«Este libro es para ti, maestro, profesor o docente, que pintas tus sueños con la tiza que queda en tus manos al acostarte. Que estás enamorado de la profesión más humilde y maravillosa del mundo y te preocupan tus alumnos y haces tuyos sus desvelos».

Así presenta Pablo Díaz, docente con más de diez años de experiencia y profesor de Magisterio en el CEU de Elche, su último libro, “Un maestro más”. Una publicación que surge de la creciente necesidad que existe en nuestra sociedad por revalorizar la función docente.

Para este experto en innovación la docencia es una profesión infravalorada. «Lejos de la responsabilidad que subyace a su ejercicio, no cuenta con el prestigio social que sí se le asegura en otras sociedades», asegura. Para él, la docencia actúa sobre el presente para afectar tanto a éste como al futuro. «Aproxima al alumno al conocimiento e inicia en ellos el desarrollo de las habilidades y competencias necesarias para desarrollarse, vivir en sociedad y ejercer cualquier otro oficio que contribuirá al crecimiento y bienestar de toda la sociedad».

Por ello, resulta imprescindible, a su juicio, «volver sobre el motor que empuja nuestras decisiones y las acciones que derivan de ellas. ¿Por qué soy maestro? ¿Por qué soy docente? ¿Por qué dedico mi vida a la profesión más humilde y maravillosa del mundo?» Y así lo traslada en el libro. «Porque si, como nos dice la neurodidáctica, el cerebro necesita emocionarse para aprender, enseñar solo es la otra cara de este proceso y de un corazón frío y oxidado no se puede extraer emoción alguna».

La pasión de la docencia

Pablo reivindica la profesión del maestro. Considera que son muchos los docentes enamorados de su profesión, que se apasionan «al ver en los ojos de sus alumnos esa chispa que se enciende al ilusionarse o descubrir algo nuevo». También considera que para ejercer esta profesión hay que creer «que no hay nada más humano que utilizar la educación para humanizar, acercando al alumno al conocimiento de la verdad, la bondad y la belleza». De ahí que las páginas del libro estén enfocadas a todos los maestros, profesores, docentes, que puedan haber perdido la pasión y la ilusión por enseñar. «O que se han alejado de esta vocación de instruir al que no sabe; para todos ellos ha sido escrito este libro, de maestro a maestro», apostilla.

Y es que, ante una labor tan crítica cabría esperar una consideración social similar a la de otras profesiones de igual trascendencia, señala. «Pero, lo que encontramos entre las familias de nuestros alumnos, en los medios de comunicación de masas y entre la clase política no es otra cosa que indiferencia y desinterés, en el mejor de los casos». Si a eso se añaden otras cuestiones, «es normal que termine por hacer mella en la ilusión por enseñar». Y apunta a la carga burocrática, los vaivenes legislativos, el uso mediático de algunos temas «o la indolencia hacia los verdaderos problemas del sistema educativo». Pero, especialmente, la dificultad por adaptar un sistema monolítico a las crecientes diferencias individuales de los niños de la generación táctil.