Para varios estudiantes de la UCH-CEU en Elche, la solidaridad exige un compromiso con Ucrania más allá de las fronteras. Y lo hacen con iniciativas que ponen en duda los estereotipos sobre la falta de concienciación de los jóvenes. Vicente Marco y Francisco Torrent, alumnos del grado de Empresa, se encuentran de Erasmus en Cracovia. Y allí llevan, desde hace semanas colaborando con ONGs en la ayuda a los desplazados por la guerra en Ucrania que llegan a tierras polacas. Se suma este compromiso al de los tres alumnos de Derecho, Juan José García, Martín Lara y Adrián Meziat. En su caso, su proyecto los ha llevado de Alicante a escasos 100 kilómetros de la frontera polaca con Ucrania. Un viaje en el que han transportado, junto a 13 amigos y familiares, 10 toneladas de ayuda humanitaria. Pero, no sólo eso. El regreso lo hicieron con 35 familias ucranianas «que ya están acogidas en Alicante».

Para todos ellos, la intrahistoria de ambas iniciativas tiene que ver con algo más que la solidaridad. «Cualquier persona, viendo la situación que vemos diariamente, se hubiera involucrado de alguna manera para ayuda», asegura Vicente. Y él se topó con esa realidad a los pocos días del inicio del conflicto en la estación de trenes de Cracovia, cuando se dirigía a sus clases en la Universidad es Małopolska Wyższa Szkoła Ekonomiczna. «Ese día estaba toda la estación llena de madres y niños, de personas mayores, que llegaban huyendo de la guerra en Ucrania», relata Vicente Marco. Y esa imagen, especialmente la de un niño aferrado a su peluche, es la que removió a este estudiante.

Vicente Marco Perseguer en una jornada de colaboración con ONGs en Polonia ultima

A partir de esa instantánea, junto a otros compañeros, «algunos del CEU y otros de otras universidades», inició una campaña de recogida de ayuda económica entre familiares y amigos. Como resultado, en apenas dos días consiguió recaudar más de 6.000 euros. «En un principio, comprando medicamentos. Más tarde, destinados a poder comprar todo lo que vayan necesitando los diferentes puestos de ayuda repartidos por Cracovia, por ejemplo, los de Cáritas».

Una caravana solidaria

Igualmente, Adrián, Martín y Juanjo, se reconocen impactados por lo que han vivido. «En este viaje he sido muy feliz y la persona más triste, por no poder ayudar más», afirman, emocionados tras su regreso. Y es que han sido muchas las imágenes que les han hecho mella. «Como la de entrar en el hotel donde se acogía a los refugiados en una localidad polaca a 150 kilómetros de la frontera ucraniana. Allí, con toda su vida en una maleta», señala Martín. Y también al preparar la vuelta a Alicante. «Al no poder traer a más personas, muchos de ellos niños, con los que jugábamos en los tres días que hemos estado allí», apunta Juanjo. Pero, al menos, pudieron sacar del país a 35 personas, 20 de ellos niños, de entre 1 y 17 años.

Juanjo García y Adrián Meziat, con Andrei, uno de los jóvenes ucranianos que salieron de Polonia

Todas las familias ya están acogidas, tanto por la gestión que los tres alumnos han hecho con familiares y amigos, como por el AMPA de la Escuela Europea de Alicante. «Muchas de estas familias son de eurofuncionarios que trabajan en la EUIPO. Además, los niños ya están escolarizados en la Escuela Europea de Alicante», indica Juanjo. Los tres destacan la colaboración, desde el primer momento, del AMPA de la Escuela Europea de Alicante, así como del grupo de voluntariado Hakuna de Alicante.

Que esto no acabe aquí

Pero, sobre todo, de dos sacerdotes polacos: el Padre Mirek, antiguo profesor del CEU en Elche, «quien nos impulsó desde el primer día, y cuando muchos nos tomaban por locos», y del Padre Tomek, «cuya labor para convencer a las familias ucranianas de venir ha sido fundamental». Asimismo, agradecen la ayuda del gobierno francés. Éste, avisado por el consulado español en el país vecino, habilitó un centro de congresos en Béziers para que pudieran hacer noche en su regreso a España. También la ayuda que recibieron en su primera parada en Munich. Allí, a través de Airbnb, el propietario de un chalé les cedió la propiedad para que pudieran pasar la primera noche, tras salir de Polonia.

Francisco Torrent, a la derecha, alumno erasmus del CEU en Polonia

«No podemos salvar el mundo, pero hemos podido salvar la vida de 35 personas», reconocen. Por ello, los tres están ya preparando más iniciativas, que en breve llevarán a cabo para ayudar a los que se han quedado allí. Cuando les preguntas si volverían, los tres responden, casi al mismo tiempo, con la misma firmeza: «Si pudiera, me hubiera quedado allí. Porque tenemos que acabar el cuatrimestre, si no…»

Martín Lara, en primer término, y Adrián, descargando parte de las 10 toneladas de ayuda humanitaria

El compromiso del CEU en Elche

Las dos sedes de Universidad CEU Cardenal Herrera en Elche han recogido más de 3.000 kilos de ayuda para Ucrania en 14 días. Gracias al alumnado, profesorado y PAS del CEU, a la constante y permanente contribución de la ciudadanía, a la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús - Elche y a empresas como Herycor y los trabajadores de la planta de P&G de Xixona, quienes aportaron más de 20 cajas de pañales y compresas que ellos mismos adquirieron. Todo debido al impulso de Yana Rogovchenko, alumna ucraniana de posgrado del CEU, quien inició la campaña.