Entrar en la consulta o estar ingresado en un hospital y ver a cuatro o cinco estudiantes detrás del médico se ha acabado. El covid ha cambiado también las prácticas de los universitarios que han tenido que adaptarse a la nueva situación. Y ha afectado especialmente a las ciencias de la salud y las ciencias experimentales, donde las clases prácticas son fundamentales para que los alumnos adquieran las competencias necesarias.

En el caso de Medicina, el decano de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), Antonio Compañ, explica que «las prácticas son indispensables. Sexto curso, de hecho, consta de prácticas hospitalarias y el trabajo de fin de grado, y a partir de tercero empiezan a rotar por los distintos servicios hospitalarios y centros de salud». Ahora lo hacen de uno en uno con su tutor, para lo que han tenido que dividir en grupos más pequeños los que van a cada servicio. En estos momentos más de 400 estudiantes de ciencias de la salud están realizando sus prácticas en cuatro hospitales provinciales cumpliendo con las nuevas medidas de seguridad. Es más, para poder realizar las prácticas todos ellos han tenido que firmar el compromiso de responsabilidad en sus actividades fuera de la facultad. «Antes entrábamos tres o cuatro a quirófano y ahora uno. La verdad es que si no fuera por lo que es a los alumnos incluso nos viene mejor porque estamos de 8 a 15 horas solos con nuestro tutor y podemos preguntar más y es todo más individualizado», cuenta la alumna Paula García. Su tutora, la cirujana Cristina Bernabeu, afirma que «el día a día en el hospital ha cambiado, los aforos están limitados, pero creo que es una buena oportunidad para que saquen todo el provecho a las prácticas». En las clases de Anatomía, por ejemplo, ya en la facultad, los estudiantes se dividen en grupos de cuatro o cinco para guardar las distancias.

El decano de Ciencias de la Universidad de Alicante, Luis Gras, indica que «cada asignatura ha aplicado una solución diferente para garantizar las prácticas en función de sus necesidades y de las infraestructuras necesarias» y han tenido que comprar más material. Algunos grupos se han desdoblado y hay profesores que acuden de forma «altruista» fuera de su horario para dar la clase. Otros, como en Geología, realizan la práctica la mitad dentro del laboratorio y la otra en el exterior del edificio con modelos de diferentes piedras metidas en cubetas. El tacto se pierde porque todos deben llevar guantes. En los laboratorios, su responsable, José Vicente Guardiola, ha logrado la «cuadratura del círculo» organizando los espacios para todos. Los estudiantes desinfectan el material antes y después de usarlo y las prácticas por parejas, muy habituales, ya no son posibles.