Carmen Vives Cases, vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Responsabilidad Social de la UA

«En este vicerrectorado, todos los días son 11 de Febrero, 8 de Marzo y 25 de Noviembre»

Carmen Vives Cases, vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Responsabilidad Social de la UA, destaca que afronta el mandato con especial ilusión

La vicerrectora Carmen Vives, en el campus de la UA.

La vicerrectora Carmen Vives, en el campus de la UA. / INFORMACIÓN

Inicia mandato en la dirección del Vicerrectorado de Igualad, Inclusión y Responsabilidad Social. ¿Cómo lo afronta?

Lo afronto con ilusión y también muy agradecida por la confianza de la rectora y de mi antecesora, Eva Espinar, quienes me propusieron asumir esta nueva responsabilidad. Tengo especial ilusión porque hasta ahora formaba parte de este mismo vicerrectorado en la dirección de la Unidad de Igualdad y ahora tengo la oportunidad de contribuir también con el resto del equipo que forma parte de las áreas de responsabilidad social, de diversidad e inclusión. Estas son áreas que, además, están relacionadas con mi área de conocimiento, ya que soy profesora de Salud Pública, y creo que todo lo relacionado con la igualdad, la inclusión y la responsabilidad social está también relacionado con nuestro quehacer en el área de conocimiento de Medicina Preventiva y Salud Pública.

¿Qué objetivos principales se plantea para su mandato?

Aunque nuestra intención pasa por seguir con la línea general de trabajo de coordinación, porque son tres áreas que están muy relacionadas, cada una de ellas requiere de una trayectoria de trabajo diferente. Por un lado, tenemos el área de igualdad, que creo que está ya consolidada no solamente en la Universidad de Alicante, sino también en otras universidades. Es un área en la que tenemos una normativa institucional que nos marca una serie de responsabilidades y que, además, ya cuenta con cuatro planes de igualdad que han generado un efecto muy positivo en la institución, porque hemos visto mejoras tanto en la proyección profesional del PDI como también en la del PTGAS. Estas dinámicas están cambiando y creo que tiene que ver con las políticas que se están desarrollando en la universidad, además de los cambios positivos que se están produciendo en la sociedad en general. Con esto, nuestro reto inmediato es dar un cumplimiento máximo al cuarto Plan de Igualdad.

¿Contempla un quinto Plan de Igualdad?

Por supuesto, ya tenemos puestas las miras en ese quinto Plan de Igualdad porque, además, durante este tiempo ha habido un cambio normativo importante que regula con medidas que tienen que ver con que la universidad es un centro de trabajo y, por tanto, introducen cuestiones más relacionadas con los recursos humanos. Por otro lado, queremos continuar con otras medidas más de tipo estratégico y político porque, además de ser un centro de trabajo, somos un centro de estudios donde tenemos estudiantado y en el que tienen mucha importancia las cuestiones de igualdad, porque estamos formando a las y los profesionales del futuro.

¿Sigue las mismas líneas para las áreas de inclusión y diversidad?

No exactamente. En temas de inclusión social y diversidad, el punto de partida es más reciente, al menos si se compara con igualdad, y nuestro gran reto es, por un lado, fortalecer la formación y la cultura de la inclusión social y de la diversidad en la comunidad universitaria y, por otro lado, atender a las necesidades específicas del personal de la institución, que es una comunidad diversa. Aquí me gustaría mencionar concretamente el primer Plan de Inclusión y No Discriminación de la Universidad de Alicante, el PIndUA, que tenemos planteado a medio plazo. Queremos desarrollar este plan estratégico, como tradicionalmente lo tenemos en igualdad, consensuado con la comunidad universitaria, donde se integran medidas que hemos recogido, inicialmente, con diagnósticos cualitativos. Todavía nos falta completarlo con más diagnósticos y empezar a trabajar en el consenso de los contenidos del plan a partir del año que viene.

¿Y en cuanto a responsabilidad social, qué objetivos plantea?

Respecto al área de responsabilidad social, queremos que este concepto esté en la agenda prioritaria de la universidad en cuanto a formación tanto de grado como de posgrado y queremos promover actitudes positivas en la comunidad universitaria respecto a ello. A esto, sumaremos un importante refuerzo de convocatorias de proyectos que lleven la responsabilidad social a la universidad, a la comunidad universitaria o determinadas necesidades y que generen respuestas que necesita la sociedad.

Lo objetivos generales, separados por áreas, quedan claros. ¿Quizás haya algún reto concreto que quiera destacar?

Lo único haría para reformular los objetivos en retos sería que cambiar el tiempo verbal. En igualdad tenemos que continuar mejorando, en diversidad hay que crecer y en responsabilidad social hay que situar la cuestión como prioritaria, que es como debe serlo para cualquier organización. Estamos ya trabajando en todo ello.

