La Conselleria de Universidades ha acordado con los rectores y rectoras de las cinco universidades públicas de la Comunidad pasar la totalidad de las clases a la modalidad online, a distancia, en cuanto acaben los exámenes del primer cuatrimestre.

Los universitarios, por tanto, no volverán a los campus en todo el mes de febrero, a no ser que haya alguna práctica que resulte imprescindible hacer de modo presencial, y de los exámenes que quedan por hacer que también se anima al profesorado a hacerlos online siempre que sea posible.

La postura de las universidades ante la progresión de la pandemia, que parte del planteamiento de la consellera, Carolina Pascual, contrasta con la de los responsables de las consellerias de Sanidad y de Educación, que no consideran el cierre de los centros educativos pese a la insistencia de parte de los padres de alumnos y de más de la mitad de los sindicatos docentes.

Pascual, poniendo por delante que la enseñanza obligatoria no entra dentro de sus competencias, valora que la enseñanza superior no requiere de la supervisión de los tutores en casa, que los padres siguen trabajando porque no estamos en una situación de confinamiento general, y que está demostrado que las diferencias socieconómicas y culturales se agrandan cuando no se acude al colegio.

«En edad universitaria y durante un mes es posible la autogestión, apoyada siempre en una docencia de primer nivel», subraya la consellera a preguntas de este diario sobre el distinto modo de proceder ente los diversos departamentos del Consell a la hora de gestionar la progresión de la pandemia. «El acuerdo es puntual, no abarca el cuatrimestre completo y la aspiración es la presencialidad», recalca, aunque seguirá reuniéndose periódicamente con los rectores para ir decidiendo en función e la evolución de la pandemia.

Este periódico ha podido saber que la primera propuesta que se barajó al respecto contemplaba las clases online durante 15 días, pero que las exigencias de la planificación de aulas y contenidos llevó finalmente a prolongarla al menos un mes. Desde la conselleria apuntan que las prácticas que hagan necesaria la presencialidad se mantienen, que se trata de reducir la movilidad universitaria a grupos más reducidos.

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La rectora Amparo Navarro afirma por su parte que la Universidad de Alicante «está preparada para tener una presencialidad mínima en docencia». Las clases de teoría, por tanto, se van a impartir online «con garantías», y tal y como han acordado todos los rectores, «sólo se mantendrán, en función de sus características, las prácticas que no puedan demorarse o impartirse de otra forma».

Navarro recalca que la UA «sigue abierta como centro de trabajo, lo que se hace es ayudar a reducir la movilidad con la docencia online. Nosotros mantenemos el trabajo y la Universidad abierta, solo cambiamos la modalidad de las clases durante un mes», precisa.