El Grupo de Diseño en Ingeniería y Desarrollo Tecnológico (DIDET), desde el laboratorio ArtefactosLAB de la Universidad de Alicante, ha vuelto a dar un paso en materia de innovación social con el diseño de un nuevo exoesqueleto robótico de mano. Bautizado como [flick], este exoguante mejora la vida de personas con reducida o nula capacidad de movimiento por trastornos neurológicos y/o fisiológicos.

Se trata de un exoesqueleto impreso en 3D portátil, económico y adaptable al usuario de forma personalizada, cuyo objetivo es “ayudar a aquellas personas que presentan un tono muscular bajo o nulo debido a trastornos neurológicos, patologías crónicas o cualquier tipo de accidente que haya dejado la mano sin movilidad”, explica el investigador e ingeniero de la UA Javier Esclapés.

El dispositivo, ya patentado e inspirado en la inteligencia artificial, está fabricado con un material flexible, transpirable y resistente a líquidos, y diseñado bajo parámetros de sostenibilidad económica, medioambiental y social. [Flick], que se encuentra en fase de prototipo, puede ser fabricado en cualquier parte del mundo adaptado a las necesidades del usuario o del profesional rehabilitador, quien podrá autofabricar y personalizar su propio dispositivo en poco tiempo y mínimo coste. Aspecto que, además, supone un ahorro en logística y distribución. En este sentido, Artefactos busca empresas o instituciones interesadas en apoyar el desarrollo del exoesqueleto o en el diseño y fabricación de otros nuevos dispositivos con fines sociales.

Innovaciones

Tanto el diseño como el proceso de fabricación del exoesqueleto patentado por la Universidad de Alicante han sido optimizados para que pueda ser producido mediante una impresora 3D que, junto al uso de modelos tridimensionales, lo convierten en un proceso de producción alternativo al convencional.

Su aplicación dentro de las tecnologías asistivas abre un sinfín de posibilidades para mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional debido al bajo coste de materiales, rapidez en la fabricación y libertad de diseño que permite acercarse a las necesidades personales. “Esto significa que desde un modelo genérico del exoguante se pueda escalar a una medida concreta, partiendo de las medidas de la mano del usuario y sin necesidad de realizar un nuevo diseño”, detalla el investigador de la UA.

Según Javier Esclapés “la impresión 3D es una técnica que puede aplicarse para satisfacer cualquier necesidad demandada por la sociedad y es especialmente útil para aquellas personas con diversidad funcional con unas problemáticas muy personales en campos como el médico, educativo, laboral o de la movilidad”.

La UA patenta un exoguante robótico

Solución alternativa  

Actualmente, apunta Esclapés, existen diferentes sistemas para ayudar a mover los dedos a aquellas personas que no pueden hacerlo. Por un lado, se encuentran los exoesqueletos para mano convencionales compuestos por materiales rígidos y con un mecanismo complejo para su accionamiento. “Estas características hacen que su volumen sea muy grande y pesado y, por tanto, poco funcional para el usuario. Además, su mecanismo y voluminosidad provoca que la suciedad permanezca en los componentes y hace que el usuario no pueda utilizar el exoesqueleto hasta que se realice la limpieza de cada componente”, añade.

Por otro lado, existen los guantes para rehabilitación que detectan señales musculares, pero solo permiten el movimiento de tres dedos: pulgar, índice y medio. “Otro sistema es el exoesqueleto neumático que presenta un problema común a las anteriores opciones como es su elevado coste, convirtiéndose en un producto poco accesible y con una tecnología y montaje complejos para el usuario”, asegura Javier Esclapés.