La seguridad de la información es un asunto de personas, procesos y tecnología. Anticiparse a las amenazas de ciberseguridad es uno de los principales retos a los que se enfrentan las administraciones públicas. De esta forma, en la jornada «Ciberseguridad en la Administración Pública», celebrada ayer y organizada por el Centro de Inteligencia Digital de Alicante (CENID) en colaboración con la Cátedra Telefónica de la Universidad de Alicante, se abordó en profundidad la importancia de los ciberdelitos y se presentaron los últimos avances en esta materia.

«Tenemos que ser capaces de identificar cuáles son nuestros problemas y en función de eso adaptarnos de la mejor manera, cada entidad tiene un tipo de amenaza diferente. Por ello, es fundamental crear una hoja de ruta en función de tus necesidades», destacó Pablo López, jefe del área normativa y servicios de ciberseguridad del Centro Criptológico de Naciona, quien abrió la jornada con su ponencia explicando qué es el Centro Criptológico Nacional y qué servicios ofrece.

Posteriormente, tuvo lugar la mesa redonda en la que participó el propio Pablo López; David Prieto, director del Centro de Ciberseguridad de Telefónica de Valencia; Joaquín Molina, security advisor de Verne Technology Group; Andrés Montoyo, de la Cátedra Telefónica de la Universidad de Alicante y Virginia Moreno, directora general de nuevas tecnologías e innovación en el Ayuntamiento de Leganés.

En la jornada se avanzó que durante el año 2020 se produjo una media de casi 5 millones de ciberataques por hora en el mundo.

Todos los intervinientes coincidieron en que la administración pública dispone de los medios necesarios para proteger sus sistemas y los datos de los ciudadanos de los ciberdelitos. Además, se resaltó el marco regulatorio de la Comunidad Valenciana «nos permite estar orgullosos de lo que estamos haciendo».

Otro de los puntos a destacar en el evento fue que el ciberdelito es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo moderno. La transformación digital de la sociedad conlleva poner las estructuras y servicios necesarios para garantizar el tratamiento seguro de los datos de los ciudadanos.

Así, David Prieto, director del Centro de Ciberseguridad de Telefónica de Valencia, destacó la importancia de no dejar a nadie atrás y «poner el foco en mejorar la vida de las personas. La pandemia ha puesto de manifiesto cómo digitalizar nuestra forma de vida en todos los aspectos».

Esta transformación ha llevado, también, a un cambio del modelo económico en lo que lo fundamental es la información. En la jornada se avanzó que durante el año 2020 se produjo una media de casi 5 millones de ciberataques por hora en el mundo. Joaquín Molina, security advisor de Verne Technology Group, sostuvo que «identificar cuales serían las necesidades concretas de cada entidad es clave para anticiparnos a los problemas».

Asimismo, los intereses que propician los ciberdelitos son, principalmente, poder apropiarse de la información que tienen las administraciones públicas y las empresas, aunque no siempre desde el punto de vista económico, si no, también, contra el derecho a la intimidad como, por ejemplo; el robo de emails para campañas publicitarias.

La formación y la cultura en ciberseguridad es esencial para no llevar a cabo una mala praxis.

Por su parte, Virginia Moreno, remarcó que los ayuntamientos necesitan más apoyo, «tenemos una hoja de ruta clara pero el problema que tenemos es cómo gestionar los recursos».

En este sentido, la formación y la cultura en ciberseguridad es esencial para no llevar a cabo una mala praxis. Aunque la pandemia nos ha llevado a una concienciación rápida sobre ciberseguridad.

Pablo López también hizo hincapié en que la ciberseguridad no se limita exclusivamente a las medidas que las organizaciones ponen a sus sistemas, sino que también son necesarias una serie de medidas que los trabajadores y usuarios dispongan en sus dispositivos locales y que permitan establecer conexiones seguras entre ambos interlocutores. Según López, «la falta de estas medidas es, normalmente, las brechas de seguridad por la que los hackers acceden a los sistemas». Por tanto, el reto actualmente está en que el ciberespacio sea más confiable.

Por otro lado, se recalcó la falta de profesionales formados y con experiencia en ciberseguridad y la necesidad urgente de que las universidades cubran esa carencia formativa.