias de Castilla La Mancha. Las casas son ofrecidas por el Gobierno de la citada autonomía como alternativa viable para combatir la soledad y vulnerabilidad de muchas personas mayores que quedan aisladas en sus pueblos y para favorecer el apoyo mutuo y desarrollar la solidaridad vecinal.

«Además de cumplir estos loables objetivos, esta modalidad de vivienda también presenta una nada desdeñable potencialidad de creación de empleo al ofrecer puestos de trabajo a la población joven en unos territorios muy marcados por la despoblación», se enfatiza el citado documento.

Un referente europeo en Alicante

El Edificio Intergeneracional de la Plaza América de Alicante tiene zonas comunes donde mayores y jóvenes viven en apartamentos en régimen de alquiler, comprometiéndose estos últimos por contrato a dedicar horas a trabajos comunitarios y a convivir con sus vecinos de más edad.

Nuevo perfil de mayores

Las personas mayores de hoy, y aún más las que están llegando a la edad de jubilación, presentan un perfil muy diferente al de generaciones anteriores, lo que implica su negación a los modelos de alojamiento institucionales como las residencias. Reclaman con fuerza contar con viviendas modelo hogar en el que puedan mantener el máximo control de sus vidas. Entre las características de los nuevos mayores destacan:

- Alto nivel de estudios.

- Pensiones más elevadas.

- Modelos de ocio más sofisticados

- Mayor conciencia de sus derechos

Viviendas cada vez más digitales

El libro Viviendas para personas mayores en Europa. Nuevas tendencias para el Siglo XXI también profundiza en las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), augurando que su utilización en las viviendas adaptadas para mayores «tendrán un papel mucho mayor y más relevante en el futuro». Así, el texto recopila los beneficios aportados por la amplia oferta ya disponible y que puede resultar de utilidad para personas mayores como son las interfaces accesibles, los asistentes de voz o sistemas de mensajería instantánea, así como diversas aplicaciones para mejorar la memoria, hacer ejercicio físico o para disfrutar del ocio.