Investigadores de la Universidad de Alicante aconsejan dar voz a los ciudadanos en la toma de decisiones sobre el control del virus.

Los investigadores principales del grupo de Salud Pública de la UA, los catedráticos Teresa Ruiz y Carlos Dardet, presentan mañana un trabajo sobre los efectos en la salud durante los días del confinamiento en la primera ola de la epidemia de la covid-19, junto con la directora del Aula de la Salud de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, Ana Laguna, y la rectora Amparo Navarro.

Entre sus conclusiones tras encuestar online a 1.378 personas destaca la necesidad de incrementar la participación de los ayuntamientos y los barrios en la toma de decisiones para afrontar los brotes de coronavirus.

Los investigadores analizan variables como la edad, el sexo, ser igual o mayor a 60 años, vivir solo o en compañía, y el lugar de residencia durante el confinamiento.

Los resultados ponen de relieve que un 12% de los participantes enfermó, no solo de covid-19; que la exposición laboral de trabajos esenciales y el cuidado dentro del hogar conllevan mayor riesgo de contagio; y que vivir solos es un factor protector de la covid-19.

Quienes viven acompañados son los que con mayor frecuencia enfermaron: diecinueve mujeres y ocho hombres respecto a cuatro mujeres y un hombre que viven solos, concluye a su vez el estudio.

La alimentación y el ejercicio físico se han visto asimismo muy influenciados por el confinamiento. Buena parte de los encuestados que viven solos empeoraron su alimentación y ejercicio físico.

Deficiente

Por otra parte, ayudas procedentes de los servicios sociales y la asociada al sector de la salud y municipal se valoran como "insuficientes".

La catedrática Teresa Ruiz recalca que "a menor atención de los servicios de atención primaria, mayor demanda de atención en las urgencias hospitalarias y de especialistas, o de la medicina privada", que resulta más costosa.

La investigación recomienda reforzar los recursos humanos en salud pública, atención primaria y en el domicilio, sobre todo a los mayores, dependientes y familias en riego de exclusión.

Aconseja igualmente poner el foco de atención en las necesidades de salud de las mujeres, para evitar la mayor probabilidad de contagio y propagación por la falta de equidad en las tareas de cuidados y domésticas.

Ambos investigadores constatan que ya entonces, durante el primer confinamiento, valoraron que podían generarse más ondas epidémicas que obligaran a nuevos confinamientos y cuarentenas, por lo que a través del estudio intentan minimizar los efectos secundarios que se produjeron.