Respecto a los planes de igualdad, la UA atesora un amplio recorrido y ha sido puesta como un ejemplo para otras universidades en este contexto. ¿Hay un antes y un después de estas medidas?

Ahora mismo, por ejemplo, estamos trabajando en una formación para cargos de responsabilidad en gestión y dirección que da cumplimiento a la normativa. Se trata de cumplir el plan marcado y es una buena muestra de cómo colocarlo en la agenda de prioridades de la universidad. Estamos evaluando el recorrido de estos cuatro planes de igualdad y vemos muchos datos, algunos muy satisfactorios y otros esperanzadores, que muestran que se están corrigiendo grandes desigualdades por género que se producían en todos los colectivos, tanto en el PDI como en el PTGAS y en el estudiantado, a todos los niveles, incluso en el alumnado de programas de doctorado. Sirva de ejemplo este último colectivo, donde hace cinco años empezaban más mujeres los estudios de doctorado, pero muchos más hombres acaban defendiendo su tesis. Es decir, por el camino, más mujeres abandonaban. Esto se está corrigiendo notablemente, del mismo modo que el acceso a cátedras de mujeres o el acceso a plazas funcionariales de escala A1, a las que cada vez acceden más mujeres, como demuestran los datos de las últimas promociones internas. Tenemos estadísticas de todos estos colectivos y nuestros planes pasan por analizarlos, detectar sesgos y tratar de corregirlos y eliminarlos.

Otro de los caballos de batalla del vicerrectorado son los programas de voluntariado. ¿Qué ideas tiene para este apartado?

El voluntariado es, efectivamente, uno de los ejes de trabajo de la unidad de proyectos de responsabilidad social. Tenemos la intención de favorecer acciones de coordinación entre ellos y la universidad para, por un lado, favorecer la proyección de los nuevos programas y, al tiempo, consolidar los que ya existen. Vamos a proponer actividades más transversales porque vemos que tanto en formación como en cuanto a actividad pueden unirse. Hay algunos programas con cierto grado de madurez, como el voluntariado contra la violencia machista, que ya venía de la anterior legislatura y que sigue teniendo una acogida increíble, con más de 260 integrantes. Las personas que se integran en estos programas suelen ser muy participativas, siempre tienen algo que aportar. Por ello, también desde el vicerrectorado hemos impulsado el voluntariado de diversidad, que ahora estamos tratando de reforzar. Estos dos programas son dos ejemplos claros, uno consolidado y el otro iniciándose, de que debemos crear sinergias entre programas para que se alimenten. También queremos que se abran al personal investigador y al PTGAS para lograr mayor participación de estos colectivos.

¿Qué va a aportar la participación en un voluntariado a aquellas personas que estén pensando en hacerlo?

Les diría que es una gran experiencia. En términos prácticos, generalmente, tienen un reconocimiento en créditos, que son créditos que pueden hacer como voluntariado o como otras actividades dentro de la Universidad de Alicante. Pero, además, lo que aporta el voluntariado es que permite trabajar los valores profesionales, muy importantes para cuando esa persona da el salto al mercado laboral. Por ejemplo, pensando en el voluntariado de diversidad o el de violencia machista, se les proponen actividades en las que contribuyen a visibilizar acciones, a sensibilizar sobre algunos problemas o a hacer campañas de prevención por otros temas, cuestiones que se encontrarán en sus respectivas profesiones. En definitiva, todo tiene que ver con el desarrollo profesional que van a necesitar en el futuro. Un voluntariado es como una mochila cargada de regalos que se llevan para su futuro ejercicio profesional, porque los valores que se trabajan luego les serán muy útiles para complementar esa parte profesional.

No es correcta, por tanto, la sensación de que el voluntariado sustituye a trabajadores.

Exactamente. Hay una iniciativa en un voluntariado, por ejemplo, que está realizando tareas de apoyo para estudiantes de secundaria que no cuentan con los recursos para tener ese refuerzo necesario por otros medios. Están atendiendo una necesidad social que, probablemente, sea clave para que esas personas sigan progresando dentro del ámbito académico. Si estás estudiando Matemáticas, por ejemplo, puedes compartir tus conocimientos y puedes apoyar en el proceso de aprendizaje a niños y niñas en estas circunstancias. No sustituye a un trabajo, sino que son circunstancias en las que, si no se cubren a través de voluntariados, no las haría nadie. Ante una necesidad social, responde el voluntariado. Nuestro voluntariado contribuye a un espacio de trabajo y un espacio social en el que siempre participan actores de estas características, como las asociaciones sin ánimo de lucro o, en este caso, como voluntariado universitario.

¿Qué importancia tienen para el vicerrectorado fechas como la reciente celebración del 11 de Febrero?

