«Actualmente, los alumnos acceden a la universidad con cierto control de las tecnologías. Se mueven bien en redes sociales, conectan con amigos, consumen todo tipo de contenidos digitales. Esta realidad nos exige a los docentes modificar las estrategias para conectar y compartir los contenidos con ellos», reconoce Edgar Mozas, profesor de Magisterio y experto en el uso de nuevas tecnologías en la Educación. Por ello, este embajador digital de la CEU UCH aporta tres claves que, a su juicio, son esenciales para los docentes del Siglo XXI. Aquellas que permiten integrar las TICs en las aulas de forma óptima y que consiguen profesores digitalmente competentes. «Renovación de las metodologías, otra forma de evaluar y desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje ubicuos», apunta Mozas.

En este escenario, el reto del CEU es formar a maestros que optimicen las tecnologías y que hagan un uso seguro y crítico de ellas. «Debemos ser conscientes de que el hecho de que usen cierta tecnología de manera ágil no les convierte en digitalmente competentes. Que sepan desconectar cuando es necesario y que usen en el aula esas tecnologías de manera óptima para provocar un cambio metodológico», señala este experto. El objetivo es que los educadores del futuro sepan encontrar «la mejor manera de conectar con nuestros alumnos y de compartir contenidos con ellos».

¿Qué son los profesores digitalmente competentes?

«En el CEU hace tiempo que nos planteamos esta pregunta. Y concluimos que es imprescindible que el alumnado desarrolle su propia competencia digital como futuros docentes. Es decir, que el alumnado integre las TICs en sus clases de manera óptima», reflexiona Mozas. Por ello, desde los grados de Educación del CEU se ha establecido un plan para desarrollar la competencia digital desde el primer curso. Se trabaja de manera práctica diferentes áreas que les permitan desarrollar conocimientos y destrezas digitales. Aquellas que les convertirán en educadores digitalmente competentes.

Así, Mozas señala tres ámbitos que los educadores del siglo XXI de áreas que debemos desarrollar con los educadores del futuro para que sean digitalmente competentes. «Lo primero que necesitamos es provocar un cambio metodológico. ¿De qué manera debemos enseñar a los alumnos? Los docentes tenemos que renovar la manera en la que transmitimos los contenidos a nuestro alumnado. Hemos de fomentar el uso de metodologías activas. Aquellas que se oponen a esa forma de enseñar, del aprendizaje pasivo, en la que los alumnos están sentados atendiendo a las explicaciones magistrales de los profesores. Debemos intentar que los alumnos trabajen en equipo, trabajen de manera práctica».

Mozas destaca la necesidad de cambiar la manera de evaluar

En segundo lugar, Mozas destaca la necesidad de cambiar la manera de evaluar. «No podemos integrar metodologías diferentes sin cambiar la forma de evaluar. Hay que hacerlo de manera competencial para evaluar no solo los conocimientos, que es muy importante, sino también la manera de trabajar esos conocimientos y las actitudes de los alumnos. Evaluar de manera más cualitativa y práctica».

Por último, este experto, es fundamental desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje ubicuos. Se debe fomentar la ubicuidad de nuestros aprendizajes, reconoce. «Por ejemplo, es posible que nuestros alumnos tengan horarios distintos a los que nosotros les ofrecemos. Tenemos que estar preparados para utilizar las tecnologías para que accedan en cualquier momento y en cualquier lugar a esos contenidos y a esas actividades».