El famoso naufragio de Anticitera, que ocurrió en el Siglo I a.C. y fue descubierto en 1900, sigue aportando sorpresas: no solo transportaba la primera computadora analógica, sino también una enorme estatua del mítico héroe griego Hércules, de la que ahora se ha encontrado su cabeza.

Los arqueólogos submarinos han realizado una nueva investigación en el sitio del naufragio de Anticitera. El barco hundido mide unos 40 metros de largo y ha sido objeto de estudio desde su descubrimiento en el año 1900.

En el otoño de ese año, buceadores de esponjas descubrieron los restos de un barco hundido a principios del siglo I a. C, tras chocar con las rocas frente a la costa de la isla griega de Anticitera, situada al sur del Peloponeso y al noroeste de Creta.

Durante el trabajo submarino que siguió al descubrimiento, los científicos descubrieron artefactos de los siglos IV-I a.C. Entre ellos había numerosas estatuas de bronce y mármol, una lira de bronce, así como fragmentos de vasijas de vidrio.

Primera computadora analógica

El hallazgo más famoso realizado en el lugar de este naufragio a principios del siglo XX fue el mecanismo de Anticitera, una pieza de bronce corroída por el óxido, con una rueda dentada incorporada, que estaba dentro de una caja de madera de 340×180×90 milímetros.

Inicialmente, los científicos asumieron que se trataba de un reloj mecánico o un astrolabio. Sin embargo, más tarde llegaron a la conclusión de que era la computadora analógica más antigua, usada para los cálculos astronómicos y de los eclipses con hasta diecinueve años de anticipación.  

Según las últimas estimaciones, el mecanismo fue construido en el siglo II a.C. Hasta el día de hoy han sobrevivido 82 fragmentos de varios tamaños, incluidos partes de los 30 engranajes que forman parte de su estructura. En muchas de estas partes se han conservado inscripciones, que incluso recientemente lograron ser leídas.

Nuevas exploraciones

Como parte de un proyecto científico de cinco años (2021-2025), los arqueólogos submarinos realizaron nuevas investigaciones cerca del naufragio, entre el 23 de mayo y el 15 de junio de este año, según se informa en un comunicado.

Con la ayuda del equipo desarrollado por la empresa suiza Hublot Xplorations group, los científicos pudieron mover fragmentos de roca masivos que pesaban hasta 8,5 toneladas y acceder a áreas del naufragio previamente inexploradas.

Como resultado del trabajo, los investigadores descubrieron el pedestal de mármol de una estatua (incluidas partes de las piernas), así como una gran cabeza de mármol, que representaba a un hombre barbudo.

Tanto el pedestal como la cabeza, cubiertos por una gruesa capa de depósitos marinos, formarían parte de una estatua sin cabeza que fue encontrada por los pescadores de esponjas cuando descubrieron el naufragio.

Base de mármol recuperada del naufragio. Nikos Giannoulakis.

Hércules de Anticitera

El conjunto representaría una estatua del así llamado Hércules de Anticitera, que se conserva incompleto en el Museo Arqueológico de Grecia y que sería del tipo Hércules Farnesio.

Se espera que los primeros pasos de limpieza y restauración de la obra de arte revelen pronto más detalles para un análisis más profundo de este conjunto.

Entre otros hallazgos, destacan también dos dientes humanos, que fueron encontrados en los sedimentos junto con piezas de cobre y madera.

El análisis genético e isotópico de los dientes podría ser útil para deducir información sobre el genoma y otras características relevantes y para determinar el origen de los individuos a los que pertenecieron.

Además, diversos fragmentos del barco han quedado a disposición de los arqueólogos: clavos de bronce y hierro, los restos de un ancla, así como nódulos de hierro amorfo, que se planea estudiar en el curso de los análisis de laboratorio.

Más hallazgos

En 2016, los arqueólogos submarinos habían descubierto en el entorno de este naufragio un esqueleto que aparentemente pertenecía a un joven que había sido víctima del desastre. Y en 2017, los científicos descubrieron asimismo fragmentos de estatuas de bronce y mármol, así como un misterioso disco de bronce.

El disco o rueda de bronce mide ocho centímetros de diámetro, y tiene incrustadas unas tiras de metal con agujeros situadas a los cuatro lados, como formando un aspa.

Al principio, los investigadores pensaron que era parte del mecanismo de Anticitera. Pero la tomografía computarizada preliminar mostró que en el medio del disco hay un bajorrelieve de un toro. Por tanto, según la nueva versión de los arqueólogos, el disco sería un elemento decorativo que se adosaba a una estatua o incluso a la capa exterior de la nave hundida.

Equipo internacional

La investigación está a cargo de la Escuela Suiza de Arqueología en Grecia bajo la dirección del Dr. Angeliki G. Simosi, jefe del Eforato de Antigüedades de Eubea, y Lorenz Baumer, Profesor de Arqueología Clásica en la Universidad de Ginebra.

La investigación de campo está bajo la supervisión del Ephorate of Underwater Antiquities, mientras que el proyecto se lleva a cabo bajo el patrocinio de SE la Presidenta de la República Helénica, Sra. Katerina Sakellaropoulou.

El objetivo principal del programa es formular una comprensión más clara y más aguda del barco, su ruta, su carga y las condiciones de los restos.