Son fechas muy importantes tanto para para la universidad, en general, como para el Vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Responsabilidad Social. El 11F es un hito. Como actividad propia tenemos el premio de Josefina Pasqual, que reconoce las tesis doctorales con enfoque de género. Surge con el interés de promover la investigación con perspectiva de género, pero investigación al nivel formativo más alto, que es el de las tesis doctorales. El premio lleva el nombre de una científica y, precisamente, lo elegimos porque es una farmacéutica alicantina que destacó en su ámbito. Además, en colaboración con el Vicerrectorado de Transferencia participamos en el Women's Breakfast Day, una iniciativa que se hace a nivel global en el que se trata de reunir a mujeres de diferentes áreas de conocimiento, científicas, en un desayuno. Y la Universidad Alicante, como otras españolas, se une a esta iniciativa que hacemos todas el 11F. Es importante visibilizar fechas como esta, entre otras.

También el 8 de Marzo es esencial para el vicerrectorado. ¿Hay alguna novedad destacable en las celebraciones de este año?

Por supuesto. Así como novedad en este 8 de Marzo, estamos trabajando en una nueva exposición “Con Nombres de Mujer” y, en este caso, se va a dedicar a las Maestras. Este es el tema central. Además, enmarcado en el 8M tenemos el Premio Igualdad, con el que damos visibilidad y reconocemos la trayectoria profesional de mujeres y entidades en el ámbito académico y social en modalidades individual y colectiva. Este año las entregaremos a Agrupación de Mujeres Abogadas del Ilustre Colegio de la Abogacía de Alicante y a la arquitecta, compositora e investigadora Anna Bofill Levi. También este año hemos creado los premios UA Coeducación, cuyo objetivo es reconocer la labor en el área de la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres y la coeducación en los institutos de Educación Secundaria y de Formación Profesional. Todo ello, destacado sobre las actividades habituales dentro del amplio programa institucional que se realiza cada año.

También se celebra el 25 de Noviembre. ¿Qué importancia tiene conmemorar estas fechas de forma institucional?

Hacemos muchas actividades y sabemos cuál es el objetivo, pero ¿qué importancia tiene a nivel social, a nivel salir de la frontera de la universidad y que llegue a los niños, a las niñas, a esas personas que están más alejadas de los conceptos de la igualdad? Creo que estas fechas son importantes para mostrar que la universidad se preocupa y a la universidad le ocupan las cuestiones relacionadas con la promoción de la igualdad y la prevención y la lucha contra la violencia machista y las diferentes formas en que se manifiestan.

Las universidades pueden adoptar diferentes posiciones frente a problemáticas como el acoso sexual o las desigualdades entre hombres y mujeres, pero no sería correcto que tomasen una posición neutral. Incluso, y afortunadamente, tenemos legislación que esto no lo permite. La universidad tiene que ser motor de transformación social con medidas que beneficien a la comunidad universitaria y a la sociedad. Es por eso que tienen mucha importancia todos los eventos que reunimos en fechas claves como el 11F, el 8M y el 25N, porque es el momento para mostrar lo que se hace día a día en la universidad mediante gestos más visibles para los medios de comunicación, para las redes sociales, para el tejido asociativo o para el resto de la sociedad, en definitiva. Son fechas clave para tener un poco más de atención y un poco más de visibilidad en este papel que tiene la universidad como motor de transformación social hacia afuera, hacia la sociedad a la que rendimos cuentas. Eso no quita que se hagan otras cosas durante el resto del año porque, para nosotros, en este vicerrectorado, todos los días son 11F, 8M y 25N.

¿Cómo le gustaría que estuviese el Vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Responsabilidad Social cuando acabe su mandado, dentro de seis años?

La perspectiva que tengo para dentro de seis años es que en este vicerrectorado se hayan llevado a cabo los todos los proyectos que he mencionado a lo largo de la entrevista. Es decir, tenemos una agenda de trabajo y nos gustaría que esa agenda de trabajo se cumpliera, si no al 100 %, casi al completo, porque es nuestro compromiso con la universidad y es algo que ya planteamos en periodo electoral. Y esta agenda hay que cumplirla. Por otro lado, creo que debemos consolidar el personal especializado que tenemos en las distintas áreas. Queremos facilitar la formación de todas las personas que trabajan en el vicerrectorado porque estamos trabajando en temas en los que no necesariamente nuestra formación de base nos sitúa como los principales agentes. Pero nuestro día a día es atender al alumnado y al personal que viene con problemáticas muy complejas, como pueden ser casos de violencia de género o de acoso sexual. Para esto, la mejor herramienta es poner en valor el trabajo que hacen las distintas unidades, pero también facilitar las herramientas para que el personal se sienta seguro a la hora de responder a estas problemáticas. Digamos que nuestro cometido es, por un lado, promover y, por otro lado, acompañar a la comunidad universitaria. Todo eso esperamos cumplir en seis años.

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