¿Cómo va el proyecto de novelas griegas descubiertas en papiros que va a poder analizar gracias a la beca de la Fundación BBVA?

Son varias cosas, una es el trabajo en un papiro concreto que hay que reconstruir, faltan palabras que hay que reponer. Esa operación filológica se llama conjetura y se hace aplicando conocimiento de la lengua griega, de otras novelas, de historia y geografía para intentar reconstruir el texto y la escena y situarlo en el conjunto de la obra. Trabajo con otra profesora de la Universidad de Murcia y un profesor de la Universidad de Valencia. Después está la parte de digitalización y el enlace con otras bases de datos que ya existen y la difusión. Así se va incrementando el acervo lingüístico también. Sirve para estudios muy interesantes del mundo antiguo.

¿Qué volumen de papiros va a descifrar en este proyecto?

Son unos cincuenta papiros. Hay un grupo que ya conocemos bastante bien porque se han conservado varios papiros de una misma obra. Son cinco, una novela protagonizada por un rey asirio, otra por un faraón egipcio, otra de unos jóvenes griegos, otra de la guerra de Troya y una de ciencia ficción «Maravillas increíbles de Allende Tule». Y de otras tenemos papiros sueltos, como de una muy importante que es de una persona que se hace pasar por un eunuco y que está en la línea del Satiricón de Petronio. Otra está protagonizada por una liberta. Las mujeres tenían mucho protagonismo y suelen ser personajes fuertes. Suelen ser más valientes y decididas que ellos.

¿El origen de la novela está en Grecia?

Sí, el origen de la novela está en Grecia y con todos los rasgos de estructura y contenido que conocemos hoy. Es verdad que muchos se inspiraron en cuentos populares egipcios, pero la novela extensa de ficción nace en Grecia. Y de ella se han conservado completos cinco títulos. La literatura griega es un iceberg. Y después tenemos todos estos papiros que siguen apareciendo en ciudades egipcias sepultadas por el desierto donde hay campañas arqueológicas que van sacando a la luz estos fragmentos. Esos papiros hay que limpiarlos antes de estudiarlos. Ahora ya no sale ningún papiro de Egipto pero antes sí, de manera que están repartidos por museos y colecciones privadas de todo el mundo.

Hay que dominar la lengua griega antigua para intuir las partes que faltan.

Sí, es una disciplina compleja porque hay que conocer bien la lengua y, sin creerte Homero, respetar lo que hay y proponer lo que podía estar escrito. Y saber leer, claro. A eso es a lo que me dedico, a la edición y el estudio del texto. Nos ayuda a reescribir toda la historia de la literatura griega, parte de la latina y por ende de toda la literatura occidental.

¿Qué géneros escribían los griegos dentro de la novela?

Todos. Histórico, amoroso tipo Romeo y Julieta, aventuras, de ciencia ficción con personajes que viajan en la búsqueda del conocimiento y llegan a la luna. Más escabrosos, con zoofilia incluida, de tipo picaresca, hay novela gótica con fantasmas, magos y conjuros. Otras que narran las peripecias de bandidos y malhechores. Los mismos géneros que tenemos hoy.

En los últimos años la cultura clásica ha ido relegándose. La nueva ley de Educación está en tramitación, por lo que saben ¿dónde quedan el latín y el griego?

No he leído el texto, pero hasta donde sé no quedan bien porque son optativas. En ninguna rama del Bachillerato es obligatorio el griego. Es una pena, debería quedarse como está al menos. Todo el acervo clásico es nuestro mundo, es lo único que nos puede hacer fuertes frente a la superstición y el integrismo. Es la esencia del pensamiento racionalista, fija la distinción entre ciencia o verdad como ellos decían y la apariencia o posverdad. Es lo que nos puede ayudar a enfrentarnos al mundo, dotarnos de herramientas. En Grecia hay respeto al enemigo y análisis de las pestes que dan para tratados de Medicina. Todo está ahí gratis para ayudarnos, es una irresponsabilidad no ponerlo al servicio de la gente joven para ser mejores ciudadanos.

¿Cómo se podrían enlazar el mundo clásico y el moderno?

Los profesores debemos hacer un esfuerzo, aunque se hacen cosas, como acercar la cultura a través del teatro. Y las autoridades deben ayudar. Defender la cultura clásica es hoy revolucionario.