Contar los cuentos de una forma diferente

Estudiantes de Magisterio del CEU de Elche realizan talleres para fomentar la lectura, trabajar la ortografía, la gramática, la expresión oral y la expresión corporal con alumnado de colegios rurales

Utilizan marionetas, el teatro de sombras, la mesa de luz, el delantal y el kamishibai para mostrar una nueva forma de transmitir y recibir información

Utilizan marionetas, el teatro de sombras, la mesa de luz, el delantal y el kamishibai para mostrar una nueva forma de transmitir y recibir información

¿Y si los cuentos ayudan a fomentar la empatía y la inteligencia emocional de los más pequeños? ¿Y si aprende ortografía a través de los cuentos? ¿Y si, además, se aprovechan los relatos para el desarrollo de las habilidades motrices de los niños? ¿Y si a través de ellos pueden enfrentarse a sus miedos? Para todo ello, el alumnado de Magisterio de la CEU UCH en Elche ha diseñado una serie de talleres que ha impartido a niños y niñas de los colegios rurales de Crevillente Puig Jover y San Luis del Realengo. Entre los objetivos, contar los cuentos de una forma diferente.

Coordinados por los profesores Mónica Belda, Gloria García y Néstor Alonso, los estudiantes de Educación Infantil y Primaria del CEU se propusieron fomentar la lectura, trabajar la ortografía, la gramática, la expresión oral y la expresión corporal. Algo que ya vienen haciendo desde hace años, con la creación de materiales educativos digitales para enseñar las reglas ortográficas.

En esta ocasión, la iniciativa se ha llevado a cabo con material diseñado por los alumnos, entre otros un teatrillo de papel o Kamishibai o un cuento con rotuladores fosforescentes. Para los estudiantes de Magisterio María Gutiérrez, Alba Marco, Eduardo Egido, Beatriz Fernández, María Igual «contar cuentos es importante. No solo porque entretienen sino porque se puede aprender a través de ellos contenidos, emociones, valores…».

Estos futuros maestros entienden que los cuentos se pueden contar de diferentes maneras, «no solamente la forma tradicional donde el docente está sentado con los niños enfrente. Podemos utilizar marionetas, el teatro de sombras, la mesa de luz, el delantal y el kamishibai. A través de ellos los niños pueden ver una nueva forma de transmitir y recibir información». Y es que con este instrumento se fomenta el gusto por la lectura y ayuda a estructurar textos narrativos. Al mismo tiempo, se desarrolla la comprensión auditiva y despierta la imaginación.

Con este instrumento se fomenta el gusto por la lectura y ayuda a estructurar textos narrativos

Con este instrumento se fomenta el gusto por la lectura y ayuda a estructurar textos narrativos

Por su parte, Elena Moreno y Ana Valentina Penalva apostaron por el cuento motor como recurso didáctico que pretende aprovechar las virtudes pedagógicas del cuento. El objetivo, el desarrollo de las habilidades motrices de los niños «y donde, además, se aúnan las excelencias del cuento con los de la actividad física. A través de esta propuesta se generan una serie de beneficios positivos como el fomento de la implicación, el trabajo interdisciplinar, el trabajo en valores y el desarrollo de la creatividad».

No fueron las únicas en plantearles a los niños y niñas de los colegios rurales alternativas diferentes. Ainhoa Cascales, Sandra García, Pilar Ruiz y Rosario Ortuño crearon el relato Piedras, un cuento que potencia la inteligencia emocional y la empatía, «dos pilares fundamentales que a nuestro parecer se deben trabajar desde edades tempranas». Además, lo hicieron con la técnica de la luz negra. «Es una buena técnica para usar con alumnado que presenta necesidades educativas especiales. La luz hace que focalicen su atención en una única cosa disminuyendo su nivel de distracción». 

Por último, Nerea Antón, Yanira García y Adrián Marquina recurrieron al teatro de marionetas con la escenificación del cuento ‘Yo mataré monstruos por ti’. «En nuestra aula había tres alumnos de Segundo de Primaria. Fue una experiencia muy útil para nuestro futuro como docentes, donde tuvimos un ratito para explicarles el valor del miedo tras haber contado el cuento».

Contar los cuentos de una forma diferente