Requena no solo vive del vino, sino que también elabora magníficos cavas. Este idilio que mantiene la localidad requenense con el cava nació en 1982, cuando un grupo de viticultores decidió emprender una nueva aventura que, además, permitiera distinguirlos en un mercado cada vez más competitivo. Durante los casi 40 años de relación que mantiene Requena con el cava ha habido momentos difíciles, como cuando se les excluyó de entre las demarcaciones con derecho a su elaboración, pero ahora, con más de 9 millones de botellas comercializadas en 2019, los productores de cava requenense ven el futuro con optimismo. Y eso, pese al bache que ha supuesto la pandemia de coronavirus que ha azotado al sector durante este 2020.

¿Sabían que Requena es la única localidad de la Comunitat Valenciana donde se puede producir cava? El motivo de esta distinción viene originado por el carácter emprendedor de las primeras bodegas requenenses que se lanzaron a esta aventura. Fue en el año 1982 cuando se dieron de alta para ello, cuando todavía había libertad en todo el país para producir estas elaboraciones. Los problemas llegaron en 1986, cuando, con la entrada de España en la Unión Europea, se les denegó la licencia para seguir produciendo cava al no incluirlos en las demarcaciones con ese derecho. No obstante, los viticultores requenenses ganaron la batalla judicial y, finalmente, se les reconoció ese derecho a elaborar cava y, por ello, Requena es el único municipio valenciano que puede producir este delicioso elixir.

Para defender sus derechos y promocionar su actividad se encuentra la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, integrada por las bodegas de Chozas Carrascal, Coviñas, Hispano Suizas, Pago de Tharsys, UVE, Torre Oria y Dominio de la Vega. «El cava elaborado en el municipio de Requena está avalado por distintos concursos y publicaciones», argumenta su presidente, Emilio Expósito, que defiende la singularidad del cava requenense en su ubicación geográfica.

«Tenemos las viñas a unos 750 metros sobre el nivel del mar. Esa altitud permite producir una uva distinta a una viña que está a solo 200 metros del mar. La materia prima produce lo que el ambiente y su tierra le da. Esa altitud, con un clima muy continental con inviernos muy fríos y veranos calurosos, con la influencia mediterránea por la cercanía del mar, nos diferencia de la mayoría de las zonas que producen cava», expone Expósito, que además resalta la relevancia de la maduración de la uva en Requena, gracias a «la diferencia que hay entre la temperatura de la noche respecto a la del día», lo que le confiere a sus cavas un punto de acidez propio.

Emilio Expósito.

La evolución de la comercialización de los cavas de Requena en la última década ha sido magnífica. «Hace 10 años estábamos elaborando sobre un millón de botellas al año. En 2019, pasamos de los 9 millones de botellas», señala Expósito que, no obstante, admite que este año será «especial» por culpa de la pandemia.

«Los primeros meses suelen ser los de menos consumo y después vino la pandemia. Las bodegas que tienen la exportación y mucho producto en lineal han logrado mantenerse con un ligero descenso. Las medianas y pequeñas, que dependen mucho de la restauración, sí que están teniendo descensos más importantes», revela el presidente de la asociación. «Este mes es crucial, aunque es muy difícil recuperar lo que se ha perdido durante todo el año», considera Expósito, que, aún así, es optimista de cara al futuro: «Somos conscientes de que que esto es una situación pasajera. Si todo evoluciona como esperamos, el próximo año podremos recomponer un poco las pérdidas, y para después el cava de Requena tiene un futuro muy interesante. Cada vez se le conoce más a nivel nacional e internacional. Hay un potencial de crecimiento muy importante», concluye.

Progresión, más de 9 millones de botellas elaboradas en 2019

La progresión en cuanto a comercialización de los cavas de Requena es meteórica. En tan solo una década, según señala el presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, Emilio Expósito, han pasado de comercializar alrededor de 1 millón de botellas a más de 9 millones de botellas, cifra registrada en 2019. «Todo este aumento de los últimos años se debe al gran trabajo de cuidado del producto que han realizado las bodegas y a la buena labor de marketing y publicidad que se ha hecho», valora Expósito, que entiende como una de las claves que cada vez haya más gente que reconozca a Requena como tierra elaboradora de cavas. El horizonte, pese a la crisis provocada por el coronavirus, es esperanzador, y las siete bodegas asociadas esperan recuperar ese dinamismo en cuanto se superen las restricciones de la Covid-19. «Vamos a seguir trabajando bien», augura el presidente de la asociación.