Tanto su proyecto de Universidad, como algunas de las propuestas expresadas por los candidatos al Rectorado de Alicante, aparecen inevitablemente marcadas por la crisis sanitaria, que de entrada ha obligado a retrasar al 3 diciembre las votaciones que estaban previstas para mayo.

De hecho, la catedrática de Derecho Financiero y Tributario, Amparo Navarro, lamenta la demora de estas elecciones a causa de la pandemia, porque esta circunstancia obligará al que finalmente logre el cargo a empezar su mandato con los presupuestos que ya ha aprobado el equipo actual: «El presupuesto para becas es francamente mejorable», sopesa la candidata, al tiempo que se compromete a negociar con la Generalitat y el resto de universidades de la Comunidad la reducción del precio de las segundas y terceras matrículas y el de los másteres, así como a ampliar la beca para el predoctorado.

El catedrático de Historia Medieval, José Cabezuelo, precisa que a su vez exigirá a la Generalitat «contención en el precio de las tasas de grados y máster» en general, y al ministerio «que aplique una generosa política de becas», además de poner sobre la mesa «entre 1.700 a 2.000 millones» para destinarlo a ayudas y becas al estudiante el año próximo. También ha planificado dotar de portátiles con wifi a cuantos universitarios lo necesiten durante la pandemia.

Pero para poder contar con fondos añadidos para los proyectos con los que ambos aspiran a distinguir su gestión, será necesario que de antemano el Consell desatasque el modelo de financiación para las universidades, que la catedrática recordó que ha quedado «totalmente obsoleto» porque no llegó a aplicarse entre 2010 y 2017. Navarro se muestra convencida de que si se financia en función de los resultados de la investigación y de la calidad docente, la UA saldrá bien parada porque en los últimos años la tasa de éxito de las investigaciones ha sido del 30%, frente a la media europea del 12%, y en proyectos nacionales e internacionales se ha llegado al 40%.

Y quiere dar un paso más para que la distribución de los fondos de la Generalitat premie otros valores, que en su opinión deben primar en una universidad del siglo XXI: «Deberá tener en cuenta las cuotas de igualdad, inclusión y de responsabilidad medio ambiental», concreta Navarro.

«La nueva financiación debe premiar los resultados en investigación, en los que la UA sale bien parada»

AMPARO NAVARRO - CATEDRÁTICA DE DERECHO FINANCIERO Y TRIBUTARIO

Al respecto, Cabezuelo pone el acento en que la Generalitat salde de entrada la deuda histórica con las universidades, para que no quede enmascarada en el nuevo modelo, y pide que el próximo modelo de financiación por objetivos se consensúe con el resto de los campus, porque de otra forma la infrafinanciación de los últimos años podría dejar fuera en alguno de ellos a la UA.

También le pide el catedrático al nuevo modelo presupuestario que incluya una «corrección automática», para evitar volver al punto de partida en el probable caso de que la Universidad de Alicante crezca en actividades, titulaciones o alumnos. Quiere, en dos palabras, una «financiación justa».

De momento, el actual impasse en la recepción de fondos, a la espera de que el Consell concrete el nuevo modelo de financiación, la tienen ambos candidatos bien presente a la hora de pensar en nuevas carreras, aunque ninguno de ellos renuncia a seguir reivindicando Medicina para la UA, porque así «lo aprobó el Consejo de Gobierno», como recuerda la catedrática, y porque ahora se cuenta incluso «con profesorado para impartirla, del que se carecía cuando se creó la titulación en los años 80», sigue rememorando.

Navarro apuesta por unir fuerzas con la Universidad Miguel Hernández, «juntas podemos ser muy potentes y concurrir a proyectos de investigación conjuntos para compartir infraestructuras potentes», recalca; y por reforzar y poner en valor la facultad de Ciencias de la Salud «que es mucho más amplia que el grado en Medicina», sentencia.

«La Generalitat debe pagar íntegra la deuda histórica para no enmascararla en el nuevo modelo de financiación»

JOSÉ CABEZUELO - CATEDRÁTICO DE HISTORIA MEDIEVAL

Cabezuelo, sin querer vincular la demanda de médicos a la actual situación pandémica, incide en que la petición de Medicina obedeció a la existencia de una demanda que no solo sigue ahí, sino que ha ido a más. «En coherencia, este candidato va a mantener la solicitud y pedirá que venga con financiación porque no existe el coste cero en las titulaciones», puntualiza.

El catedrático concreta que si llega a ser rector reforzará todas las «titulaciones que tengan demanda y sean útiles a la sociedad», al tiempo que coincide en ir de la mano con la vecina UMH, «la sociedad lo exige», abunda.

Parque

El parque científico, que dispondrá de 800.000 nuevos metros cuadrados para su expansión tras el informe favorable del Consell, es concebido por ambos candidatos como un polo de atracción de empresas. Cabezuelo amplía la capacidad de este espacio de la transferencia del conocimiento para constituirlo en «motor económico y de empleo», y que todas las áreas, no solo las tecnológicas y científicas, sino también las humanísticas y sociales, «encuentren el trampolín para la transferencia de sus investigaciones», explica. También propone crear una escuela de emprendimiento para los que quieran crear su propia empresa, y extenderla a las sedes de la UA en la provincia.

Navarro quiere por su parte establecer convenios «con fondos de capital riesgo que generen recursos», para acompañar a las empresas que surjan de la universidad «en su travesía del desierto» y permitir que sean viables; amén de captar también empresas de fuera. Además propone incrementar el presupuesto del doctorado para generar tesis cofinanciadas con las empresas, «resolver problemas de la empresa y dar más reconocimiento al grado de doctor», señala.

El objetivo de potenciar y mimar la investigación le lleva, por su parte, al catedrático, a proponer más ayudas en los primeros niveles del máster y predoctorado, así como a ofrecer planes de movilidad en centros de prestigio, de forma que esas estancias computen en la posterior acreditación. «Lo que se me ha trasladado es que quieren investigar, tiempo, financiación y recursos», afirma.

Navarro destaca la ilusión de la comunidad científica con la nueva flexibilidad de contratos al estilo americano que introduce la reforma de la Ley de la Ciencia, cuyo único requisito son los resultados a cuatro años, y apuesta por favorecer al personal postdoctoral para «retener el talento que tenemos», además de captar el de fuera con otras convocatorias.

La catedrática espera que la provincia «recupere la ilusión que tuvo con su universidad en los 80», y el catedrático apunta a una universidad «instalada en el futuro y que sirva a la sociedad».